Capítulo 29. Joe y Félix

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Duncan

El  parto  duro  mucho  tiempo  y  dejo  a  mis  princesas  descansar,  bajo  junto  con  el  resto  de  la  familia  y explico  todo  lo  ocurrido  en  la  habitación.  Mi  pequeño  se  despide  de  todos  y  sube  las  escaleras,  sé  que va  junto  con  su  mamá  y  sus  hermanas,  será  un  buen  hermano  mayor  y  estos  dos  tendrán  que  tener mucho  cuidado  con  él  sino  quieren  salir  escarmentados,  bajo  una  imagen  graciosa  me  río  a  carcajadas y  todo el mundo se queda  mirándome.

Les  explico  que  ha  sido  una  cosa  entre  mi  pequeño  y  yo  y  por  ahora  se  quedan  conformes,  aunque  más adelante  tendré  que  explicar esa  escena  que  me he  imaginado.

- Gracias  a  todos  por  esperar,  pero  ya  es  tarde  y  mañana  podrán  ver  a  las  niñas  -  les  digo  a  los presentes.
- Entonces os dejamos descansar, pero mañana  estaremos aquí los primeros  -  dicen.
- Gracias  -  les respondo.  -  Joe, Félix, tengo que  hablar  con ustedes  -  les digo  serio.
- Ahora  -  me dice  Joe.
- Sí, ahora  -  le respondo.  -  Vengan a  mi  despacho  -  les digo.
- ¿Qué  sucede?  -  pregunta  Félix  extrañado.
- No os hagáis los tontos, porque  yo  no lo soy  -  les  digo serio.
- Duncan, lo siento. De  verdad,  yo no…no quería  -  me dice  Joe  tras un silencio  y  unas miradas.
- Eso lo sé  -  le digo.
- Ella tendrá  que  venir conmigo a  mi  manada  -  me  salta  Félix.
- Tú estás loco. Como voy  a  dejar  que  te lleves a mi  hija  recién nacida  -  le  grito.
- Pero es…  -  intenta decirme pero le  interrumpo.
- Lo  que  voy  a  deciros  va  en  serio  y  no  hay  nada  que  podáis  hacer  o  decir  -  les  aviso.  -  Y  no quiero ninguna  queja  -  les digo muy  serio.
- Cuáles son las condiciones  -  me pregunta Joe.
- Las  condiciones  son:  1.  Nada  de  marcarla  hasta  su  transformación.  2.  Nada  de  sexo  hasta  la boda  o  la  perderéis  y  3.  Como  sufran  por  vuestra  culpa,  veréis  mi  ira  y  no  os  la  aconsejo  -  les digo muy serio.
- Sí, muy  claro  -   me dicen  a  la vez.
- Félix, mi  hija  se ira  contigo después de la  boda  -  le aviso muy  serio  y  asiente.
- Duncan, ¿qué  te preocupa? - me dice  Joe.
- No  se  te  escapa  nada,  eeee  -  le  digo.  -  El  problema  es  que  no  sabemos  qué  tan  poderosas pueden a  llegar a  ser - les explico.
- ¡Quéeeeee! - gritan  los dos.
- Ambas  vienen  de  betas  y  Flora  rompió  la  tradición  al  ser  mi  Mate  y  seguro  que  las  dos  se transformaran  el  mismo  día,  pero  nos  preocupa  sus  poderes,  porque  mi  hijo  noto  sus  poderes cuando estaban dentro de  flora - les explico.
- Eso es un  problema  –  dicen a  la vez.
- Cuando  llegue  el  día  de  su  transformación  debéis  estar  ahí,  porque  será  al  día  siguiente  cuando la marquéis, para  que  nadie se  pueda  acercar a  ellas - les digo menos tenso.

A  la  mañana  siguiente  con  todos  allí  explico  que  una  de  mis  pequeñas  es  la  compañera  de  Félix  y  la otra  es la compañera  de  Joe. Nadie se  esperaba  eso  y  sus caras  fueron un poema.

Le  mando  una  señal  a  Flora  para  que  baje  con  las  niñas  y  puedan  conocerlas,  cuando  llego  a  nosotros las  reacciones  de  todos  fueron  muy  diferentes.  La  familia  de  flora  estaban  orgullosos  de  ella  y  de  todo lo  que  había  conseguido,  los  amigos  haciendo  pucheros  para  verles  los  ojos  porque  los  tenían  cerrados, mi  familia  sonriendo  y  felices  porque  yo  era  feliz,  mi  pequeño  Sebastián  observando  a  Joe  y  Félix  que intentaban  controlarse  y  mantenerse  al  margen  esperando  su  turno  y  eso  fue  muy  divertido  ver  como dos hombres lobo  se contenían  y  un pequeño muy  listo que  no se  les escapa  nada.

Mi Mate es un GuerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora