Una Manera de Pensar

19 2 1
                                    

—Nathan, a comer.— Dijo una voz que reconoció inmediatamente, era su madre. La buscó en aquel abismo sin límites, hasta que vio una luz, se acerco hacia ella lentamente, viendo que era solo una mesa con su padre y su madre allí sentados, esperándolo.

—¿Estarás allí parado o comerás con nosotros?— Dijo su padre. Tanto su voz como su rostro se hallaban distorsionados, quizá era por los pocos recuerdos que tenía de el. Después de todo los abandono a el y a su madre cuando el era un niño y su madre se deshizo de todas las fotos.

—Vamos Nathan, se enfriara tu comida.— Dijo su madre, se veía feliz, lo cual era raro en ella.

—¿Que esta pasando?— Preguntó Nathan confundido, ¿esto era alguna clase de recuerdo? Porque era difícil incluso imaginar que incluso cuando su padre estaba, fueran una familia feliz.

—No, no es un recuerdo. Es uno de tus deseos mas profundos.— Apareció su "otro yo" justo a su lado. —¿O debería decir nuestro deseo?—

En ese momento, esa familia ilusoria se esfumó, dejando paso a un blanco destello que obligó a Nathan a cerrar los ojos.

Esta vez apareció él, o la versión de 5 años de él. Corría felizmente hacia una madre que le esperaba con los brazos abiertos.

—¿Cuanto hubiera cambiado si esto fuera real?— Dijo con un leve tono de tristeza.

—Ella solo nos hablaba cuando hacíamos algo mal o quería desquitar su ira por ña partida de papá.— Dijo la sombra mientras reía, al menos ya no era en aquel tétrico tono.

—¿Que sentido tiene ver esto? Se qué mi vida hubiese sido muy distinta si esto fuera realidad.— Dijo Nathan un tanto irritado. —Estoy harto de juegos, quiero saber que sucedió con Lizzeth...—

—Oh, pero esto es importante, esto te ayudará a entender los acontecimientos que llevaron al asesinato.— Dijo burlón.

—¿Pero que tiene esto que ver? ¿A caso que yo no les importara a mis padres como me hubiera gustado tiene algo que ver con Lizzeth?—

—Aaah, al fin empiezas a pensar como deberías.— Rió nuevamente antes de desaparecer junto a la nueva ilusión, dejando a Nathan nuevamente en el vacío.

—Supongo que sí... — Se dijo a si mismo mientras se materializaba a su alrededor las oficinas donde el trabajaba, justo la sala de copiado, donde recordaba haber hablado por primera vez con Lizzeth.

Una Mente Oscura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora