Hay Una Casa

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La casa de la luna naciente; es una gran mansión construida en las afueras de una ciudad, la ciudad de la que estamos hablando es ni más ni menos que Ciudad Gótica, un lugar donde el crimen está a la vuelta de cada esquina, podríamos considerar a Gótica la ciudad maldita. Pero de los peores sitios que este lugar puede ofrecer, la luna naciente es sin duda uno de los más peligrosos y tristes. Albergando la desafortunada situación de muchos jóvenes. Que si bien son pobres o son huérfanos sin un hogar al cual llegar. ¿Y qué es lo que se hace en esta casa? pues fácil, el lugar te brinda el servicio de compañeros. Si, de esos chicos y chicas a los cuales muchas personas alquilan sus cuerpos para usos diferentes. Sin duda es un lugar que tiene éxito y muy reconocido ya que la gran mansión es conocida hasta en otras ciudades, atrayendo a numerosos clientes.

La mansión alberga por lo menos a más de doscientos chicos y chicas, la mayoría no tienen un hogar y otros trabajan ahí para sacar adelante a sus familias, y otros propósitos. Queda  resaltar que es un gran negocio el usar a esos pobres muchachos. Pero de todas las personas que conforman este lugar, hay cuatro chicos que sin dudas son los preferidos de los clientes y que todos matarían por tan solo tener una cita con ellos. La demanda de estos cuatro chicos es sin duda muy cotizada y solo los clientes más reconocibles pueden tener acceso a estos cuatro jóvenes. En la casa estos cuatro son considerados las cuatro avecillas, que si bien como se dijo, son cuatro muchachos a los cuales los clientes pelean por ellos.

...

Era de noche, las luces de la ciudad eran remplazadas por los faroles públicos de la carretera, estaba en un auto a plena noche. Había salido de parranda con sus amigos. Era una ocasión que celebrar, pues Wally West había dejado atrás el mundo de soltero porque pronto contraería matrimonio con su novia. Y pues este chico estaba con sus amigos y otros desconocidos que se colaron. Cerveza, chistes, risas y mucha diversión para tener la tradicional despedida de soltero.

Wally tiene 25 años, es un hombre no muy alto ni muy pequeño, cabello rojo, complexión algo musculosa y pues de salud ni se diga. Es un hombre con mucha energía, nada lo podía detener y más ahora que se sentía dichoso por estar a punto de compartir su vida junto con otra persona, creyendo eso y con algunas cervezas ya en su cabeza es que decidió acompañar a sus amigos a salir de ciudad Centro y dirigirse a ciudad Gótica. Puesto que, un amigo había sugerido ir a donde hay "buena carne" una tal casa de la luna naciente. Wally jamás escuchó de ese lugar, pero eso basto para picar en su curiosidad y aventurase a dejar el bar en el que estaban.

El ruido del auto y de los demás solo hacían pensar a Wally sobre que le espera en esa casa. Y es cuando de repente los edificios empezaron a asomarse. Ya estaban en ciudad Gótica. Una extraña ciudad, en donde casi nadie estaba en las calles a esas horas, y pronto la curiosidad se convirtió en preocupación de que fueran asaltados.

Pero después de recorrer algunas largas calles es por fin que notaron una gran mansión en la cima de una colina, parecía sacada de una historia de terror. Dicha estructura se alzaba con intensión de intimidar a todo el que se acerque, y el ambiente que se lucía a los alrededores no favorecía nada. Cuando estuvieron más cerca todos pudieron notar la música que salía del lugar eso y que de algunas ventanas salían rayos de luz de colores llamativos, es como si una gran fiesta se estuviera llevando a cabo.

Llegaron por fin a la gran entrada del lugar y pudieron ver y escuchar más el alboroto en ese lugar. Estacionaron el auto y continuaron su camino para poder entrar . Antes de llegar a la entrada un hombre muy alto, calvo que usaba lentes de sol les exigió el dinero requerido para poder entrar. Todos se quedaron asombrados por la gran cantidad que pedía para acceder, pero sin ninguno echándose para atrás fue como juntaron todo lo que tenían en sus bolsillos para poder ingresar. Wally solo pensó en que esta semana solo comería comida instantánea, pues su quincena se fue en eso.

Dejándolos pasar al lugar es cuando ellos notaron el festivo ambiente que había. Muchas personas bailando con la música, otras conversado en las numerosas barras que había en cada sala. Pero el encanto se fue cuando Wally miró a muchas meseras y meseros con poca ropa y algunos cuantos más bailando en unos foros mientras hombres y mujeres veían el espectáculo.

Sus amigos lo habían traído a una zona de bailarines exóticos y más, no pudo creer todo y es cuando la incomodad estaba dominando su cuerpo. Desesperado Wally busca con insistencia a uno de sus amigos, esquivando a las y los meseros provocativos que le ofrecían bebidas. Cuando por fin localizó a uno de sus compañeros y se dirige a él.

-Creí que iríamos a un bar y restaurante de carnes.

-¿Es enserio Wally? como siempre tan distraído... en todo el camino estuvimos hablando del lugar, pero tu como siempre en las nubes. Ahora solo goza.

- Oye no, esto está mal... es como si estuviera engañado a Linda

-Amigo todavía no te casas así que, ¿porque no gozas antes de que estés atado para siempre a una sola mujer?

-Viejo, estas mal... solo saldré y me iré.

-Wally, no creo que sea lógico ya que tendrás que esperar en el auto hasta que todos hayamos terminado aquí, eso llevara un buen rato.

- Como sea pero no seré parte de esta locura.

Y con eso último, West se despide de su amigo y vuelve a tomar camino, esta vez a la salida. O eso creía ya que por tantas personas y tan gran lugar el pelirrojo terminó perdiéndose. Ahora ya no sabía en donde se encontraba, todos estaba en un gran salón como los anteriores, con chicas bailando en foros y meseros ofreciendo bebidas alcohólicas. La frustración lo consumió, poniendo sus manos en sus rojos cabellos en modo en que se le notaba desesperado.

Pero sin rendirse es cuando tomó de nuevo alientos de energía para poder acercarse a alguien para que le instruyera. Pensó que un uno de los meseros lo ayudaría, así fue, el joven mesero le indicó que había salidas en toda la mansión y que la más cercana estaba cruzando unas habitaciones y un corredor. Wally agradeció la ayuda y se dispuso a seguir el camino que le señaló el mesero.

West se encuentra caminando   por un gran corredor que seguía lleno de personas que se amontonaban en las numerosas habitaciones que tenía dicho corredor. Wally ni quería imaginarse de lo que ocurría en esos cuartos y prosiguió.

Y como era de esperase, el pelirrojo se distrajo ya que se puso a sonar en el ambiente una canción que a West le fascinaba. "Al menos hay algo bien en este lugar" pensó.

Distraído; ya que estaba más concentrado en la música en el aire. Que en lo que sucedía a sus alrededores, es cuando volvió a llegar a otro salón lleno de ventanales. Se maldijo ya que se había separado de la ruta que le indicaron, pero si notando que en ese salón no había tanta personas, cansado es que decidió dirigirse a la gran mesa que había en el centro para tomar un trago. Se sorprendió también ya que solo había copas y no el típico vaso de plástico rojo, se sentía como un completo raro en un lugar de ricos mientras tomaba de su  copa  dándole sorbos al líquido que tenía.

Cuando regresó su mirada notó a otra persona al otro lado de una trasparente y enorme escultura de hielo. Era uno de los tantos chicos que trabajan ahí, lo dedujo ya que ese muchacho usaba un atuendo un poco revelador. Por la curiosidad fue que Wally rodeo la escultura para ver bien de quien se trataba. Y es cuando se quedó estático y atrapado.

Unos ojos de color azul eléctrico fueron la causa de que estuviera congelado por unos minutos. Pero notó algo en esos ojos que lo regresaron a la realidad, y era que eso ojos reflejaban cansancio.

La Casa De La Luna NacienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora