Caminaba lentamente por los pasillos desiertos del subterráneo, iluminados solamente por las luces del mismo, las cuales, cada cierto tiempo, parpadeaban de una manera tétrica. No reconocía ese lugar, además, los letreros que deberían estar cada cierta distancia, indicando la estación donde se encontraba, estaban destrozados e inteligibles o simplemente no estaban. Un pequeño impulso le llevó a ver su brazo izquierdo, tenía algo escrito.
Tu nombre es Nathan, estás soñando, averigua tu historia con Lizzeth.
¿Quién y cuando escribió eso allí? ¿Su nombre era realmente Nathan? ¿Quién era Lizzeth? Leer eso le traía demasiadas preguntas.
De pronto, su cabeza empezó a doler como si estuvieran taladrandola desde el interior mientras toneladas de recuerdos llegaban a el. Con un quejido de dolor, se dejó caer de rodillas y llevó su frente al suelo, no podía soportar ese dolor. Sentía que algo líquido salía de su nariz mientras apretaba su cabeza intentando desesperadamente calmar su dolor hasta que perdió el conocimiento.
Cuando despertó, vio un pequeño charco de sangre, seguramente proviniente de la nariz. Se levantó y algo mareado, limpio su rostro con su playera, la dejo con una mancha de sangre, pero no tenía nada más que pudiera usar.
Ahora recordaba quien era, que hacía, a Lizzeth, los demás sueños, a la vidente, todo, incuso, lo que esta última le dijo: "Solo trate de que los sueños no se vuelvan su realidad.", seguido de su risa, que ahora le parecía más perturbadora. Aún no entendía a qué se refería con esas palabras, ¿como es que un sueño se volvería su realidad? Era facil diferenciarlos.
Miró a su alrededor, solo era un pasillo así que no podía hacer más que caminar. Inhalo, llenando sus pulmones de aire, reteniendolo unos segundos para después, exhalar y comenzar a caminar a un paso acelerado. No dio más de diez pasos cuando una voz detrás de él, le detuvo.
-Ya era hora de que todo tu ser entrara aqui, bienvenido- Su voz era grave y hacía un extraño eco que le daba un tono paranormal.
Nathan se giró sintiendose un poco perturbado por la voz y, lo que vio, le altero mas. No era más que una silueta oscura, envuelta en sombras, si el pasillo estuviera menos iluminado, sería imposible verlo. Su primer impulso fue huir, pero recordó rápidamente que estaba en un sueño, así que estaba a salvo.
-¿Crees que estás a salvo aquí?- Volvió a hablar la sombra -Con el tiempo, dudaras de eso-.
-¿Puedes leer mis pensamientos?- A pesar de eso, Nathan conservo la calma lo mejor que podía, sabía que era un sueño, pero había algo inquietante en aquella presencia.
-No es el momento de hablar de mi, ¿sabes porque estás aquí?- preguntó tajante.
-No, pero creo que Lizzeth tiene algo que ver- en cuanto Lizzeth cruzó por su mente, un dolor de cabeza se hizo presente, no tan grave como el otro, pero lo suficiente para hacerle sangrar la nariz.
-Hmmm... Veo que ya la recuerdas un poco- los dos puntos blancos e inexpresivos que simulaban sus ojos, parecían analizarlo.
-¿Un poco? ¿A que te refieres?-.
-Eso es algo que debes averiguar, así que explora tanto como quieras y recuerda. No dejes que tu sueño, se convierta en tu realidad- Dicho esto, se esfumó, aunque Nathan apostaba a que estaba riendo justo antes de desaparecer.
Ahora tenía aun más preguntas. ¿Quién o qué era él? ¿Que hacia allí? ¿Sabía de Lizzeth?. De nuevo pensó en Lizzeth y su nariz dejó salir un poco de sangre, acompañada de un dolor de cabeza. ¿Porque pasaba eso? En la realidad nunca le sucedió.
Se giro nuevamente para seguir caminando, llevándose la sorpresa de haber dejado el pasillo del subterráneo y ahora estaba frente a la oficina donde trabajaba, o al menos eso parecía ser, pues ahora veía una versión derruida y deteriorada.
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Una Mente Oscura
Misterio / Suspenso¿Qué será ese extraño lugar? Parece que esta diseñado para torturar nuestras mentes hasta llevarnos a la locura...