Capítulo 26. La Noticia

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Duncan

A la  mañana  siguiente dejamos a  Sebastián con mis padres  y  nosotros nos vamos a la  consulta para  que Suez  le eche  un vistazo  y  saber cómo se  encuentra.

- Buenos días  chicos  -  nos  saluda Suez.
- Buenos días  -  respondemos a la vez.
- Bueno  Flora, menuda  sorpresa  -  dice  riendo.
- Sí, además la primera  sorprendida soy  yo  -  le  responde  y  reímos.
- Suez, quería  que  revisaras a Flora  por si…  -  le digo.
- Te  entiendo,  entonces  Flora  entra  en  la  habitación  y  desnúdate  de  cintura  para  arriba  incluido  el sujetados,  y  coge  una  sábana  -  le dice  y  ella  asiente.
- Suez, habrá  algún daño  -  le pregunto preocupado.
- No  lo  sabemos  todavía,  por  eso  quiero  hacerle  una  ecografía  se  verá  mejor  que  una  radiografía -  me dice  y  asiento.
- Y si…  -  le intento decir.
- Duncan, todo estará  bien  y  no encontraremos ningún daño. De  acuerdo  -  me  dice  y  asiento.
- Ya  Suez  -  avisa Flora  y  vamos hacia allá.
- Vamos a ver  el pecho  y  el corazón  -  nos dice.

Empieza  a  mover  el  aparato  por  el  pecho  y  la  zona  del  corazón  sin  decir  nada,  mueve  el  aparato  y  toca el monitor  sin decir nada  y  me  está poniendo de  los nervios el que  no diga  nada.

- Todo está perfecto  -  dice  al fin.
- Entonces está  perfecta  -  le  pregunto  y  asiente.  -  Eso es estupendo  -  digo feliz.
- Suez  me vas a revisar  algo más  -  le pregunta  Flora.
- Sí, quiero verte  el abdomen  y  la  parte  baja de  la  barriga por  si hay  algo dañado  -  dice  y  asiente.

Con  la  sábana  que  cubría  su  cuerpo  Suez  la  coge  y  cambia  su  posición  tapando el  pecho  y  dejando al descubierto  esa  zona  que  quiere  mirar, le  echa  el gel  y  empieza  a  moverlo de  un lado para  otro.

- Oh!  -  dice  sorprendida.
- Qué  sucede  -  respondemos Flora  y  yo a  la  vez.
- Chicos van a  ser  padres  -  nos dice  sonriendo.
- De  cuánto  estoy  -  le pregunta Flora.
- Está bien  -  pregunto feliz.
- Están muy  bien  y  no tienen secuelas del disparo,  y  estás de  cuatro meses  -  nos responde.
- Están  -  pregunto confundido.
- Sí,  vienen  dos  -  me  responde  con  una  sonrisa  a  la  cual  yo  le  devuelvo.  -  Pero  es  extraño  que  no se  te noté, porque  te  quedan dos meses para  dar a  la  luz  -  dice  extrañada.
- Y cómo no se  nota  -  le pregunta  Flora.
- Ustedes sabían del embarazo a  que  sí  -  nos acusa  y  nos echamos a  reír.
- Lo descubrí el mismo día  de  la boda, pero creía que  estaba  de  poco  -  le  responde  riéndose.
- Yo lo descubrí el mismo día que  ella  -  digo riéndome  y  señalado a  Flora.
- Mmmm,  bueno  lo  importante  es  que  estas  dos  señoritas  están  perfectas  y  casi  listas  para  venir al mundo  -  nos dice  riendo.

Antes  de  salir  Suez  nos  da  unas  indicaciones  para  lo  que  queda  de  embarazo  y  le  manda  unas  pastillas para  fortalecer  los  huesos  de  las  tres. 

Al  salir  caminamos  para  casa  a  dar  la  buena  noticia,  pero  su vientre  es  tan  plano  que  dudo  que  nos  crean  al  decirles  que  dentro  de  dos  meses  la  familia  tendrá  dos miembros más.

Al  llegar  a  casa  reunimos  a  la  familia  y  a  los  amigos  más  cercanos,  una  vez  todos  reunidos  Flora  y  yo damos  la  noticia  y  aunque  al  principio  no  se  lo  podían  creer  todos  se  alegraron  por  nosotros. 

Después nos  sentamos  a  la  mesa  y  nos  ponemos  a  comer  entre  comentarios  de  cómo  serán  las  niñas,  cómo  se llamarán  y  lo buen hermano mayor  que  será  Sebastián. Ya  instalados  en  la  sala  de  estar,  Flora  coge  un  folio  que  titula  “nombres  de niñas”  y  lo  pasa  para  que  cada  uno  apuntará  su  nombre  y  los  nombres  de  las  pequeñas,  cosa  que  me pareció  gracioso  pero  aun  así  participé.  Al  coger  el  folio  veo  un  sinfín  de  nombres  unos  más  bonitos que  otros.

- Papá,  yo quero  -  me dice  Sebastián.
- Ven aquí  y  pones un nombre  -  le digo cogiéndolo.
- Ete me  busta  -  dice  apuntándolo.
- Seguro  -  le pregunto  y  asiente  feliz.
- Sí, ese  -  dice  y  se  ríe.
- Qué  te parece  ese  -  le pregunto.
- No sé  -  dice  con un mohín.

Sebastián  y  yo  somos  los  últimos,  así  que  le  devuelvo  el  papel  a  Flora  que  empieza  a  leer  algunos  de los nombres de la  lista.

- Amelia,  Beli,  Celia,  Denish,  Elsa,  Feliz,  Ginna,  Jane,  Lina,  Mel,  Nina,  Olga,  Rita,  Sara,  Tulvi, Winch, Zel, Mali, Jeny,  Sofía  y  Ariel - nombra Flora.
- Son musos  -  dice  Sebastián sorprendido  y  todos  nos echamos a  reír.

Mientras  los  adultos  tomamos  café  o  té,  los  pequeños  su  cola-cao  y  Flora  su  zumo  debatimos  los nombres  de  las  pequeñas,  más  bien  algunos  discuten  sobre  cómo  se  deben  llamar  mis  hijas.  Las  voces se  van  subiendo  de  tono  hasta  que  un  grito  nos  calla  a  todos  y  buscamos  su  procedencia;  el  grito  viene de  Sebastián porque  nos  mira  con enfado.

- Pasa  algo  pequeño  -  le pregunto.
- Mami,  no  les  haces  caso  y  ellas  quieren  participar  -  nos  dice  serio  y  apuntando  con  el  dedo  el vientre  de  su mamá.
- Cariño, ellas…  -  intenta  decir  y  Sebastián  asiente.
- Dame el…  -  intenta decir  y  se  calla  por la  mirada  que  le doy.
- Sebastián  -  le digo serio.
- Mamá, me puede  da  el folio  -  dice  más calmado.
- Toma  cariño  -  le  responde  Flora  extendiendo el folio.
- Gracias  -  responde.
- Sebastián  -  lo llamo.
- Qué  papi  -  me dice  sonriendo.
- Ahora  eres el hermano mayor  y  debes hablar  y  comportarte  bien  -  le susurró  y  asiente.
- Está bien papi  -  me dice  con un beso.
- Ahora  dinos  qué  nombres han  elegido tus hermanas  -  le digo sonriendo.
- Allá  va  -  grita tirando  el folio para  arriba.

No  sé  cómo  lo  ha  hecho,  pero  el  folio  se  ha  partido  por  la  mitad  y  hay  dos  nombres  escritos;  Sebastián coge  los  dos  trozos  y  nos  enseña  los  nombres,  Ariel  y  Sofía,  y  nos  dice  mi  pequeño  que  ambas  nacerán con la primera  letra  de  su  nombre  para  que  no haya  confusión.

Por  la  tarde  Flora  se  va  con  Sebastián  a  casa  y  yo  me  quedó  haciendo  guardia  y  protegiendo  mi  zona para  que  no  entre  ningún  extraño  en  el  territorio.  Pero  la  imagen  de  lo  ocurrido  esta  tarde  no  se  me  va de  la cabeza  y  me deja muy  confundido.

Cuando  llego  a  casa  son  más  de  las  doce  de  la  noche,  entró  con  cuidado  de  no  hacer  ruido  y  subo escalera  arriba  hasta  la  habitación  de  Sebastián,  lo  veo  en  su  cama  dormidito  y  me  voy  con  Flora;  me ducho  y  me  pongo  el  pijama,  me  meto  en  la  cama  y  al  momento  los  brazos  de  mi  florecilla  me  rodean, así que la  estrecho entre  mis brazos  y  me dejo llevar por  el sueño.

Mi Mate es un GuerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora