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Había pasado casi un año desde el último enfrentamiento entre la Primera Orden y la Resistencia Rebelde.

Ben, quien ahora se hacía llamar Kylo Rey, había formado una relación más estrecha con Rey. Ahora era una pareja completa. El equilibrio, la tranquilidad que formaba uno con otro era todo lo que querían. Eran felices juntos, pese a ello, ella nunca dejó de ser la Líder Supremo de la Primera Orden, y más importante, nunca le dijo a quiénes eran los soldados que habían tenido aprisionados todo ese tiempo. Él tampoco lo había preguntado nunca.

Iliana juró lealtad a la futura emperatriz de la galaxia. El día que liberó su odio, se dio cuenta de que ella no podía seguirse engañando a sí misma. Ella sabía que debía ser parte del Lado Oscuro de la Fuerza. Siempre trataba de ser la jedi perfecta por sus padres, de mantener la calma. Se reprimía a sí misma y no se mostraba como realmente era. Ella ya no era una jedi. El día que supo que su abuelo era un Lord Sith comenzó a dudar de su naturaleza y sentía miedo. El día que su madre le dijo que había servido al Imperio sintió aún más confusión, y el día que mató a los senadores, fue la primera vez en toda su vida que se sintió ella misma, iba a abrazar esa nueva identidad y jamás la iba a dejar.

Rey le encomendó a la pelirroja buscar la forma de llegar a Exegol, con ayuda de los dos caballeros de Ren que quedaban con vida hasta el momento. Iliana siguió la pista de Vader hasta Endor, donde encontró el lugar en que su padre había hecho un funeral a su abuelo. Entre los escombros y la jungla encontró un viejo casco destruido. Ella sabía exactamente a quién pertenecía. Sin dudarlo los guardó con recelo.

-Terminaré lo que iniciaste, abuelo –le decía constantemente al viejo y desfigurado casco.

Tras casi un año de búsqueda, la huella del poderoso Darth Veder la llevó hasta Mustafar, donde se encontró con grandes curiosidades, entre ellas un oráculo que era protegido por los seguidores leales del antiguo Lord Sith. En cuanto pisó el planeta rojizo, recibió un ataque que pretendía detener su paso, pero eso no era suficiente para contenerla. Aquellas voces que escuchaba en su cabeza, le habían enseñado cosas, la más importante, controlar por completo el año oscuro de la fuerza. Su madre alguna vez, la describió como un prodigio, y no porque fuera su madre, sino porque era cierto; algunos pensaban que incluso podía llegar a ser mejor que Ben Solo.

Al término de la batalla, ordenó a los caballeros de Ren que purgaran la zona, ella debía hablar con el Oráculo. Al Verlo de frente, tuvo una extraña sensación de familiaridad. Trató de hablar con él, de preguntar cosas pero solo le dijo una frase "Ayudarás a traer equilibrio".

La furia de Iliana creció, ella necesitaba saber más que eso. Deseaba saber qué era lo que le deparaba o a donde la llevaría la fuerza.

-Lo encontramos –le dijo uno de los caballeros –está dentro del castillo.

-Llévame a él.

Dentro del castillo de Vader, se encontró con un cobre perfectamente conservado. Lo abrió deprisa y se encontró con el holocrón sith. Lo tomó entre sus manos y sonrió al sentir la energía que manaba del raro artículo.

-¿Debemos avisarle a la Líder Supremo? –cuestionó el caballero que la había guiado hasta ahí.

Iliana se dio la vuelta para mirar a los dos caballeros.

-Déjenme preguntarles algo –les pidió. Los hombres se miraron entre sí y asintieron levemente –En este preciso momento ¿a quién son leales?

-A la Líder Supremo, Rey. Por supuesto –Iliana sacó su sable y lo apuñaló tomándolo por sorpresa.

-Error.

-A usted por supuesto –contestó el otro deprisa mientras se desplomaba el cuerpo de su último compañero.

Rewriting Our History [Reylo AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora