Todo había sido un desastre. La persona que más confiaba lo tomó por la fuerza y desde ese fatídico día lo recordaba.
MinSeok, un hermoso y delicado omega gato montes, tenía un gran y oscuro secreto. Él había sido marcado y su Alfa se había dado a l...
Primera parte: antes de conocer al amor de su vida.
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Pov Kim JongDae.
El tiempo me pareció que transcurría demasiado lento para mí gusto, a medida que el vuelo, en dirección a mi ciudad natal, se encontraba a una hora de su culminación. Habían pasado cinco años desde que decidí emprender el viaje hacia Francia para estudiar arquitectura y ahora me encontraba volviendo como uno de los mejores arquitecto que pudieran existir en mi generación.
Durante mi estadía en París, he hecho numeroso trabajos de medio tiempo y he ahorrado considerablemente para, que cuando llegue a casa, me pudiera comprar un vehículo y un departamento, no pienso vivir bajo el alero de mi vieja madre por mucho tiempo y como su buen cachorro menor, debo de ser un poco más independiente de ella, aunque ahora mismo estoy dudando en separarme. — No todos los días puedes estar con tu vieja madre — pensé mientras cerraba un poco mis ojos y oía una hermosa balada con los audífonos de mi celular.
Al haber trascurrido aquella hora faltante, por fin llegué al aeropuerto de mi ciudad y con un poco de dolor en el estómago, decidí en ir a buscar mis pertenencias. Sin embargo, al girarme hacia la izquierda y sin darme cuenta, pasé a llevar a una bonita Omega, de esa forma tirándola al suelo, en ese momento no pude evitar de quedarme unos cuarenta segundo mirándola antes de decirme en ayudarla, ya que había pasado bastante tiempo desde que no veía a unos rasgos tan delicado como el de aquella mujer y menos unos bonitos ojos. Sin embargo, aunque ella había sido una de las más hermosas omega que había visto en mi vida, no era de mi total atracción y solo me limité en ayudarla a levantarse, aunque ella más tarde y con un evidente coqueteo me invitaba un café, cuya invitación rechacé inmediatamente porque quería llegar muy pronto a mi humilde hogar.
Cuando ya había cogido un taxi para ir a mi casa, no pude evitar de sorprenderme de lo hermoso y distinto que se encontraba las calles de mi ciudad, se notaba a leguas que durante estos cinco años había cambiado muchas cosas y eso me hacía sentirme un poco nostálgico, me hubiera gustado presenciar estos cambios. Sin embargo, al mismo tiempo me sentía feliz porque por fin mi ciudad estaba progresando. Al transcurrir como unos veinte minutos de viaje, por fin el vehículo se detenía al frente de mi vivienda y con una amable sonrisa el beta dragón de comodo me cobraba el viaje.
— Tenga y muchísimas gracias — le dije mientras acomodaba mis maletas a un lado mío y le entregaba el dinero que correspondía al cobro del viaje. El buen hombre se despidió con un ademán y después se marchó. Luego, con un poco de nervios, ya que hace bastante tiempo que no veía a mi madre, comencé a abrir el portón con mis llaves y cuando ya estaba a punto de cerrarlo, unos cálidos brazos rodearon a mi ser y enseguida sentí el exquisito aroma materno de mi persona preferida.
