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— Abuelo, creo que tenemos un grave problema — dijo Eliana entrando en la mansión.

Todos se encontraban en la sala principal viendo televisión, cuando Eliana hablo la regresaron a ver y vieron al diablillo entre sus brazos.

— ¿De donde lo has sacado? — preguntó Aley molesta.

— Estaba pasando por Adak y me pareció muy lindo, pregunté su nombre y me trajo aquí; antes de desmayarse dijo algo bastante que me dejó confundida.

— Dime Eli, ¿Qué es lo que dijo?

— Tenemos problemas, buscar a Arthur, Anchorage. Después de eso se desmayó y lo traje directo aquí.

— Necesitamos a Patrick — suspiró Arthur sacando su teléfono y llamando a su mejor amigo.

Hablaron un rato y después colgó.

— Está en camino, amor ve a cambiar tu ropa y deja al pequeño biablillo en el sofá de mi oficina.

— Sí abuelo, voy enseguida — dijo Eliana desapareciendo en la mansión.

Paso alrededor de una hora y Patrick aún no regresaba, se encontraba buscando ingredientes para sus pociones en Rusia y al recibir la llamada de Arthur le había dicho que regresaría cuando terminase.

— ¡Estoy en casa! — gritó Patrick entrando a la mansión con un montón de bolsas en sus manos.

— Permitame ayudarlo, señor — dijo uno de los sirvientes tomando las bolsas del hechicero.

— Muchas gracias, Victor — dijo Patrick sonriendo.

— El alfa lo espera en su oficina — dijo Victor y se retiró llevando las bolsas de Patrick a su habitación.

Narra Arthur

El pequeño diablillo seguía inconsciente recostado en los sillones de la oficina del alfa.

Caminaba de un lado a otro observando detenidamente las características del pequeño rojizo que se encontraba en mi mansión.

— Hermano, ¿Qué es lo que ha pasado?— dijo Patrick entrando a mi oficina.

— Tenemos problemas, es uno de los diablillos del infierno, dejó un mensaje un tanto extraño.

— ¿Qué mensaje?

— Tenemos problemas, buscar a Arthur, Anchorage — repetí lo que Eliana me había dicho.

— Estoy seguro de que esto tiene que ver con Louis y su estancia aquí.

— Me temo que sí, pero ha pasado una semana desde que se fueron.

— Los diablillos son seres muy despistados, de seguro el mensaje fue enviado mucho antes y hasta ahora es que pudo recordarlo completamente.

— Estas diciendo que mis hijos tuvieron problemas apenas regresaron a casa.

— Me temo que sí, debemos lograr que nos diga el lugar donde esta ubicado el infierno, debemos salvar a todos.

— Pero aún sigue inconsciente.

— Debemos secar su ropa y darle una descarga de calor.

Patrick extendió sus manos y viento caliente comenzó a rodear al diablillo, poco después de secarse, el pequeño despertó

— Al mojar su cuerpo con el agua helada de Alaska el fuego en su interior se apagó y perdió el conocimiento — explicó Patrick ayudando al diablillo a incorporarse.

— Soy Boo — dijo llamando nuestra atención — Tenemos problemas, buscar Alfred, Adak — repitió levantándose del sillón.

— No te muevas — dijo Patrick — Dime Boo ¿Quién tiene problemas? — dijo tan suavemente que pensé que hablaba con un bebé.

"OMEGA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora