[ 𝙌𝙐𝙄𝙉𝘾𝙀 ]

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Hyunjin se dio la vuelta algo somnoliento y observó al chico que aún se hallaba durmiendo a su lado, llevó las manos a ese cabello negro todo alborotado y lo acarició lentamente mientras sonreía viendo como abría los ojos poco a poco. Se acercó para darle un corto beso en los labios y luego, volvió a abrazar su almohada.

—Parece que alguien despertó de muy buen humor —Wade pellizcó su mejilla.

—Este lugar es maravilloso, pero mi vista es mucho más bonita —se estiró un poco—. Todo aquí es bellissimo.

—No, tú eres bellissimo —lo tomó de la cintura para acercarlo más.

Le dio otro beso en los labios y lo rodeó con los brazos.

—¿Qué te parece si desayunamos en un lindo restaurante? —el moreno preguntó sonriente.

—Me gusta la idea —lo miró—, pero tendrás que esperar a que tome una ducha.

—No quiero despegarme de ti, por favor —escondió el rostro en su hombro.

—Tardaremos más si sigues insistiendo —lo apartó un poco—, tú ve a cambiarte y espérame en la sala.

—Está bien —suspiró liberándolo de su agarre—. Dormiré un poco más.

El castaño se levantó de la cama colocándose una bata para dirigirse al baño, abrió el grifo de la ducha y de repente escuchó el ruido de su móvil sonar en el dormitorio. Se asomó lo suficiente y observó al chico abrazando las mantas intentando dormir nuevamente.

—¿Puedes ver quién está llamando? —lo interrumpió.

Wade se quejó un poco antes de tomar el teléfono y mirar la pantalla soltando un largo bostezo.

—No lo tienes agendado —comentó enseñándole el móvil, pero no logró ver bien el número— ¿Quieres que conteste?

—Quizás sea una de esas empresas que siempre llaman para ofrecer sus servicios —suspiró antes de regresar a la ducha—. Deja que vaya al contestador y luego borra el mensaje.

—Bien.

El primer lugar que visitaron fue la plaza de Campo dei Fiori, recorrieron sus alrededores sacando todas las fotografías que el castaño quería antes de sentarse en uno de los pequeños restaurantes a desayunar. Tenían una lista bastante larga de sitios por visitar, así que no tardaron mucho y siguieron con el itinerario que Wade había armado para el día. El atardecer se hizo presente después de unas largas horas de caminatas y alguna que otra compra hasta que finalmente decidieron descansar en la cercanía de la Fontana di Trevi.

Hyunjin quería esperar a que hubiera menos turistas para poder continuar con su sesión de fotos y mientras tanto, se encontraba mirando todas las que ya había tomado. Estaba maravillado con la belleza de Roma y no podía dejar de sonreír, definitivamente volvería en el futuro. El moreno sacó unas monedas de su bolsillo para comenzar a contarlas y luego se las enseñó.

—¿Ya sabes cuántas quieres arrojar? —preguntó entusiasmado.

—No entiendo a qué te refieres —apartó la mirada de la cámara algo confundido.

—Se dice que si arrojas una a la fuente, volverás a este lugar —sonrió—, si son dos encontrarás el amor y si lanzas tres… Te casarás con la persona que amas.

—¿Cuántas piensas arrojar? —lo interrogó tomando las monedas que había en su mano.

—Sólo una o quizás tres, aunque todavía no estoy del todo seguro —se cruzó de brazos.

—¿Y eso por qué? —rió regresando la vista a las fotografías.

—Porque no sé si quieres casarte aún —respondió dejándolo perplejo.

𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙃𝙀𝘼𝙍𝙏 / 𝙃𝙔𝙐𝙉𝙇𝙄𝙓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora