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Rey estaba cansada, no trabajaba como sus ingenieros, pero entrenaba hasta más no poder, dormía menos que ellos, y trataba de hacer más recorridos que de costumbre.

Caminaba sola por los pasillos, había dejado a sus escoltas descansar.  El agotamiento era notable, se encontraba irritada aunque trataba de no demostrarlo manteniéndose lo más tranquila posible. La soledad inundaban el lugar. El trabajo era limpio y perfecto a pesar de haberlo hecho a prisa, sus pocas habilidades como mecánica le habían enseñado a reconocer algo bien hecho.

Mientras continuaba con su camino, se topó de frente con el único técnico que había llamado su atención: Matt.

-Creí que tidos estaban descansando.- soltó ella.

-Eso mismo pensé. Usted debería descansar un poco más, comandante.

- No puedo hacerlo si mis hombres no lo hacen.

-Ese es un modo muy extraño de pensar para alguien que tiene poder.- reprochó él mientras comenzaba a arreglar unos cables.

- No creo ser alguien que lo tenga, -dijo ella con un tono de tristeza. Se recargó en el muro viendo como el técnico trabajaba hábilmente -más bien, Snoke es quien tiene el poder ahora.

.-¿Snoke? ¿No “Líder Supremo”?

-Cuando no estoy frente a él, sólo es Snoke. -respondió.

Para ese entonces se suponía que su herencia debía mantenerse en secreto. De hecho ella sabía que heredaría toda la Primera Orden, aunque no sabía bien el porqué.

-Aún así, es privilegiada, -regresó al tema anterior -nació con suerte. Es usuaria de la fuerza…

-Y una de las personas más odiada de la galaxia.- interrumpió.

-He escuchado que ha hecho cosas horribles.- dijo el mientras miraba su cableado, un extraño brillo se reflejó en sus gafas, esperaba que admitiera sus crímenes.

-Me adjudican más cosas de las que he hecho.- respondió mientras miraba al suelo y jugaba con sus pies -Puede que si sea lo que dicen… quien sabe.

Rey dio un gran suspiro, vio de nuevo la espalda de Matt, sonrió al ver sus orejas enredadas en su rubia cabellera, sintió que su corazón se aceleraba. Era momento de salir de hay.

-Será mejor que te deje trabajar.- continuó ella mientras se incorporaba para salir por el pasillo.

Matt la miró caminar, sintió el impulso de detenerla, y así hizo. La sujetó fuertemente del brazo y la acorraló contra el frío muro de metal. Las ropas negras de la muchacha se ondularon  al compás del movimiento. El rubio sentía la necesidad de hacerla hablar, de que confesar sus crímenes, la vio a la cara. Sujetó su brazo sobre su cabeza, la miró unos segundos.

Rey se sentía impactada, nadie la había tratado así, y quien lo intentaba terminaba con serias lesiones, pero el era diferente.

La chica miraba sus labios, luego sus ojos escondidos tras los cristales, tragó duro y entre abrió su boca, rogaba por el contacto de esos labios. La lejanía entre sus rostros se hacía cada vez más estrecha, él se acercaba cada vez más a ella. A unos milímetros, la soltó y se apartó.

Él tomó sus cosas y se fue dejando a la chica totalmente confundida con el corazón en el puño y anhelando que aquel beso se hubiese consumado.

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Las siguientes horas, Rey las pasó entrenado, debía sacar aquel recuerdo de su mente y su corazón. Las ojeras que demostraban su agotamiento eran cada vez más notorias. Los troopers que la escoltaban se miraban uno al otro sin saber cuál era la motivación para tan arduo trabajo.

Hux, entró a la sala, hacia tiempo que no veía a la chica. Cuando vio a los escoltas les ordenó que salieran, estos obedecieron de inmediato.

-Estas trabajando muy duro.- dijo el pelirrojo  mientras caminaba hacía ella con una toalla en las manos.

Ella caminó hacía él, le recibió la toalla y comenzó a limpiar su rostro. En su ropa negra se veían marcadas las manchas que el sudor de horas de entrenamiento habían creado.

-Deberías darte un baño -volvió a decir él mientras las chica miraba el suelo pensativa -, Snoke envió una alerta, se comunicará contigo en unas horas.

-Anotado. – Respondió mientras le regresaba la toalla y salía de ahí.

Hux, sostuvo el trapo húmedo entre su pulgar e incide con asco y procedió a arrojarlo a una banca.

Camino a su habitación, se encontró de nuevo con los técnicos, quienes molestaban a Matt para divertirse un poco. Al verla pasar cesaron, sin embargo ella no dijo nada, sólo se limitó a ver a su rubio técnico a los ojos, y continuó su camino.

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Rey se aseó y se dispuso a dormir un poco antes de la holo-llamada de su Líder Supremo.

En su corto sueño, la fuerza le mostró imágenes de batalla en la base que construía: la Star Killer.

Su contrincante era un hombre alto, con cabellera negra, sólo veía su silueta, por más que buscaba no encontraba su rostro, lo único que alcanzó a distinguir fue un sable en forma de cruz color púrpura.

Poco a poco fue abriendo sus ojos, miró al techo y se quedó pensando en aquel sueño.

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Matt regresaba a su puesto de trabajo, sin embargo un chillido llamó su atención. Caminó por los pasillos en busca del origen del ruido y se encontró con cuatro soldados golpeando y amenazando a dos ingenieros. Sin dudarlo el chico rubio saltó para tratar de ayudarlos, pero sus vestimentas blancas eran tan duras que al pronunciar el primer golpe sintió como la piel se abría debajo de sus guantes de trabajo.

Los soldados burlándose tomaron sus bláster y comenzaron a golpearlo con la cacha por haber interferido.

De un segundo al otro sintieron a una persona parada detrás de ellos, por lo que voltearon a ver sus espaldas. Y ahí estaba ella: Rey, parada viendo el rostro golpeado de Matt y a los dos ingenieros sumamente lastimado detrás de él.

-¿Qué pasó aquí?

-No estaban  haciendo su trabajo, comandante.- respondió uno de los soldados de prisa.

Rey miró a los ojos al rubio, este bajó la mirada en cuanto hizo contacto visual con ella.

-FN-2187…

-¿Si, comandante?

-¿Qué es más útil? ¿Dos ingenieros y un técnico que han demostrado hacer un buen trabajo o cuatro soldados inútiles fácilmente reemplazables?

El ambiente se tornó pesado y oscuro, el terror de los soldados se sentía en el aire que respiraban. La mirada de la chica cambió de su color habitual a un rojo brillante.

-Me temo, comandante… -Dijo el trooper – Que son más útiles los ingenieros y el técnico.

-Eso pensé.- dijo ella casi en un susurro mientras encendía su sable doble y con un certero movimiento apuñalada a los soldados atravesando sus armaduras.

Los hombres que estaban debajo de aquellas vestimentas blancas calleron al suelo muertos en cuestión de segundos.

El rojo del sable iluminaba el rostro de la chica y hacía que las gotas de sangre que habían salpicado a su rostro brillaran.

Apagó su arma y con su mano enguantada limpió su rostro. Entonces se percató de la mirada penetrante que le había brindado Matt, en ese instante sintió como si apuñalara con sus ojos su corazón.

-Lleven a los heridos a la enfermería, que descansen por hoy.- dijo a FN y HS mientras se retiraba del lugar.

-¿Y los cuerpos?

-De eso se encargará Pashma

Rewriting Our History [Reylo AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora