Pastel De Papas

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"Cómo flor de cerezo me siento a tu lado. Sereno y bello con tanta delicadeza y es gracias a tí. Kim JongDae"

- Madre, ¿Usted se encuentra de acuerdo que JongDae se encuentre interesado en un omega ya marcado? - preguntó preocupado el cachorro mayor del matrimonio Kim.

- Si tú hermano es feliz. También lo soy bebé. - respondió HyunAn mientras se ponía unos zapatos de planta baja, ya que ella había llegado con unos de tacones altos.

- ¿Pero no te preocupa que mi hermano fuese señalado en la calle? - preguntó nuevamente JunMyeon, pero esta vez se encontraba más alterado.

- No Junnie. Tú hermano es bastantemente crecicito para tomar sus propias desiciones - habló la omega leopardo mientras se ponía de pie y se giraba en dirección a la puerta, en dónde vio a su cachorro apoyada en esta. Mirándola seriamente y con sus brazos cruzados.

- Madre. ¿En verdad no le importa que le suceda a Chennie? ¿No tiene miedo que ese omega sea un aprovechador? - exclamó mientras se erguía y separaba sus brazos para dejarlo a los costados.

- No hijo. MinSeok no es ese clase de omega. Es más, es mi estudiante estrella y sé lo que le sucedió. A él lo ultrajaron. Lo tomaron por la fuerza y lo marcaron. - comenzó a decir la mujer con una voz melancólica mientras recordaba aquel día. El día en donde lo había auxiliado. - Fui la primera que lo encontró Junnie. No sabes en que estado se encontraba. Con todo su cuerpecito lastimero y con una mirada tan vacía. Se me partió el corazón al verlo en un día en donde el cielo lloró por la desgracia de ese pequeño. - exclamó con pesar y no se percató cuando las lágrimas se apoderaron de sus mejillas. Realmente para HyunAn había sido difícil precenciarlo. A ningún omega debía pasar por eso y menos quedar preñado de su violador.

En ese momento, para JunMyeon se sorprendió al ver a su madre derramar lágrimas por un chico y eso lo hizo sentirse culpable al sospechar que ese niño era un aprovechador. Él conocía perfectamente a su madre y sabía que ella nunca derramaria lágrimas a cualquier desconocido. Si ella no sollozo cuando su padre los había dejado, ¿Por qué lloraría ahora por un desconocido?. Para el alfa Grizzly no tenía sentido y si su madre decía que MinSeok no era esa clase de omaga debería de estar tranquilo, ¿No?.

- Madre, si usted dice que MinSeok es una buena persona. Lo creeré. - comenzó a decir el mayor de los cachorros Kim y luego, de un paso se acercó a su vieja madre, hasta estar en frente de ella. - Pero, aún así no estaré tranquilo - finalizó y de un movimiento acercó su rostro a la mejilla de su progenitora para darle un casto beso. - Vamos a cenar. ¿Si? - añadió y luego salió de la habitación, seguido por la omega leopardo.

Al bajar la escalera, por una extraña razón, ambos individuos comenzaron a caminar con unos pasos muy cautelosos en dirección al comedor y además, guiado por sus instintos. Su animal interior le pedía a gritos que se acercaran con cuidado y lo hicieron. Al girar una esquina, madre e hijo precenciaron una de las escenas más bellas e inocente que pudieron haber visto en su existencia.

- JongDae - pensó JunMyeon mientras veía a su hermano y el omega de rodillas al suelo y abrazandose con tanto afán. Como si su amor dependiera de ello.

- Minnie - habló de repente el cacharro menor mientras se apartaba un poco de su omega, y luego lo miró a los ojos con una pequeña sonrisa dibujado en sus labios. Llamando, de esa forma, la atención del recién mencionado.

- ¿JongDae? - susurró el avergonzado omega felino mientras veía a su alfa con los ojos todavía vidriosos y con sus mejillas todas empapadas. Ellos dos se encontraba ajenos al par de expectadores infiltrados que lo observaban detrás de una esquina.

En ese instante, sin previo aviso el alfa le agarró el mentón al omega gatuno con suavidad y acercó su rostro con delicadeza, hasta estar a unos cinco centímetros de distancia aproximadamente de los labios ajenos. Tentados de besarlos y hacerle saber lo tanto que lo quería a su lado. Pero se encontraba indeciso y esperó que el contrario hiciera el siguiente paso. Él amaba a MinSeok y lo quería. Jamás JongDae había sentido ese sentimiento en su vida, ya que él no era de estar buscando o correspondiendo amor. Pero con MinSeok había sido tan distinto. La manera de hablar, de mirar, de caminar y de avergonzarse. Todo eso lo había cautivado.

Tú eres mi salvación | CHENMIN  OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora