[ 𝘿𝙄𝙀𝘾𝙄𝙉𝙐𝙀𝙑𝙀 ]

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Hyunjin observó por la ventana de la habitación cómo el coche se alejaba, caminó en dirección a la cama y tomó asiento en el suelo para abrazar sus piernas mientras se recostaba en la alfombra. Se sentía terrible y no pudo evitar soltar un pequeño sollozo antes de romper en llanto; le dolía saber que lo había lastimado tanto que ni siquiera podía verlo a la cara.

Unos minutos después, la puerta volvió a abrirse, pero no le prestó demasiada atención hasta que unos pasos se escucharon acercándose poco a poco.

—Por favor, vete —dijo con un hilo de voz.

—No me iré —el pelirosa suspiró tomando asiento delante de él—. Creo que necesitas hablar con alguien y estoy aquí para escucharte.

—Ya no hay nada de qué hablar —escondió el rostro entre sus rodillas.

Seungmin dejó la taza que había traído consigo a un lado y le acarició el cabello intentando calmarlo.

—¿Por qué lloras? —preguntó sin dejar de consolarlo—. ¿Qué es lo que sucedió hace un momento?

—No puede verme —lo miró con los ojos cristalizados—, y me siento mal porque nunca quise lastimarlo de esa manera.

—Hyunjin, voy a ser cien por ciento honesto con lo que te diré y puede que esto te duela; sin embargo, debo decir la verdad —habló con seriedad—. Tú te fuiste y desapareciste de su vida de un momento a otro. Tampoco le diste explicaciones para romper una relación de tantos años, como si se tratara de un contrato, y… Yo te odiaría si estuviera en su lugar.

El castaño volvió a esconder el rostro.

—Nunca dije que mereciera lo contrario; en ese momento necesitaba pensar en mí y sabía las consecuencias —sollozó aferrándose a sus piernas—. Sentía que en el fondo había una especie de batalla entre nosotros dos y era inevitable que saliéramos ilesos de ella.

—Está bien —sacó un pañuelo del bolsillo—. Te entiendo, aunque también debes tener en mente que no todos podrán hacerlo.

—Soy consciente de eso, pero aun así quiero explicarle y no me importa si es muy tarde —se limpió la nariz—. Necesito pedirle disculpas y que los dos podamos hablar para…

—¿Cerrar esta historia? —lo interrumpió.

—Así es —se sentó y tomó la taza que su mejor amigo había dejado a un lado.

—Todavía existe la posibilidad de que no quiera lo mismo —añadió.

—Lo sé.

La noche se hizo presente y se hallaba en la cama viendo televisión, la charla con el pelirosa lo ayudó a calmarse un poco. Sin embargo, aquel sentimiento de tristeza seguía presente en su interior. Había tantos pensamientos inundando su mente que ni siquiera podía concentrarse por un segundo en lo que estaba pasando en la película que se suponía que estaba mirando.

Abrazó la almohada y un recuerdo lo invadió.

Hyunjin corrió por los pasillos del instituto, no podía creer que estaba llegando tarde a su primer día en ese establecimiento. Estaba nervioso y más de lo habitual; la ansiedad que sentía le estaba provocando un ligero dolor de estómago. Finalmente, observó el número indicado en una de las puertas y se acercó para tocar.

𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙃𝙀𝘼𝙍𝙏 / 𝙃𝙔𝙐𝙉𝙇𝙄𝙓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora