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Narra Harry

Regresamos de la misión victoriosos, pudimos capturar a todos en el casino; personal de seguridad y servicio, algunos cambiaformas, vampiros y liberamos a los humanos, todos estaban ahí a excepción de ese peculiar hombre de ojos azules y cabello castaño quien iba con un cambiaformas tigrillo y una nutria.

— Harry, necesito el informe del caso y que realices el interrogatorio a nuestros amigos mágicos — dijo el sargento mientras dejaba una pila de papeles en mi escritorio.

— Como ordene, señor —  dije y me dispuse a preparar todo.

Me levanté y me dirigí a la sala de interrogatorios, ahí se encontraba sentado uno de los lotófagos más antiguos que hubiera visto en mi vida.

Con cerca de 5000 años, se encontraba sentado Gregory con una sonrisa plasmada en su rostro.

— Bien, Gregory es momento de que empieces a decirnos como mantenían cautivos a los humanos.

— No tengo nada que decir, o bueno tal vez deberías decirme tu nombre primero.

— Detective Styles — dije a secas y el sonrió aún más.

— Me gusta tener en mi cama siempre a una buena masa de músculos como tu, detective.

— Ese no es el tema Gregory, necesito que respondas a mis preguntas.

— Mi querido Harry, no estas siendo un detective amable — dijo poniéndose de pie y acercándose a mí, por instinto me aleje y él soltó una carcajada — No muerdo, detective.

— Gregory, ¿Los cambiaformas y vampiros están enterados de los delitos cometidos dentro de su casino?

Gregory me miró como si me hubiera crecido otra cabeza y sonrió.

— Necesito un abogado, Harry.

Mierda, pensé que no tendríamos que ir a juicio pero al parecer estaba equivocado.

— Como guste Gregory — dije y antes de que respondiera salí de la sala de interrogatorios.

Fin de la narración

Louis despertó horas después de su larga siesta y se encontró con Clay velando su sueño.

— ¿Qué haces en mi habitación? — dijo un poco desorientado el ojiazul.

— Necesito que hablemos, mi señor, es muy importante.

— Bien, iremos a casa de Annabeth y ahí podremos hablar solos y sin interrupciones — dijo Louis cansado de la insistencia de Clay.

— Gracias señor, es necesario que lleve todos los libros que el rey le regaló.

Louis solo asintió y despertó a Misael quien aún dormía.

— Mi amor, debemos ir donde tía Annabeth — dijo moviendo a su hijo levemente.

El menor se despertó y talló sus ojos.

— Si papi, voy — respondió, se levantó y extendió sus brazos para que su padre lo levantara.

Louis tomó a su hijo en brazos y esperó a que Clay alistara los libros que su padre le había regalado, cuando todo estuvo listo con la energía que había recuperado abrió un nuevo portal pero esta vez en medio de la habitación de su mejor amiga.

Narra Harry

Salí de la estación bastante cabreado, había pasado horas y horas interrogando a todos los que estaban dentro del casino y no había obtenido respuesta.

"OMEGA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora