Capítulo IX (Nochebuena)

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Mañana del 24 de diciembre de 1990.

- Jarvis ¿Crees que vendrá está noche papá a cenar con nosotros?

- Por supuesto Señorito Anthony, hoy es la noche de Nochebuena. ¿Porqué no habría de venir?

La voz del mayordomo salió burlona pero comedida. Tony ya se estaba acostumbrando a aquel tipo de humor inglés, había estudiado como el semblante serio de Jarvis, ocultaba una sutil sonrisa de medio lado cuando bromeaba con él. Eso le gustaba al muchacho, que había cogido un gran aprecio al mayordomo en muy poco tiempo.

- No sé Jarvis, casi nunca está en casa y cuando lo hace siempre está ocupado, encerrado en su despacho, en el taller o demasiado bebido.

- Señorito, entienda que su padre ha de tener un gran estrés a causa de tanto trabajo. No debería tenérselo tanto en cuenta.

- Supongo... Es sólo que pensé que pasaríamos más tiempo juntos. Prometió enseñarme sus avances con un proyecto de energía. Ahora que aun no empiezan mis clases, pensé que tendría algo de tiempo para mí, pero creo que me haré viejo esperando.

El chico se sentía bastante desanimado, se había pasado días enteros esperando a que su padre le buscara para volver al taller, pero este no lo había hecho, y si él había tratado de buscarle, siempre le decía que estaba demasiado ocupado, que tal vez en otro momento.

- Al menos aprenderé a tocar el piano con mamá. Ella es la mejor.

El hombre lo escuchaba atento y enternecido por ver cómo el chico se había adaptado tan bien a la pareja, en menos de un mes; ya les llamaba papá y mamá y de algún modo había comprendido a la perfección el funcionamiento de cada uno.

- Señorito Anthony. Esta tarde debe arreglarse, vendrán invitados a cenar, personas importantes de la empresa del Señor. Quizás debería quitarse esa pulsera que lleva, no creo que quiera que tus padres se enojen si le ven vestido de etiqueta con eso.

Tony se sujetó la muñeca con fuerza. Últimamente todo era tan nuevo en su vida, que había conseguido olvidarse de todo por algunos momentos. Al menos así había sido cuando se encontraba explorando por la casa o en compañía de otras personas. Se había sentido un poco cómo un mono de feria, siendo la atracción principal por ser el nuevo miembro de la familia. Pero para que engañarse, a él siempre le había gustado ser el centro de atención y no le molestaba para nada el modo en que tanto María cómo el servicio de la casa le consentían.

- No, no haré tal cosa, no me la quitaré, podría perderla. ¿Qué tal si me consigues una camisa con las mangas bien largas para que pueda esconderla?- Alzó las dos cejas poniendo carita de cachorrito desamparado. Esa cara siempre funcionaba con Jarvis y María, así que se estaba acostumbrando a utilizarla más a menudo de lo que debiera.

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Llegó la hora de la cena y los invitados comenzaron a entrar en la casa. Todos eran señores mayores con pinta de aburridos que saludaban al muchacho con un fuerte apretón de manos, pero a Tony no le importaba; sólo estaba pensando en que aquella noche, su padre estaba en casa a la hora de cenar, y tal vez podría preguntarle cómo iba con su proyecto de energía, o cualquier otra cosa relacionada con su trabajo en el taller.

Cualquier cosa que le pudiera contar al respecto, sería seguramente apasionante para él.

Sentados a aquella mesa, recargada con detalles navideños, se encontraban sus padres, algún miembro del gobierno encargado del área militar y un par de socios de Howard. Uno de ellos no quitaba la vista de encima de Tony en todo momento.

EN OTRA VIDA (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora