El Mundo Cambia

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Ese fue el primer contacto que hubo entre ellos dos. Si se podría decir así. El tiempo que pasaron juntos lo hicieron abrazados sentados en el suelo, la noche pasaba ahora a ser madrugada y con eso sirvió para que Wally se diera cuenta que se tenía que ir. No quería irse porque dejaría a Dick solo. Pero si no lo hacía pronto tendría problemas.

- Lo siento Dick pero me tengo que ir, ya es de madrugada y creo que todos se están yendo.-

- Tienes razón, pero ¿nos volveremos a ver cierto?-

-Eso ni lo dudes.-

Dick sonrió por el comentario, sin duda Wally era esa persona que estuvo buscando tanto tiempo. Y si bien, era que Dick sabía que pronto toda su vida en ese lugar habrá valido la pena y que por fin dios hizo caso a las plegarias que este chico hacia desde que llegó a la casa.

Se miraron unos minutos más, Wally acarició la mejilla del pelinegro y después se dirigió a la puerta de salida del balcón. Dick seguía quieto en su lugar viendo como ese pelirrojo se retiraba, sin duda esa noche fue uno de los mejores momentos de sus vidas.

Ya después de varias horas pasadas, la mañana llegó haciendo que todo el ambiente que había en la casa cambiara. Dick esta vez salía de su cuarto, puesto que después de que Wally se fuera, el  de cabello negro decidió ir a dormir las pocas horas que le quedaban antes de comenzar su rutina matinal. Y ya comenzada esta, el joven caminaba por un corredor mientras saludaba con una sonrisa a los chicos que se topaba en su trayecto, sonriendo como siempre, pero con la diferencia de que ahora lo hacía con una honestidad total.

Por fin llegando al gran comedor de la casa. Ya había unas personas ahí.

-Buen día chicos. - Dick  saludó y tomó asiento en una de las sillas, en el lugar se encontraban varios jóvenes que también esperaban el desayuno. Conversado un poco de temas triviales es como se la pasó varios minutos Dick con los demás presentes. Hasta que por fin alguien salió de la cocina con un carro lleno de platos de comida, era un anciano portando un traje de mayordomo cubierto por un delantal, y tan pronto como llegó comenzó a colocar los platos enfrente de los chicos que había en el comedor.

-¿Que? No veo los panqueques  con miel. - Uno de los chicos que estaba en la mesa comenzó a quejarse sobre lo que le habían servido para desayunar, este era un chico con un aspecto rudo que usaba una chaqueta marrón.

-Jason, no seas malagradecido y come lo que Alfred nos preparó. - la voz de Dick siguió después de la queja del tal Jason.

-Oye Al, ¿porque comemos ensalada de frutas y yogur para el desayuno?-

- Jason ya deja de hablar.-

-¿Ocurre algo malo con el desayuno?- Los presentes se estremecieron cuando escucharon la voz de alguien más entrando al comedor. Es una voz grave que se le notaban ligeros tonos de indiferencia cuando se escuchaba, el dueño de esa voz era ni más ni menos que Bruce Wayne que entraba al lugar fumando un cigarrillo, muy impropio de él.

-Si se preguntan por las ensaladas, pues creo que han comido demasiada basura este tiempo y no quiero perder clientes solo porque mis chicos tengan un poco de peso extra... Alfred me puedes servir el desayuno aquí, hoy quiero comer con los muchachos.

Bruce decía todo eso mientras caminaba por todo el comedor y acercándose a un lugar disponible en la mesa.

-Quiero hablar de cosas importantes con ustedes. -  Dice Wayne mientras apaga  su cigarrillo en un plato y continuó con lo que tenía que decir.

-Ayer un cliente demasiado conocido para todos ustedes me dijo que el servicio que está recibiendo, está mejorando demasiado por parte de Tim... A todo esto, ¿dónde esta ese chico?-

La Casa De La Luna NacienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora