Emily
Estaba sentada en una mesa para dos de un restaurante italiano que Ryan me había dado la dirección.
- ¿Que es lo que desea para comer señorita?- me preguntó un camarero con algo de acento italiano.
- Oh no, estoy esperando a alguien.
- Esta bien, ¿sabe si va a tardar mucho?
- No creo.- le dije y el camarero se despidió con una sonrisa.
Pasaron diez minutos mas hasta que alguien se sentó enfrente mio.
- Que puntual.- le dije alzando la cabeza para verle.
- Lo siento, problemas familiares.
- No pasa nada, me imaginó que ahora vendrá el camarero.- le dije.- ¿Puedo preguntar que ha pasado?
- ¿Que desean para comer?- nos interrumpió el camarero.
- Lasaña.- dije yo.
- Yo igual.
- ¿Y para beber?- nos volvió a preguntar el camarero.
- Yo solo quiero agua.- dije.
- Yo coca cola.- dijo Ryan.
- ¿El postre lo quieren pedir luego?- mire a Ryan y el asintió.
No volvimos a hablar hasta que vino el camarero con nuestra comida.
Me quede mirando a Ryan, me quede mirando sus ojos azul verdosos, esos ojos que el año pasado me enamoraron, me empecé a acordar de todo, de cada momento junto a el, ¿Por que le deje? Ni siquiera me acuerdo.
- Nosotros nunca terminamos, porque nunca empezamos.- Murmuré.
- ¿Que has dicho?
- Nada nada.
- ¿Segura?
- Si, oye, puedo hacerte una pregunta.
- Claro.- dijo sonriendo, pero era una sonrisa triste, se notaba que algo le pasaba.
- ¿De verdad no te diste cuenta de que te quite la pulsera?
- ¿La verdad?
- La verdad.- le respondí.
- Si, pero me intuía que te tocaría pagar una comida, y quería invitarte yo.- se encogió de hombros.
- ¿Como te diste cuenta y cuando?
- Cuando fui a entrenar suelo quitármela para no perderla y entonces me di cuenta que era demasiado inusual recibir un beso de Emily Lia Parker Jonson.
- Vaya, mmm...¿gracias?
- Mmm...¿de nada?- dijo él y yo reí.
- Esto esta verdaderamente bueno.- dije saboreando cada pizca de la lasaña.
- La verdad es que si.- seguía algo triste.
- ¿Esta bien?- le pregunte.
- Creo que si...- me dijo él.
- ¿De verdad? Si te pasa algo o necesitas algo sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad?
- Claro.- dijo él y volvió a sonreír, pero esta vez de agradecimiento.
- Oye, ¿pedimos ya ese postre?- le dije, espero que hubiese tarta chocolate.
- Yo estaba pensando lo mismo.
* * *
- Bueno, ya hemos llegado.- me dijo él. Ryan me había acompañado a casa.
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¡Volvemos a ser vecinos! (Pausada)
Teen FictionEmily y Kyle eran inseparables a los nueve años, a parte de ser vecinos. Pero la familia de Kyle se muda cuando esté tiene diez años, y toda esa conexión desaparece. Emily tiene quince años cuando Kyle vuelve, vuelve a mudarse y ¡vuelven a ser vecin...