Flora
Hoy el pequeño Sebastián cumple un año, sí un año lleno de tranquilidad y felicidad, un año que está aquí con nosotros y sus tíos le han montado una fiesta, miedo me dan esos cuatro cuando se juntan; también vendrá Diana que ya sabe lo que somos y me da mucha alegría de ello. Ah y hoy también viene la familia de Duncan, aunque realmente no sé quién viene aparte de sus padres.
- Florecilla, ya están aquí - me avisa Duncan.
Siempre me llama así y me gusta que lo haga.
-Ya voy lobito - le digo sonriendo y sé que sonríe por como lo he llamado.
Cojo a Sebastián y bajamos las escaleras, el padre de mi hijo nos espera al final de ésta con una gran sonrisa en su cara; besa mis labios y al pequeño le da otro beso en su cabecita, rodea mi cintura y vamos a la puerta. Al abrirla nos encontramos con sus padres y dos personas más, son mayores porque se les nota los años pero aun así se les ve bien en todos los aspectos.
- Flora querida, cómo estás - me pregunta Hada.
- Bien gracias - le respondo. - Y vosotros - le pregunto.
- Estupendamente - responde sonriente.
- Abu abu - dice Sebastián llamando la atención.
- Y mi hombrecito que - pregunta haciéndole cucamonas al pequeño.
- Bien abu - dice riéndose.
- Y yo qué - salta Duncan y nos echamos a reír.
- Ambos hombrecitos están bien y dando mucho trabajo - respondo riéndome.
- Flora, ellos son… - intenta decir Duncan.
- Los abuelos de éste hombretón y bisabuelo de éste hombrecito - dice el hombre mayor.
- Abuelo - salta Duncan.
- Mi nombre es Fred y ella es mi mujer Kaly - se presenta.
- Mucho gusto, me hace feliz conocer a su familia - digo con una sonrisa y estrechando su mano.
- Porque no pasáis y así conocéis a este pequeñín - dice Duncan cogiendo a su hijo.Nos vamos a la sala de estar y el pequeño está tan risueño yendo de uno a otro que no se cansa. Esta tarde será la fiesta y estoy deseando que llegue. El almuerzo transcurre tranquilo, el pequeño ha comido y ahora duerme en la cuna portátil que ahora está en la salita mientras nosotros estamos charlando y almorzando. La tarde llega y nos reunimos todos en el centro porque a mis queridos “hermanos” se les ha ocurrido invitar a toda la manada. Una vez todo el mundo allí empieza la fiesta y mi pequeño es el centro de atención tanto de los grandes como de los pequeños; todo el mundo habla, grita, ríe, llora de felicidad, hace bromas… y sobre todo come y bebe como si no tuvieran fin y me siento feliz por tenerlos a ellos. Duncan tiene a Sebastián en sus brazos y yo a su lado hasta que algo llama mi atención.
- Vuelvo enseguida, no tardo - le susurró en el oído.
- Vale, no tardes - me responde y me alejo de él.
- Joe, puedes venir conmigo - le susurró.
- A dónde - me pregunta.
- He visto algo en aquella parte y apoyado en el árbol - le respondo.
- Vamos - dice.Nos encaminamos hacia aquella parte del bosque, la silueta cada vez se veía mejor conforme nos acercábamos y cuando estábamos justo delante vemos a una mujer que sostenía o protegía su pecho de algo, antes de llegar pude leer sus labios en un ayuda.
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Mi Mate es un Guerrero
WerewolfUna mujer loba después de vivir su vida en la gran ciudad, regresa a casa y su compañero es el que menos se puede imaginar.