Emily
Estaba tumbada sobre la hamaca del patio trasero de mi casa. Encima mio había unas cuatro mantas para no pasar frío.
Sostenía en mi mano una novela policiaca que había encontrado en la biblioteca de mi casa.
Llevaba una semana castigada, y todo por culpa de Kyle, bueno, en realidad sabía que la culpa no era suya, sino solamente mía, pero tenía que culpar a alguien.
Todo estaba muy en calma, ayer nevó por la noche y había una capa de unos cinco centímetros de nieve, y os preguntaréis por qué narices me pongo yo a leer en mi patio cuando hace un frío que pela y ha nevado, bueno pues... no hay palabras para describir lo bonito que queda el manzano que hay plantado recubierto de nieve, al igual que los dos chopos que sostienen la hamaca.
Me concentre en el capítulo 17 de la novela, estaban a punto de pillar al asesino, y yo necesitaba con mucha ansia saber si era el que yo pensaba, una página y se acabaría el capítulo, una página y todas mis dudas se irían, pero entonces una bola de nieve cayó encima de mi libro, mojando toda la pagina y haciendo que la tinta se difuminara.
Se escucharon unas risas de la parte de atrás de la valla alta que separaba mi casa con la de Kyle, le mató, y esta vez de verdad, luego me buscaría una identidad falsa y me iría del país, pero Kyle iba a morir.
—¡Pedazo de idiota! — le grité frustrada.
Más risas. Cogí una bola de nieve en mis manos y me asome por la valla para lanzársela, el paro de reírse y empecé a hacerlo yo.
Al los cinco minutos habíamos empezado una guerra entre ambos.
—¡Idiota me has mojado el libro! —le grité mientras seguía lanzándole bolas.
—Idiota me has mojado el libro. —dijo él haciéndome burla.
Salté la valla y me lancé sobre él, le iba a hacer tragar nieve, literalmente.
Él se escapó y se metió en su casa.
—¡Vuelve cobarde! —le grité mientras huía pero el solo se reía y se metió en casa.
Se asomó por una ventana y me sacó la lengua.
—Estas castigada, no puedes salir de casa. —me dijo sonriendo, le iba a romper esa sonrisa de tonto de un buen manotazo.
Volví a saltar la valla y me metí en mi casa.
* * *
—James, nos vamos a patinar sobre hielo con los vecinos, date prisa. —dijo mi madre.
—Yo también voy a cambiarme. —dije levantándome del sofá para ir hacía mi cuarto.
—¿A donde te crees que vas? —me preguntó mi madre.
—A patinar con vosotros.
—De eso nada, estás castigada, y no hay más de que hablar.
Me encanta patinar, no podía castigarme.
—Pero mamá...
—Ni pero ni nada, estas castigada.
Subí a mi cuarto y oí como se cerraba la puerta. De repente me llegó un mensaje.
Para Emily de Kyle:
“¿Qué tal está la castigada?”
Para Kyle de Emily:
“Vete a la mierda. ”
Para Emily de Kyle:
“Si te sirve de consuelo, yo también estoy castigado. ”
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¡Volvemos a ser vecinos! (Pausada)
Novela JuvenilEmily y Kyle eran inseparables a los nueve años, a parte de ser vecinos. Pero la familia de Kyle se muda cuando esté tiene diez años, y toda esa conexión desaparece. Emily tiene quince años cuando Kyle vuelve, vuelve a mudarse y ¡vuelven a ser vecin...