Capitulo extra I.

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Guillermo:

Samuel se ha ido a Alemania a tratar unos asuntos de comercio con el Alfa Schmidt, un hombre de la edad de Samuel y un gran amigo de él. Cabello rubio y ojos verdes con toques amarillos, estoy seguro de que su lobo tiene brillantes ojos de ese color.

Antes de su partida, la primera que íbamos a tener desde que me quedé en Canadá por el asunto de mi embarazo, compró todo tipo de aparatos electrónicos para poder hacer videollamadas y estar al tanto de mi y de  nuestro pequeño, de ahora 6 meses, Zeus.

Ha pasado 1 semana desde que se fue y he entrado en celo.

Maravilloso.

Noten el sarcasmo.

Enid, la cuidadora de Zeus, se ha percatado de mi estado y se llevó a mi bebé con la misma promesa de siempre: Lo cuidaré con mi vida.

Entro a la ducha con agua helada para tratar de apaciguar las corrientes de calor que surgen dentro de mi cuerpo pero es totalmente inútil, un Omega marcado siempre necesita de su Alfa. Por lo que mi celo suele ser más doloroso e intenso pero Samuel siempre había estado al tanto de mi celos como yo de los suyos.

Con el embarazo y la lactancia, Lana me había indicado que posiblemente mi celo se irregularizara y así fue, 6 meses después del parto había tenido mi primer celo.

Jodidamente perfecto.

Vuelvan a notar el sarcasmo.

Mi teléfono comienza a sonar en la cama cuando estoy poniéndome una de las camisas de botones de Samuel, sólo abotono los tres primeros. Por el tono de llamada sé exactamente quién es.

¡Guillermo! ¿Qué está pasando? Siento como te duele.

Claro, el lazo le indicó mi dolor.

—Entré en celo, Alfa.

Escucho como su respiración se acelera.

Oh... Bueno, eso es malo. ¿Ha empezado a doler?.

Sí, justo acabo de tomar una ducha helada para tratar de calmarlo pero fue nulo.- gimo ante otro tirón en mi vientre. —D-duele, Alfa.

Mi pobre Omega, estoy a 14 horas de ti, amor, empezaré a empacar y tomaré el primer vuelo.

No aguantaré tanto, Sami.- Escucho su fuerte suspiro.

Lo sé, precioso. Quiero que te masturbes.

¡Samuel! ¡No voy a hacer eso!... T-te necesito a ti.- Estoy seguro que mi cara está completamente roja.

Chiqui, no llegaré hasta dentro de unas 17  horas, con suerte estaré ahí antes de media noche y ya habrás tenido al menos 3 arranques de calor. Necesito que te masturbes, no quiero que duela.- Su voz se tornó serio y ronco. Su instinto de protección estaba saliendo.

—Tienes razón pero...- me sonrojo anticipadamente ante lo que voy a decir.—Mis dedos no serán suficiente...

Oigo una pesada respiración y después de una pausa de 5 segundos le oigo decir...

Guille, quiero que vayas al ropero y en la sección de cajones donde tengo mis corbatas, abras el último.

Pongo el altavoz para poder tener mis manos libres y realizar adecuadamente la ttare, me dirijo a donde me indica, cuando abro el cajón encuentro una caja negra.

—Hay una caja de color negro.

—Perfecto, ábrela, es un regalo para ti.

La saco del cajón y la pongo a un lado mío, me da nervio abrirla porque me imagino el contenido de esta.

Mío ||WIGETTA|| OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora