Tú eres mi salvación | CHENMIN Omegaverse

❄️ » Especial I/II « ❄️

Dedicado a Nel-Sama

Segunda parte: Después de conocer al amor de mi vida.

Pov Kim JongDae.

Con un poco de fatiga me desperté a las tres de la madrugada, con cansancio frote mis ojos en búsqueda de más visibilidad y cuando lo hice, pude apreciar como la luz de luna llena se filtraba de los visillos del gran ventanal que teníamos en el dormitorio. La hermosa imagen que me ofreció al instante fue de admirar y con cautela me acerqué más al pequeño felino que tenía en frente. Realmente mi Omega era muy hermoso y le agradezco a los dioses de por poder abrazarlo en ese momento. Con cuidado me acerqué más a él, ubicando unos de mis brazos en su espalda e hice que colocara su cabeza en mi pecho.

Cuando ya me encontraba cómodo y teniendo a mi frágil amado entre mis brazos, seguro y cálido, cerré mis ojos en búsqueda de poder conciliar el sueño, cuyo que llegó a los siete minutos después y fue un gran alivio, porque me encontraba bien cansado. Sin embargo, al parecer no iba a durar mucho entre los brazos de Morfeo. El resto de la noche fue tranquila y pude dormir cómodamente, hasta que los primeros rayos de sol aparecieron e irrumpieron mis paz.

Al abrir nuevamente mis ojos, lo que observé me dejó sin aliento y con preocupación, gatié sobre la cama y me acerqué a mi querido esposo, cuyo que se encontraba sentado en la orilla y al extremo de esta, de es forma abrazándolo por la espalda. — ¿Ocurre algo cariño?— le pregunté con una voz ligeramente ronca mientras apoyaba mi cabeza en uno de sus hombros y luego sentía como mi pequeño soltaba un suspiro hondo, cuyo que hizo que mis bellos se erizarán.

— ¿Te desperté DaeDae?— me preguntó con una voz cálida, pero triste. Aunque lo trató de disimular con una voz neutral, pero cayó en el intento.

— No cariño, ¿Tuviste otra pesadilla? — le pregunté mientras sentía como mi Omega comenzaba a temblar entre mis brazos y con cuidado le deposité un casto beso en su mejilla, dándole a entender que yo estaba ahí, con él y siempre apoyándolo.

— Si amor, soñé que te ibas de mi lado, dejándome solo y tirado, como un papel roto y desechable. — respondió e hizo que todo mi ser temblara. Yo jamás le haría algo como eso, jamás dejaría a mí Omega, a mi compañero de toda la vida, a mi amado, a mi amante y a mi esposo, además el padre de mis retoños. Él era mi mundo y mi todo, sin él no podría vivir, ni respirar. Él era mi oxígeno que necesitaba para vivir, era mi droga y mi medicina. 

— Sabes que jamás haría algo como eso amor. Eres mi todo en este mundo, sin ti no sería nada. — respondí mientras le iba dejando múltiples besos por su hombro, cuello y espalda, en intento de hacer que se calmara y en efecto, sus gatunos ojos dejaron de liberar a esas traviesas lágrimas y pude apreciar como sonreía ante mis caricias y eso me aliviaba, me tranquilizaba al saber que estaba funcionando.