Epílogo

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Al abrir sus ojos, el Omega gatuno comenzó a mirar por todos lados, la soledad de su cama  lo hacía sentirse deprimente y más al haber soñado el día que su alfa lo había ido a rescatar.

Con pereza MinSeok se empezó a levantar de la cama y al salir, al hacerlo tomó su celular y vio la hora. — 11:23 am — susurró y con una mueca de desagrado se dirigió hacia su baño para alistarse.  Ya debajo de la regadera, el sentir helado de las múltiples gotitas de agua colisionado con su pálida piel lo hacía estremecerse de frío, pero aquella ducha de agua helada le era necesario si deseaba quitarse el sabor amargo de esa pesadilla.

Al transcurrir como quince minutos aproximadamente desde que había ingresado al baño, ya aseado se vistió con prendas semis formales, sin perder el toque elegante y después se puso un poco de maquillaje para ocultar sus orbes hinchados, ya que durante su ducha había sollozado un poco para desahogarse y de esa forma liberar la presión que tenía en su pecho.

Después de haberse vestido se dirigió a una habitación y con caricias en el rostro comenzó a despertar a sus retoños. Con besos en la frente y con agarres suaves en las mejillas. — Despierten bebés — comenzó a decir el Omega gatuno con una voz suave y mimosa — HyunAn, cariño. Abre los ojitos ... — añadió al estar cerca de su pequeño cachorro de cinco años y luego cuando la recién mencionada empezaba a despertar de dirigió a su mellizo. — Kwan... Bebé... Despierta — dijo MinSeok mientras acariciaba una de sus pequeñas mejillas y al transcurrir dos minutos que pequeño cuerpo empezó a moverse, clara señal de estar despertando.

— Ma..má — murmuró soñoliento el cachorro varón mientras se restregaba sus ojos y luego soltaba un bostezo.

— Vamos, a levantarse — habló el Omega gatuno entre una risitas al observar como sus cachorros les costaba despertar y cuando por fin lo hicieron, los llevo al baño para asearlos y vestirlos, ya que si no se apuraba iban a llegar tarde a su compromiso.

— Mamá.... Tengo hambre — se quejó su pequeña mientras la vestía con un adorable vestido anaranjado pastel y le hacía resaltar sus hermosos ojos marrones miel. Y después le depositó un beso en su frente.

— Vamos mis cachorritos, comamos algo antes de ir — respondió ante el pequeño reclamo de su hija y luego les tomó sus pequeñas manitos para guiarlo a la cocina, en dónde ahí les preparó unas cuantas tostada y un poco de leche sabor a chocolate. Cuando sus hambrientas criaturitas se encontraban satisfecho, les procedió a cepillar sus dientes y después los dejó sentado en el sillón mientras buscaba el ramo de flores que había comprado el día anterior. Sin embargo, su celular comenzó a sonar y tan pronto había tomado el ramillete contestó la llamada entrante.

— Hola Madre — saludó cordialmente a su progenitora y espero a que ella siguiera.

— Seokkie ¿Ya saliste de tu casa? — preguntó HaNeul con una voz suave y a la vez con un toque de exigencia.

— Todavía no, mamá. ¿Ya llegaron al terminal? — preguntó sorprendido, ya que por lo que sabía que sus Padres iban a llegar dentro de una hora, tomando en cuenta lo que se demoraba la locomoción de una ciudad a otra.

— Si Seokkie, tu padre estaba bien emocionado — se escucha unas risitas a través de la llamada — Así que cogimos el Bus una hora más temprano — añadió.

— Ohh — apenas pudo decir por la sorpresiva respuesta de su madre y luego añadió — Pueden ir a ver JongDae... — añadió.

— Si cariño, ¿Él está en el cementerio o parque del recuerdo? ¿Cuál de todos está? — preguntó HaNeul.

— En el cementerio general Mamá — respondió MinSeok mientras soltaba un suspiro.

— Hay que comprar flores ¿Cierto? — preguntó animada su progenitora, pero una voz más grave de oyó detrás de la línea — Claro que sí Hannie — en ese momento el Omega gatuno no pudo evitar de reír al oír el sarcasmo de su padre.

Tú eres mi salvación | CHENMIN  OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora