Տ ᗴ ᑕ ᖇ ᗴ T Տ • ᕼ K.

01| El dolor que no se puede ocultar.

El dolor que no se puede ocultar.

(****)

La cabeza me dolía una vez más.

No sé qué está pasando, pero sí tengo en claro que no es normal. ¿Acaso podría serlo?

Preguntas extrañas recorren mi cuerpo y no sé cuál es su causa. O, como mínimo, qué me quieren decir.

Cansancio no explicado, dolores de cabeza frecuentes, mareos constantes y lo único que espero es que nadie se haya dado cuenta. Lo ruego y lo espero; sin embargo, a pesar de mi paranoia sé que nadie se ha dado cuenta hasta ahora, sino, ya estarían sobre mí como si tuviera alguna clase de enfermedad mortal. 

Incluso aunque lo sé, las preguntas y dudas siguen ahí, me hacen sentirme enfermo y anormal a como siempre suelo ser.

—Es un hermoso día, no debería desperdiciarlo —susurro al viento.

A menudo me dicen que soy una persona callada y que soy bueno escuchando, pero no hablando. Concuerdo con ellos totalmente, no creo ser una persona que disfrute de hablar, he estado tanto tiempo en soledad que no me importa llenar esos silencio agradables que se forman con las personas que en realidad me interesan. 

El viento llegó directo a mi cuerpo, tal como si quisiera levantarme y de repente volar.

—La idea de Shikamaru de ser una nube de repente no suena tan loca —continúo con el monólogo solitario. 

De inmediato , el árbol en el que me refugiaba se quejó por el viento, que hizo que sus hojas se alborotaran y volaran. Estar aquí, tranquilo, bajo la sombra de este árbol hace que me olvide, al menos un poco, de todos los problemas que tengo.

Se siente como escapar de la realidad.

~*~

—Hay una misión muy importante, quiero que tú la lleves a cabo —exigió la fuerte voz de una demandante Hokage frente a mí.

—Como usted ordene, Hokage-sama —dije sin prisas.

Decidí no apresurarme a sacar conclusiones, aunque era muy probable que fuera una misión rango A o S si la iba a cumplir por mi cuenta.

—Sabes perfectamente que la Aldea del Sonido ha decidido declarar la guerra contra la Aldea de la Arena y contra la nuestra, por eso, también necesitamos más ninjas de élite que nos ayuden a combatir contra los experimentos de Orochimaru para anticiparnos a que se fortalezcan y eso solo lo lograremos entrenando bien a las nuevas generaciones.

Sabía de primera mano la amenaza que representaba la nueva Aldea del Sonido, sobre todo porque yo fui el que recibió el mensaje del más fuerte de los tres sannin. Jiraiya y yo fuimos por ese pergamino y escapamos de milagro porque al parecer, el matarnos era la declaración absoluta de guerra.

—¿Quiere que les exija más a los chicos? —pregunté tratando de entender sus palabras. Ella asintió y se quedó callada— Supongo que usted se encargará de Sakura. Tiene un gran control de chakra y me enteré que la estuvo entrenando.

—Me encargaré hasta cierto punto, pero eso no te molesta, ¿verdad? —preguntó, a lo que negué rápidamente— Entonces pasemos a lo importante.

—¿A qué se refiere, Tsunade-sama? —intervine, inquieto por tanto preámbulo. Ella solo sonrió tranquilamente y sacó unos papeles de uno de los cajones de su escritorio.