30 -Epílogo-

468 39 11
                                    

Había pasado exactamente un año desde la batalla en Exegol. La galaxia apenas se estaba poniendo de pie. Perder el sistema Hosnian había sido un gran impacto para la galaxia.

La generala Leia había sido elegida como Cansiller de la Galaxia y ella había proclamado que para evitar nuevas sedes del Senado Galáctico solo se congregarían cada cierto tiempo, sin embargo, siempre habría un embajador de cada planeta en aquellos que se habrían unido.

Por su parte, el general retirado Lando Calrissian había decidido que las reuniones senatoriales fueran en Bespin. Así podrían vigilar más cuidadosamente a quienes pudieran tener malas intenciones. De igual forma, había tomado la decisión de que cuando él ya no estuviera, su hija tomaría su lugar. Para ese entonces Han ya había recordado donde había escuchado el nombre de esa chica, Jannah. Al igual que él, su amigo Lando había formado una familia, pero cuando la Primera Orden comenzó a secuestrar niños, se la llevaron consigo.

Finn, Poe, Jacen, Rose y Zay, hija de Iden Versio y Del Meeko, fueron nombrados generales de la nueva Armada Rebelde, que se encargaría de salvaguardar la integridad de la galaxia y la Renacida República.

Los héroes de guerra se habían reunido de nuevo en el planeta boscoso-selvático que les había servido como base y hogar durante la guerra. Iban a celebrar un año de su victoria y un acontecimiento más, la unión de Rey y Ben.

Algunos estaban emocionados por la reunión, otros seguían preguntándose porqué le habían dado el perdón a esa chica, y unos más querían que ella estuviera en una celda. Sus crímenes contra la galaxia habían sido perdonados por haber ayudado en aquella batalla. Además el tener el testimonio de Han cuando estaba en la Starkiller y tener como suegra a la Cansiller ayudaba bastante.

La boda iba a dar inicio en medio del bosque selvático. Rey no tenía un padre que la entregara al altar, por lo que creyó que caminaría sola hacia el hombre de su vida. Todos los invitados la estaban esperando. Ella comenzó a caminar, detrás de ella se arrastraba la cola de su vestido color hueso. Cuando había dado unos pasos, Han se acercó a ella y le ofreció su brazo.

-Han...

-Nada me haría más feliz, que entregar a mi futura hija en el altar.

Ella recibió su brazo para continuar con su camino. Rey se conmovió con las palabras que le había regalado Han, tanto que dejó derramar un par de lágrimas.

-No te estarás arrepintiendo, ¿cierto? –le dijo en un susurro mientras continuaban el camino por la alfombra de flores que adornaba el lugar.

Todos los invitados estaban de pie, observándola. Sus más allegados, aquellos que la conocían bien, estaban felices por ella. Algunos se inclinaban ligeramente para felicitarla, gesto que ella respondía con una sonrisa.

-Claro que no -respondió.

Al final del pasillo estaba él, Ben Solo, su futuro esposo, que la esperaba en el altar vestido con un elegante traje negro. Él sonrió al verla caminar hacia su lado. Ella vio toda su vida pasar frente a sus ojos, acto que usualmente pasa al término de la vida, y así era. Rey estaba dejando su otra vida atrás, estaba muriendo la que alguna vez fue, para renacer de entre las cenizas con una nueva identidad.

Al llegar al altar, Han soltó su mano le besó la mejilla y la entregó a su hijo. Ben no pudo detener la enorme sonrisa que formaban sus labios. Cuando tomó su mano y caminaron juntos un par de pasos para llegar ente Lando, quien oficiaría su boda.

Una vez al frente los invitados tomaron asiento, unos de ellos ya estaban llorando por aquella unión.

-Señoras y señores, héroes de guerra –comenzó a decir Lando –Estamos aquí para ser testigos de la unión de Ben y Rey Solo...

Cada uno de ellos recitó sus botos, se juró amor eterno en esa vida y en las que vinieran, porque siempre estarían juntos, siempre se volverían a encontrar. El destino de los que se aman es encontrarse, en la vida actual y en las venideras.

Al finalizar la ceremonia unieron sus labios, todos aplaudieron. Ellos se dieron la vuelta para agradecer a quienes los habían acompañado y al final del pasillo de flores, del otro extremo, había tres invitados más. Tres personas que no podrían faltar en el día más importante de Ben. Mara, Luke e Iliana estaban con él. Ben asintió con un leve movimiento de su cabeza y un segundo después desaparecieron.

*****

En una de las colinas de Naboo, había una modesta casa que era rodea por un enorme jardín, ahí corrían un par de niños con unas varas de un viejo árbol que daba una enorme sombra.

-Yo voy a ser papá.

-No, Liana –le dijo el más pequeño –Yo seré papá. Tú puedes ser mamá.

-No, Ani –dijo la niña –Tu puedes ser mamá, eres el más pequeño y mamá es más joven que papá.

De la casa salió Rey, quien cargaba una canasta con ropa limpia mojada.

-¿Por qué ninguno quiere ser como yo? –Reclamó mientras se dirigía a los tendederos.

-Porque papá es más fuerte, obvio –apuntó Liana –Ani puede ser tú.

Detrás de ella salió Ben, quien la ayudaba con un par más de canastas y se colocaba al otro extremo para ayudarla a tender.

-Déjenme decirles –interfirió él –, que hubo personas más poderosas que nosotros.

-Ya sabemos la historia del tío-abuelo Luke –reclamó la niña.

-Y la del bisabuelo Anakin –continuó el niño.

Ben y Rey se miraron uno al otro y sonrieron. A sus dos hijos los habían criado con las historias de guerra de su familia, pero había una que aún no contaban.

-¿Ya les contamos la historia de si tía Iliana? La mujer que tenía el poder de detener armadas completas con solo extender su mano.

Los niños se asombraron al escuchar la sinopsis. Corrieron y se sentaron en el césped cerca de sus padres para poder escucharlos con atención.


*****


**Notitas de la autora** 

Y bueno, esta fue el final de esta historia. como siempre, agradezco incondicionalmente que me hayan acompañado en el transcurso de la misma. Gracias por sus votos, sus comentarios y por seguirme en mi perfil, de verdad muchas gracias. 

Actualmente estoy planeando un nuevo fanfic que se desarrollará despues de "El ascenso de Skywalker", por lo que les pido estén atentos. 

Regreso a agradecerles por dejarme llegar hasta ustedes de esta forma. 


No quiero irme sin ates recordarles que se cuiden mucho ante esta contingencia.


Sañudos a todos. 

Que la fuerza los acompañe y ¡Que viva el Imperio!

Yahaira MoRz


Rewriting Our History [Reylo AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora