ANTAR:
Me quedé callado un rato más, ahora ella solo miraba el horizonte, ensimismada en sus pensamientos o quizá recuerdos.
-Con que aquí estabas- dije como si llevara largo rato buscándola, ella pareció algo sorprendida, pero fingí no haber escuchado nada raro.- Tengo que enseñarte algo, hoy es una noche tranquila y perfecta para esto.
Ella me miró intentando descubrir lo que planeaba, pero no pareció encontrar nada.
-Apresúrate, que no tengo tu tiempo.- le dije y caminé hacia la parte principal del barco, hacia la popa y hasta llegar al mando, ordené al navegante que se retirara, antes de decir nada, y este lo hizo.
Tomé el timón con mi mano y lo puse en la posición correcta.
-Esa ave tuya, ha estado acabando con la población de ratas del barco- dije como cualquier comentario, el halcón chillo en su hombro, como si supiera que hablaba de él, o lo considerara un halago.
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LAYLA:
Me sorprendí al oír la voz de Antar tras de mí. Inconscientemente, supliqué que no hubiese oído nada de lo de antes; no es algo que supiera cualquiera... Me mantuve callada mientras hablaba, y asentí al decir que quería enseñarme algo. Mientras caminábamos, su comentario sonó rudo, y me quedé parada unos segundos.
-Vaya, esta noche estás un poco tenso...-susurré.
Le seguí hasta llegar a la popa, donde el navegante nos miró unos segundos y, tras las palabras de Antar, se marchó. Me quedé mirando a este mientras movía el timón. Por una vez, lo vi como un verdadero capitán. Sonreí y me puse a su altura. Reí levemente cuando lo oí.
-Ten en cuenta, que es una ave ratonera, y además, no tiene otra cosa de comer -dije-. Por otra parte, sino fuera porque ahora soy tu mujer, eso significaría que podría dormir en la bodega.
Sonreí de medio lado y coloqué tras la oreja un mechón de pelo que se me había escapado.
-Y...¿Cuándo llegaremos a puerto?-dije cambiando de tema.
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ANTAR:
-Si el viento sopla a nuestro favor, tocaremos tierra en siete dias- le dije aún concentrado en el barco-Ahora, mujer del capitan, tome sus obligaciones y acérquese aquí.
La miré divertido y le hice un espacio, sosteniendo el timón con mi mano izquierda. Ella se acercó dudando de mis intenciones.
-Tómalo con firmeza, no debes dejar que gire o el curso cambiará -le dije despacio- Una vez que lo suelte, notarás que el már intentará llevarse al barco, y todo lo que lo evita, son tus manos, eres tu contra el mar.
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LAYLA:
Suspiré, siete días... Era más de lo que pensaba, aunque no era taaan malo... Sin embargo, sus palabras divertidas me hicieron dudar. Me acerqué a él despacio y con cuidado. Puse mis manos sobre el timón, quedando aun más cerca de él.
Oí lo que dijo y le miré alarmada.
-¡Espera!, yo no sé manejar esto si lo llevo yo...
Tarde, Antar ya había se había quitado y me vi obligada a mantener el timón en el sentido correcto. Se notó cuando el barco se movió de forma brusca, que no había sido buena idea. Por Dios, ¿cómo podía él soportarlo con una sola mano? Shin había salido volando y se mantenía en el aire sobre nuestras cabezas. Escuché una risa divertida desde atrás y, sin llegar a soltar el timón, le miré enfadada.
