Capítulo 14.

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Maratón: 2/5

Cuando volví a despertar, el sol estaba empezando a salir.

4:05 am

¿Por qué rayos estaba saliendo el sol si apenas eran las 4 de la mañana?.

-Oh... Omega, has despertado.- una dulce sonrisa se asomó en la cansada mirada de mi Alfa.

-Samuel...

Tenía la boca seca, necesitaba agua.

-Toma, no has bebido agua desde el avión.- mi Alfa parecía leer mentes, bebí todo el vaso que me dió.

-¿Qué hora es?.- volteó a ver el reloj.

-Son justo las 4:07 de la mañana.-

-¿Y por qué está amaneciendo tan temprano?.- sigo murmurando con voz ronca.

-Al parecer a esta hora amanece aquí.- le restó importancia.-¿Cómo te sientes?.

-Débil y con un horrible sabor de boca.

-Eso fue porque vomitaste y te entró fiebre después de eso.

-¿Y Lana?

-Está con tus padres hablando. Te sacó sangre y está comprando ciertas cosas, tiene una hipótesis: trataron te envenenarte.

-¿E-envenenarme?.

-Es lo que ella cree. - mi Alfa gruñó

De pronto se abrió la puerta con mis padres y Lana frente a ellos.

-Por sus caras puedo juzgar que no es bueno.- sus miradas eran de tristeza, miedo y enojo.

-Bueno, mi hipótesis fue correcta.- Lana suspira.-Trataron de envenenarte, Guille por suerte fue un veneno de lento avance y cuando vomitaste sacaste una gran parte del veneno que había en tu estómago, lo demás lo sudaste con la fiebre.

-¿Entonces está libre de veneno?.- preguntó Samuel.

-Tecnicamente sí pero le daré algunas infusiones para expulsar lo que quede.-

-Dile lo demás, Lana.- mi padre habló con voz gruesa.

-Estas en cinta, 2 semanas. Las inyecciones no hicieron efecto con tus hormonas. Tu Omega al estar tanto tiempo escondido, manifiesta más hormonas de lo normal y estás contrarrestaron las inyecciones.

Los ojos de Samuel brillaban con emoción y rabia.

-Por eso sentías el ardor en el vientre, de cierta manera tu Omega estaba tratando de proteger al feto, tendrás un embarazo de alto riesgo por esta amenaza de envenenamiento.- siguió explicando.

No tenía palabras, estaba completamente mudo. Tenía un bebé creciendo dentro mío. Un bebé. De Samuel y mío. Y habían tratado de envenenarme con mi bebé. Mi Omega comenzó a sentirse molesto, me rasgaba por completo el que mi bebé pudiera estar mal por culpa de alguien.

-Vamos a dejarlos solos.- habló mi madre.-Tienen mucho de que hablar.- mi padre salió a regañadientes y Lana nos dió una última sonrisa triste.

Miré hacia Samuel. Mi pobre Alfa estaba con los ojos llorosos.

-¿Samuel?.

-Lo siento Omega.- sollozó.-Fui un mal Alfa, estaba tan ocupado que no pude sentir a nuestro cachorro. Juro que encontraré a la persona que intentó matarte, le enseñaré que nadie se mete con mi familia.- mi pobre Alfa lloró frente a mí y supe que tanto él como su lobo interno estaban arrepentidos, sus lindos ojos dorados estaban llenos de lágrimas.

Mío ||WIGETTA|| OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora