Tú eres mi salvación | CHENMIN Omegaverse

A Flor De Piel

Durante el trayecto a la residencia. Ambos chicos solo se limitaron en conversar temas triviales y lo más remoto, las próximas actividades que harían en la próxima semana.

Para MinSeok no quería darle mucha importancia lo sucedido anteriormente, ya que sabía que su amado se iba a volver a enojar y no quería que eso pasara. El omega sabía de ante mano que su JongDae era muy protector y que  haría todo lo posible para protegerlo, ya que él era una delicada flor y que debía ser bien cuidada para que creciera sana y hermosa. Siempre su chico se refería a él de esa manera y no iba a negar que eso le gustaba, pero se preocupaba el hecho que JongDae lo cuidaba. Sabía que él hacía todo lo posible para remover esos malos recuerdos, pero su misma inseguridades hacían que salieran.

— Minnie. ¿Ese trío siempre te molestan? ¿Mejor dicho, te acosan? — rompió el pequeño silencio que se había gestado y el tema que MinSeok no quería tocar, salía a la luz.

— Si, aunque a veces son otros omegas de mi clase — respondió con una voz bajita. El omega gatuno en ese instante no quería ser sincero, quería mentirle y negar todo, para esa forma no hacerle daño y se preocupara. Sin embargo, él era tan sincero que negó la idea cuando a penas se lo había planteado.

— ¿Por qué no me lo dijiste? — preguntó el alfa con una voz ronca, mientras apretaba el manubrio de su auto con más fuerza. Se notaba que se había empezado a enojar un poquito.

— No quería preocuparte, Dae. Pensé que solo eran caprichos de unas omegas desdichadas y envidiosas. — exclamó con tanta seguridad en su voz. — Pero últimamente sus acosos comenzaron a ponerse de otro nivel. Como lo que precenciaste hoy —añadió con una voz más insegura y no apartó su mirada del parabrisa y se percató, que ya habían llegado a la residencia.

— Está bien. Pero no dudes en contarmelo cuando vuelva a suceder. ¿Si? — exclamó el alfa leopardo mientras miraba a su omega con cierto cariño en su mirada y luego le acarició el rostro, antes de decir — Ahora vamos. Te limpiaré ese arañazo tan feo — finalizó JongDae mientras se quitaba con parsimonia el cinturón de seguridad y posteriormente se salía de su auto. En ese momento, el omega gatuno hizo lo mismo.

Cuando llegaron a la habitación del omega, el alfa leopardo traía en sus manos el botiquín de emergencia que tenía la residencia y enseguida, ya sentado en la cama de su amado, comenzaba a hurgar en su interior, de esa forma buscando el alcohol, el algodón y los parches curitas. Él se iba a asegurar en anteder el feo arañazo que tenía su amado en una de sus mejillas, cuyo que todavía se encontraba sangrando, aunque fuera en forma lenta, mejor dicho muy lentamente.

— Ven aquí — ordenó el alfa mientras daba unas palmaditas en la cama y a su lado. Como si lo estuviese invitando a sentarse. Lo cual el omega obedeció más tarde.

— No tienes que hacer esto. Yo puedo hacerlo solo, Dae. — exclamó el omega gatuno mientras refufuñaba por la acción de su chico.

— Lo haré Minnie. El deber del alfa es cuidar de su omega. Así que acepta el tipo de cuidado que te estoy brindando, amor — se defendió JongDae mientras apartaba un poco de algodón y luego le vertía unos ml de alcohol. En ese instante, el omega al ver esa acción se inquietó demaciado, ya que no le gustaba el escozor que le producía ese líquido por sobre de su suave piel.

— Lo puedo hacer solo. En serio, Dae — chilló el omega mientras miraba con pánico a ese pedacito de algodón que sostenía su novio.

— Quedate quieto MinSeok. No se te ocurra huir. ¿Me escuchaste? — exclamó el alfa mientras arqueaba una de sus cejas al percatarse del estado de su omega. — Tranquilo amor. Solo dolerá un poquito — intento decir para que su amado se tranquilizara, pero sin duda no lo había conseguido, ya que más nervioso se había puesto  el omega gatuno a medida que él le acercaba el algodón a su rostro. — Minnie, si te portas bien y me dejas limpiarte la herida. Te prometo que te  llevaré a la playa. ¿De acuerdo? — exclamó resignado.