POKÉMON - Una Leyenda Contada Desde Sus Inicios.

Capítulo 17.

Nuestros héroes celebraban su víctoria luego de sus reñidas batallas contra Koga el líder de gimnasio especializado en el tipo veneno, sus Pokémon eran muy fuertes, pero aún sabían que les faltaba mucho por aprender y mejorar. Así que los dos decidieron entrenar todo el resto del día y al día siguiente seguirían con su aventura.
Dicho eso los jóvenes regresaron a la ruta 18 porque Rojo recordó que había visto varios Fearrow en ese lugar y pensó que sería buena idea enfrentarlos para fortalecer a sus Pokémon. Así nuestros héroes montaron sus bicicletas y partieron a paso acelerado.
Entrenaron por aparte toda tarde y  luego de un tiempo se reunieron para tomar un pequeño descanso para beber algo de agua y comer algunas bayas junto a sus Pokémon.
Luego de eso ambos siguieron con su entrenamiento por se parado para ver al final quien tendría mejores resultados cada vez se hacía más tarde pero no importaba eso para ellos. Por su parte Leaf logro que su Ivysaur evolucionará a un Venusaur y Dratini a un hermoso Dranonair, mientras que rojo logro evolucionar a sus tres iniciales ahora tenía a su primer Pokémon y fiel compañero evolucionado en un poderoso Charizard, su Wartortle convertido en un enorme Blastoise y su Bulbasaur ahora era un Ivysaur muy fuerte, Pikachu era más fuerte mejorando su tacleada de voltios resistiendo aún más el daño que le provocaba este al momento de usarlo.

El día transcurría y nuestros héroes continuaban con su entrenamiento, por momentos se tomaban pequeños descansos junto a sus Pokémon mientras ideaban nuevas estrategias para el combate o como fortalecer los puntos débiles de sus Pokémon.

Rojo cada vez aprendia más de sus Pokémon estableciendo un vínculo muy grande con ellos que para rojo era algo difícil de comprender pero sentía que cada vez lograba entender mejor a sus Pokémon.
Luego de un gran entrenamiento nuestro héroe decidió tomar un descanso junto a sus Pokémon para recuperar un poco las energías.

–Ufff! Vaya que si ha sido intenso ese entrenamiento no amigos?– pregunto Rojo a sus Pokémon.

–ha sido muy agotador, ni lo menciones, no ha sido nada, cuando será la siguiente batalla?– se escucharon unas misteriosas voces  sorprendiendo a Rojo.

–que ha sido eso?–, exclamó Rojo viendo en todas direcciones pero noto que solo estaba el y sus Pokémon.

–¿fueron ustedes?–, pregunto sorprendido a los Pokémon que curiosamente lo veían pero sin obtener ningún tipo de respuesta se lanzaron hacia Rojo mostrando su afecto.

–Basta chicos, yo también los aprecio mucho–, dijo Rojo sonriéndole a sus Pokémon.

–vaya que eso si ha sido muy raro, esas voces juro haberlas escuchado en mi cabeza pero no creo que hayan sido mis Pokémon los que hablaron, creo que mucho entrenamiento me ha provocado alucinaciones–, se dijo a si mismo Rojo mientras veía a sus Pokémon jugar entre ellos.

–creo que iré con Leaf, ya se hizo muy tarde y creo que después de este entrenamiento necesito un buen descanso al igual que mis Pokémon–, se dijo para si mismo Rojo.

Por otra parte Leaf se había vuelto una chica muy diferente a la que rojo conoció al principio ahora era más confiada, segura. Disfrutaba de las aventuras que tenía junto a sus amigos y disfrutaba de las batallas era una nueva Leaf completamente diferente a la anterior, ella estaba muy contenta por ver cómo sus Pokémon eran más fuertes, no podía creerlo al ver a su Venusaur y recordarlo como aquel pequeño Bulbasaur le causaba nostalgia, se notaba que había pasado ya tiempo de que había emprendido su viaje junto Bulbasaur.

–Venusaur, no es magnífico todo lo que hemos aprendido durante nuestro viaje?, Aún recuerdo el día que el Profesor Oak te entrego a mi para comenzar con mi viaje por la región, al principio tenía miedo de viajar sola pero sabía que tenía tu compañía y eso me ayudó a continuar. Gracias a tus esfuerzos habíamos logrado vencer a Brook en ciudad plateada hasta que nos encontramos con rojo y desde hemos viajado nos hemos fortalecido más y más, gracias por todo Venusaur–, dijo Leaf a su Pokémon quien muy feliz asintió.