La Sombra.

25 5 3
                                        

Despertó pasado un tiempo, parecía estar en su habitación pero, algo andaba mal, esta estaba destrozada, los muebles estaban destrozados, habían demasiado desorden en el suelo, las paredes, tenían enormes manchas de humedad e incluso parecían tener rastros de sangre, ¿a caso esta a soñando?

—Bienvenido de nuevo— Una fantasmagórica voz se hizo presente justo detrás de él.

—¿De nuevo? ¿Quién eres tú? ¿Donde estoy?— Se giró rápidamente, un tanto asustado, aunque aquella sombra que se encontraba frente a él le parecía vagamente familiar.

—¿Ya te olvidaste de mi, Nathan?— La sombra inspeccionó el brazo del chico y al no ver las marcas que tenía la vez pasada, dio un suspiro demostrandonsu irritación. —Es hora de solucionar eso.—

Sin entender qué sucedía, Nathan solo retrocedía poco a poco, mientras la mano de aquel ente se acercaba a él, incluso parecía que el brazo se estiraba más y más, hasta que finalmente llegó a su cabeza, apretandolo levemente.

Unos cuantos segundos después, podía recordar todos sus sueños anteriores y lo que sucedía cuando estaba despierto, per esta vez no leyó nada en su brazo ni vio algún recordatorio de quien era.

—¿Que fue lo que hiciste?— Pregunto Nathan bastante sorprendido.

—Simplemente levante el bloqueo de tu memoria en cuanto a los sueños.—

—¿Como es que pudiste hacerlo? ¿Y porque?—

—Yo no lo hice, lo hiciste tú.— Dijo la sombra tras una pequeña risa. —Así que dime, ¿porque lo harías?—

Sin molestarse en discutir, Nathan repaso lo que parecía su habitación. Incluso las paredes comenzaban a desprender trozos de pintura, los muebles se veían casi destrozados a causa de la humedad que había debilitado demasiado la madera, lo único que había sobrevivido el aparente paso del tiempo, era un pequeño y reluciente tacón negro justo en el medio de su habitación.

—¿Quién se tomaría la molestia de inculparme por un caso cerrado?— Preguntó el joven, tratando de entender porque el tendría ese tacón.

Esta vez la sombra no dijo nada, simplemente se quedó allí parada, observando, sonriendo.

—¿Quien eres?— Gruñó Nathan al extraño ser.

—¿Quién eres tú?— Respondió casi antes de que el chico terminará su pregunta.

—Soy Nathan, tengo 24 años, soy contador, era el novio de Lizzeth...—

—Yo no estaría tan seguro de eso— Le interrumpió con su tétrica voz. —Deberías de aprender más de ti, pues quizás, ni si quiera te conozcas.—

—¿De que estas hablando?— Su rostro no reflejaba más que confusión, miró a la sombra, ¿trataba de confundirlo? —¿Como es que no me voy a conocer?—

—Bueno, realmente no me conoces a mi, así que, no te conoces a ti, al menos no del todo.— La oscuridad que envolvía a aquel ente comenzaba a desaparecer, dejandolo al descubierto.

—¿Q-que? ¿Que esta pasando?— A pesar de ser un sueño y saber que todo era posible, seguía siendo extraño ver que "su doble" aparecía frente a el.

Una Mente Oscura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora