No Fue Un Suicidio...

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Nathan estaba sentado en el banco de un pequeño parque, relajándose, tomando un momento para pensar las cosas por su cuenta, ¿era verdad lo que ella dijo? ¿Lizzeth no cometió suicidio? Si ese era el caso, solo podía haber una explicación: fue asesinada. Pero, ¿quién podría haber sido capaz de asesinarla? Por más que lo pensaba, no sabía quién habría podido ser capaz de tal atrocidad; lo único que se le ocurría pensar, es que fue un robo que salió mal, pero, ¿en que momento de un robo fallido, se lanza a la víctima a las vías del metro? Simplemente, no tenía sentido.

Miró el reloj del parque y vio que eran las 5:04, alarmado, se levantó rápidamente y camino de prisa al bar donde había quedado con la oficial, afortunadamente no se hayaba tan lejos.

Entró lentamente, con la vista atenta y, en una de las mesas vio el rostro de Jinni, la cual le hacía señas en cuanto lo vio en la entrada. Nathan camino hasta ella, sorteando otras mesas, a un par de meseros y a una chica, un tanto ebria que al parecer, iba caminando por el bar, dando problemas a todos.

—Lamento la tardanza.— Dijo Nathan mientras se sentaba frente a la policía.

—No se preocupe, acabo de llegar.— Respondió Jinni con una amable sonrisa.

—¿Quiere explicarme eso de que Lizzet no cometió suicidio? ¿Porque en su base de datos, el caso está cerrado como suicidio?— Mostrándose un poco alterado por la situación, el hombre preguntó.

—Directo al grano, ¿Eh? Bueno, puedo entenderlo.— Aclaro su garganta para después tomar un sorbo del vaso que tenía entre sus manos.— Muy bien, tengo la sospecha de que su novia, no salto de manera voluntaria, incluso, me atrevería a decir que la empujaron.— Tenía una mirada seria, en la cual se podía ver que hablaba en serio.

—¿La empujaron? ¿Quién pudo haber sido?— Nathan estaba más que alterado ahora, incluso movía su pierna de manera inquieta y mordía sus uñas, era un hábito que ya había erradicado pero, al parecer, con esta situación, aquel mal hábito volvió.

—Es lo que quería preguntarle a usted, ¿no conoce a alguien que pudiera tener motivos para asesinarla?— La oficial de policía, ignoraba el estado de Nathan, se hayaba completamente seria y calmada.

—No se me ocurre nadie, era una buena chica, incluso veo más probable que alguien me quisiera asesinar a mi para poder quedarse con ella, ¿no pudo ser un robo que salio mal?.—

—Lo veo improbable— Negó con la cabeza— pues no le faltaba nada y no había señales de forcejeo por su bolsa o algo parecido.—

—¿Y, en que se basa para decir que fue empujada? ¿Tiene alguna prueba?— Nathan enfrió un poco su cabeza, pensando que sería bueno pedirle pruebas que comprobarán su teoría.—

—Bueno, principalmente, el hecho de que el impacto del metro, fue del lado derecho de su cuerpo.— Dijo con total confianza en si misma.

—Eso no indica nada.— Gruñó Nathan.

—Piénselo un poco, cuando se para de frente a las vías, ¿de que lado llega el metro?— Mencionó Jinni, sin perder esa confianza de saber perfectamente las respuestas a todo.

—Del... Lado izquierdo.— A Nathan le tomó un momento caer en cuenta en lo que le preguntaban, pero comenzaba a entender.

—Entonces, si hubiera saltado de frente, el tren la habría golpeado por el lado izquierdo, es decir, que si el golpe fue del lado derecho, significa que ella salto de espaldas o que la empujaron.— En su rostro, se dibujo una expresión de triunfo y satisfacción al ver que su teoría no era tan descabellada, pero, recordando rápidamente de que se trataba, rápidamente borro esa expresión.

—Pero, eso no indica que la hayan empujado, quizás, simplemente salto de espaldas.— Añadió el hombre, negándose a creer que alguien mataría a Lizz.

—Es aquí donde entran mis conocimientos.— Dijo en un tono de orgullo —Estudie medicina forense, especializada en patrones de sangre.—

—¿Y eso en que nos ayuda?—

—No entraré en demasiados detalles que además, son difíciles de entender. Pero la sangre en el tren, indicaba que la empujaron. Al igual que el ángulo en el que golpeó el vagon a la víct... La señorita Lizzeth.—

Nathan no dijo nada, estaba perplejo, era demasiada información que procesar en un instante.

—Además, tengo lo que sería la prueba definitiva de que Lizzeth, no iba sola.— Agregó la oficial al ver que Nathan no respondía.

—¿Más pruebas? ¿Que es?— Preguntó nervioso.

—Lizzeth llevaba unos zapatos altos de color negro y, uno de ellos, estaba roto. Al parecer el tacón se rompió y por más que lo buscamos, no apareció, así que es lógico deducir que alguien estaba con ella, se rompió el tacón y esa persona que iba con ella, se lo llevó.—

—Pero, ¿porque si saben todo esto, el caso fue cerrado como suicidio?— Nathan preguntó confundido, mientras notaba su nariz a punto de sangrar y nuevamente, el dolor de cabeza volvía.

—Fueron esos detectives idiotas y perezosos.— Alegó Jinni, notablemente irritada por eso. —Era más fácil archivar todo como suicidio, pero yo creo que hay que investigar todo, hasta que no quede duda alguna de lo sucedido.—

—Entonces, ¿tienes algún sospechoso?— Agregó Nathan.

—Hable con su familia, sus amigos y compañeros de su oficina, incluso hable con usted, pero no obtuve nada, ¿porque vino a preguntar sobre el caso?— Preguntó con auténtica curiosidad.

—¿Habló conmigo? Es curioso, pero... No... Puedo... Recordarlo...— El dolor de cabeza aumentaba y su nariz comenzó a sangrar.

—Oiga, ¿esta bien?— Preguntó Jinni, preocupada, mientras le acercaba unas servilletas.

—Si, si, a veces me pasa, no te preocupes, es solo que... No he dormido bien.—

—Si, eso se puede adivinar al ver su rostro.— Rió levemente, callandose al instante al dudar de sí su broma fue apropiada o no.

Una vez pasó el sangrado y el dolor de cabeza, Nathan, limpió su rostro.

—Debería revisarse eso, hace unas semanas, cuando le pregunté sobre embarazo de Lizzeth, le sucedió lo mismo.— Dijo mientras hacía señas a un mesero.

¿Embarazo de Lizzeth? ¿A caso ella estaba embarazada al morir? ¿Porque no podía recordarlo? Nuevamente, sentía la sangre a punto de salir disparada de sus fosas nasales y su cabeza taladra a más que nunca, si no de relajaba, seguramente terminaría perdiendo el conocimiento nuevamente. ¿Porque no recordaba nada de eso?

—Nathan, ¿se encuentra bien?— Al verlo al borde de un ataque, la oficial Jinni se preocupó.

—S-si, solo necesito un poco de aire.— Dicho esto, corrió fuera del establecimiento, atropellando a un mesero en el camino pero, sin darle importancia.

Una Mente Oscura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora