Debido al último incidente en el metro, Nathan no quería volver a dormirse allí, por lo que, a pesar de haber asientos para escoger al subir al vagon, decidió ir de pie todo el camino. Al llegar al trabajo, recorrió el habitual pasillo para llegar a su oficina, deteniéndose de nuevo frente a la usual habitación vacía, aun seguía allí la fotografía de Lizzeth; la vio fijamente suspirando, aún no entendía que sucedió con la Lizzeth de sus sueños y, a pesar de eso, seguía encontrando abrigo en sus alegres ojos verdes.
Junto a él se detuvo uno de sus jefes, un hombre ya mayor, con el cabello canoso, un bigote amarillento a causa del tabaco y su rostro que seguramente fue terso y de piel suave, ahora estaba lleno de arrugas.
—Nathan, buenos días, ¿quieres esa fotografía? No era un secreto muy bien guardado lo cercano que eras a Lizzeth. Además, mañana empezarán las entrevistas para ver quien ocupará esta oficina— Dijo en un tono seco y desinteresado.
—¿Eh? ¿Alguien más ocupará esta oficina? No puede hacer eso... Es la oficina de Lizzeth— alegó mostrando cierta molestia.
—Entendemos su pérdida, pero no es conveniente tener una oficina vacía, sin nadie que trabaje allí— Respondió su jefe con un tono más severo y autoritario.
—Solo les importa el dinero— Son darle al menos tiempo a responder, Nathan camino para entrar en su oficina, no sin antes tomar la foto de Lizzeth.
El reloj marcaba las 4:48 y Nick había terminado de ordenar las cuentas que tenía pendientes además, había llegado temprano, no pasaba nada si salía un poco más temprano de lo habitual.
Salió del edificio y camino hasta el subterráneo, bajando las escaleras, llegando al anden, pero esta vez, en la dirección contraria, iría al centro de la ciudad, que estaba a dos estaciones más, a buscar alguna especie de vidente, o mística. Por más que lo pensaba, era absurdo pero quería saber a qu se refería Lizzeth.
Llegó al distrito comercial, a esa hora había mucha gente, estudiantes, oficinistas, parejas, grupos, de todo, esa parte de la ciudad casi siempre estaba demasiado viva. Comenzó a caminar, prestando atención a cada anuncio que veía.
Camino por aproximadamente una hora y media, ya casi no había gente en los alrededores, quizá había salido de la zona concurrida, el cielo empezaba a oscurecerse,, cuando vio un pequeño local, con una pancarta pegada una puerta de cristal.
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Solo $20.Era un anuncio poco llamativo, pero al fin había encontrado lo que quería. Deslizó la puerta corrediza, dando un último vistazo al cartel.
—¿Buenas noches?— Dijo fuertemente para anunciar su entrada, si es que el pequeño atrapaespiritus que golpeó la puerta al abrirse no había sido suficiente, algo en su interior le decía que esa no era la manera en que se debía usar eso.
—Buenas noches— Respondió la voz de una mujer mayor acompañada de lentos pasos, acercándose a el.
—Venía a...— No supo que decir, ¿como preguntar si lo que el tenía eran sueños o no?
—Pasa, pasa, no seas tímido, soy adivina, no bruja— Rio levemente, con una risa aguda y casi podría decir, tétrica.
Nathan entró a una pequeña sala, había un mueble repleto de velas de varios colores, algunas encendidas, algunas otras no; cuadros en la pared todos parecían ser sobre seres extraños. Por último, había en el centro de la sala una mesa circular con un mantel rojo y una silla a cada lado, una estaba siendo ocupada por la anciana, encorvada, envuelta en ropas oscuras, una cabellera blanca y desaliñada; su rostro, como era de esperarse estaba lleno de arrugas, creando una expresión de amargura perpetua la cual, junto a su ojo apagado y sin vida por el cual seguramente no tendrá vista, creaban un aspecto cuanto menos espeluznante.
—Buenas noches— repitió Nathan mientras se sentaba al otro lado de la mesa.
—¿Y bien? ¿Que es lo que deseas saber?— Dijo la anciana, clavando sus ojos sobre el aunque solo lo viera con uno, cosa que le incomodaba un poco a Nathan, por lo que hizo lo posible por no mirarla fijamente.
—Tuve una especie de sueño un tanto extraño, estaba vestido justo como había ido a dormir y, había una chica que.. —Se le hizo un nudo en la garganta, aun le era complicado hablar de la muerte de Lizzeth. —Una chica que falleció hace unas semanas. Ella me dijo que no estaba en un sueño, que era algo mas, luego enloqueció y salto al vacío, además ya había soñado con ella, también moría, de otra forma, pero moría...— Ni si quiera recordaba ese otro sueño, pero por algún motivo, la memoria le llegó en ese momento.
—Hmm... ¿En ese otro sueño, también vestias como habías dormido?— Preguntó la anciana.
—No lo se creo que no, y otra cosa importante, no soy capaz de recordar nada de la realidad, aunque en ese último, pude sentir todo lo que sentía por Lizzeth cuando me dijo su nombre—
—Entiendo...— Dijo juntando sus manos sobre la mesa, entrelazando sus dedos. —Ya se que es lo que es...—
—¿De verdad?, Dígame que es, ¿hay una manera de pararlos?— Exclamó acelerado hasta que la anciana lo cayó aclarando su garganta.
—Ya se lo que es, no es un sueño, pero a la vez, es un sueño. Un sueño por medio del cual, lo más profundo de su inconsciente se manifiesta, algo relacionado a esa tal Lizzeth quizás, usted sabrá que historia tiene con ella—.
—¿Y hay manera de detenerlos?— A pesar de que soñara con Lizzeth, no quería que cada vez que ella apareciera en sus sueños, muriera, a pesar de que sólo lo haya visto dos, le parecían suficientes, no quería repetirlo.
—Cuando encuentre que es lo que su inconsciente quiere hacerle ver y lo afronte, seguirá teniendo esos sueños—.
—¿Pero que significa que de pronto este vestido tal como fui a dormir? ¿Porque no puedo recordar nada de la realidad?—
—Eso es simple, cada vez que "entra" a esos sueños, toma más y más consciencia de usted mismo, puede forzar eso un poco para saber quien es usted dentro del sueño, pero puede ser peligroso, solo trate de que los sueños no se vuelvan su realidad.— Dijo para después reírse de nuevo, con ese sonido irritante y tétrico.
Sintio una enorme presión sobre sus hombros, no terminaba de entender a qué se refería, ¿que es lo que estaba pasando en su interior y provocaba esos sueños? Y más importante, ¿Como podría volverse un sueño, una realidad?
—Gracias...— Pagó a la anciana para después salir rápidamente de la tienda para acto seguido, buscar la estación del subterráneo más cercana.

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Una Mente Oscura
Misterio / Suspenso¿Qué será ese extraño lugar? Parece que esta diseñado para torturar nuestras mentes hasta llevarnos a la locura...