30| Stars.

23 4 6
                                    

Stars.



(****)




Cerré los ojos ante la luz de la ventana.

La luz es intensa, aún más la del medio día. Aun así, prefiero no estar a solas en la oscuridad, en el cielo oscuro, en la totalidad de la nada.

Es espeluznante.

Nada más que la típica melodía me rodeaba. Una y otra vez, el piano junto a otros instrumentos se repetían constantemente en el cuarto a mi alrededor. En el espejo podía ver mi reflejo tan vivo y a la vez muerto. Y por supuesto, también a Suru parado al lado de la puerta de entrada.

—¿Qué crees que hizo esta vez? —pregunté intranquila.

—No hagas ese tipo de preguntas, Hyouka —respondió tajante, casi enojado.

Decidí no detenerme a mirarlo aun pese a su arrogancia y osadía. Practicar las vueltas consecutivamente es más, mucho más, importante que preocuparme siquiera por alguno de ellos.

—¿No estás perdiendo flexibilidad? —molestó esta vez Suru tras su ataque de arrogancia, supongo que tratando de suavizar sus anteriores palabras.

—Ya, cállate o te mataré —respondí.

No paré pese a su silencio, tampoco por los gritos estruendosos que atravesaban las paredes que aislaban el ruido. En realidad, sí quería saber por qué la habían castigado esta vez.

Desde la mañana en donde noté a Hiruda de cierta forma diferente supe que el día no iba a terminar bien para ella, y los gritos de dolor son una simple muestra de que estaba en lo correcto. No puedo creer que se deje manipular de esta forma. Entiendo totalmente que no quiere estar aquí, también entiendo que es el último de sus planes y también quiero entender el hecho de que parece ser el conejillo de indias de Orochimaru y Madame Liu. Lo logro entender su constante estupidez.

Bueno, ¿quién soy yo para juzgar su masoquismo?

Pasaron algunos minutos en los que los gritos se volvían más horribles y roncos. Una parte de mí cerebro me gritaba que tenía que ir ayudarla, ella no es más que una niña y no puedo permitir que eso le pase. La parte más grande y con razón, sin embargo, me dice que mejor me quede aquí a practicar mis movimientos de ballet porque lo que Suru ha dicho no es del todo mentira.

Si quiero prepararme para esto debería ser perfecta.

Continúo escuchando los gritos y viendo de vez en cuando la cara preocupada de Suru hasta que escucho cómo para repentinamente y la culpa comienza a acumularse en mi cerebro.

¿Estará bien?, ¿le habrá pasado algo nuevo?, ¿le habrá matado?

Pese a la incertidumbre, no me permito parar de ensayar y tampoco me permito salir de la sala. Debo ser perfecta si quiero hacer esto. La puerta se abrió de improvisto y a través de ella vi a un Orochimaru totalmente satisfecho y tan caprichoso y asqueroso como siempre.

—Me encanta que seas tan dedicada, querida Hyouka —se dirigió con tono morboso. Su lengua rodeó sus labios y los humedeció. Paré para mirarlo a través del espejo y asentirle en total silencio. Creo que sé por qué está aquí—. Necesito que vayan a ver a Hiruda, se ha quedado inconsciente y saben que la necesito lista para mañana. Procuren que deje de abrir la boca.

—Sí, señor —respondió por los dos antes de que Suru corra el mismo destino que la imprudente.

—Por cierto, Hyouka, espero que estés lista para el cargo que vas a tener. No quiero errores, ¿entendido?

—Totalmente, señor.

—Bien, debo volver a Akatsuki, los chicos se darán una vuelta esta tarde, espero que estén muy atentos.

Luego de eso salió.

Esta vez sí volteé hacia Suru y lo encaré.

—¿Crees que ese tal Itachi Uchiha venga? —pregunté preocupada. Siempre que él venía había más problemas para Hiruda.

—No tengo idea.

—La última vez que vino no salió nada bueno de eso —susurré. Regresé a ver el estampado de las paredes y suspiré—. Él es quien ha estado envenenando a Hiruda con ese tipo de cosas estúpidas.

—No me gusta que hables así de él y tampoco que le digas Hiruda.

—Sabes perfectamente que a Orochimaru no les gustaba el nombre que le dieron sus padres —repliqué convencida. Su semblante, al contrario que antes, permanecía impasible y totalmente serio. Sin embargo, estoy totalmente segura de que está muriendo por ir a ver a su pequeña amiguita—. Y respecto al otro tema, no lo voy a discutir.

—¿Deberíamos ir a verla ya?

—Sí, vamos.

Lo último que vi de ese cuarto antes de salir fueron las marcas de dagas y dragones que dentro de poco tiempo me pertenecerían.

---------------------------------

Inmediatamente ingresamos a la habitación vimos una sola luz que alumbraba un sector un poco alejado. Precisamente, se veía una máquina gigante que produce energía y una camilla de hierro en la que yacía un cuerpo inmóvil.

Desde aquí puedo sentir su chakra, por lo que sé que no está muerta o agonizando. Al parecer Suru también se dio cuenta, así que va a mi paso hasta el lugar de la luz. El resto de todo es totalmente oscuro, así que no me preocupo por ver a otros lugares.

Aunque odie el cielo oscuro, el resto de lugares oscuros no me provocan más que curiosidad.

Al acercarnos vemos los cables en una mesa cercana. Las lágrimas secas cubriendo sus mejillas y el cabello totalmente desordenado. Además, una correa dentro de su boca y sus manos y pies atadas a la mesa parecen estar totalmente dañadas y heridas por la constante fuerza infringida para poder escapar. No me imagino la desesperación que siente cada vez que pasa algo como esto.

Parecía estar totalmente fuera de sí y me sorprende que aún con esa mordaza improvisada haya gritado tan fuerte como para que se escuchara de aquí al otro lado del pasillo.

Miré a Suru y ambos comenzamos a desatar sus muñecas y tobillos que estaban a carne viva y también le quitamos la mordaza al igual que apartamos los artefactos que siempre utilizaba Orochimaru. Parecen unos martillos, pero en realidad están totalmente diseñados para poder pasar corriente directamente al cráneo y por tanto al cerebro.

Aun no sé cómo no se le ha freído el cerebro con tanta tortura.

—Está peor que la última vez, ¿no? —Suru, con un poco de lástima, comenzó a revisar su ojos desorbitados mientras yo solo la veía neutra.

Esta niña es muy tonta, si hace todo tipo de cosas para enojar a Orochimaru claramente este no se va a quedar con las manos cruzadas. Cada vez está más loca.

Solo espero que no arruine nuestro plan para capturar a los ninjas de la hoja. Eso sería catastrófico y esta vez no solo Orochimaru se enojaría con ella. A pesar de sus berrinches, sabía que esta chica era más inteligente que esto, así que espero esté haciendo todo el espectáculo con un propósito.

Quien sabe, tal vez hasta nos salve de todo.

Տ ᗴ ᑕ ᖇ ᗴ T Տ • ᕼ K.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora