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Louis se encontraba paseando de un lado a otro dentro de la habitación.

— No puedo más, necesito ver a mi hijo — dijo golpeando una vez más las paredes.

Nadie respondió, como siempre, había perdido el sentido del tiempo y ahora no estaba seguro de si era de noche o de día.

— ¡Estoy harto! — gritó el ojiazul.

Pero nada pasó, estaba empezando a desesperarse, no sabía nada de su hijo ni de su hermano. Mariam no había ido a verlo, tampoco le daban agua ni comida en la prisión en la que estaba, no lo necesitaba pero al menos en su interior quedaba la pequeña esperanza de que su abuela lo quisiera.

— Voy a volverme loco — dijo susurrando y dejándose caer en el suelo.

Long Beach - California

Harry estaba listo para tomar otra misión, Remus Black había sido removido y todo el ambiente en el trabajo era más relajado.

Desde que su padre le entregó el collar de plata no se lo había quitado y se sentía mucho más conectado consigo mismo y con algo en alguna parte del universo aunque no entendía bien qué era.

Narra Harry

Estaba en la estación arreglando documentación del último caso que habíamos investigado cuando una alerta empezó a sonar por todas las bocinas de la estación.

— Miles de demonios han salido a las calles de California y sus alrededores — dijo el sargento en medio de todo el bullicio.

— ¿Cómo podemos ayudar? — preguntó uno de mis compañeros.

— Debemos organizar grupos de limpieza y evacuación, debemos salvar a los humanos y mandar a todos los demonios de vuelta al infierno — ordenó el sargento.

— Bien, señor — dijimos todos al unísono y comenzamos a movernos para organizarnos y tomar nuestras armas.

— Detective Styles — dijo el sargento antes de que pudiera irme — Lo necesito de jefe en uno de los grupos que vayan hacia las costas, estoy seguro de que su ayuda vendría bien.

Asentí y me dirigí rápidamente a organizar un grupo para salir a pelear con los demonios.

1 mes después

Había pasado un mes desde que todo se supo, Louis había sido torturado, herido y debilitado en todos los sentidos posibles.

Se arrastraba, sus piernas ya no respondían, su cabello alguna vez castaño se encontraba gris y opaco, sus ojos azules habían cambiado a negro y su piel bronceada era pálida cual papel.

— Por favor, déjame ver a mi hijo — dijo Louis implorando a su abuelo.

— No, el pequeño Misael ya no existe.

— No, por favor, no — dijo intentando ponerse en pie.

— Te lo advertimos, debías seguir al pie de la letra nuestras órdenes y tu escuincle no saldría lastimado.

— Yo hice lo que quisieron, siempre lo hice.

— ¡Mientes! — gritó Mariam entrando a la habitación donde el castaño se encontraba encadenado.

— ¿Dónde está mi hijo, mi hermano? — dijo Louis desesperado.

— No lo volverás a ver, mi amor — escupió Mariam con sarcasmo y salieron, cuando la celda estuvo vacía los demonios que torturaban a Louis diariamente aparecieron con una sonrisa sádica en sus rostros.

"OMEGA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora