CDU 4 - La travesía de los Eternos [BORRADOR COMPLETO]

Capítulo especial (Cassiodora)

Aclaración: Los siguientes personajes pueden llamarse en todos los nombres abajo mencionados.

1. Ash es el apodo de Asher Fargloom Morganthe de las hadas, también conocido como Bellis, uno de los 4 regentes (Corte de las Flores) de la Corte del Sol (como se conoce al reino de hadas).

2. Cass o Cassie son los apodos de Cassiodora Primera Eliz Aunee de las hadas, también conocida como Nenúfar, una de las 4 regentes (Corte de las Flores) de la Corte del Sol (como se conoce al reino de las hadas).

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Con una seguridad que no poseía, no sin antes tomar una gruesa bocanada de aire, la, en apariencia, joven regente abandonó sus aposentos, con sus alas ocultas y una gruesa bata cubriendo un minúsculo vestido que esperaba no tener que quitarse. Su cabello estaba finamente alisado tras su espalda y su cuerpo había sido perfumado e iluminado por dos de las damas del castillo, quiénes se sintieron afortunadas, cuando una de sus reinas les llamó para acicalarse, previo a su encuentro con su rey, quién no sería visitado por una dama de compañía, por segunda vez desde que la nueva Corte se posicionara.

Cassiodora estaba nerviosa, pero no por ello menos convencida de que era hora de pagar el favor que Bellis le había hecho hacía unos casi tres meses atrás, cuando, tomada por la desesperación, había acudido a sus aposentos, solicitándole firmara el indulto para Ilora de Normandia, quién partiría esa noche.

—Te daré todo el oro asociado a mi lugar como regente —Había prometido Nenúfar, sosteniendo en sus manos el documento que acababa de redactar y firmar con su puño y letra, pero que no había sellado, confiando en que podría obtener un seguro adicional para la decisión que estaba tomando.

Con la firma de Bellis, nadie dudaría de la veracidad del documento que entregaría a Ilora y, sobretodo, nadie pondría en entre dicho su criterio como líder, al dejar ir a quiénes fueran sus amigos.

—¿Quién dice que me interesa tu oro, Cassie? —cuestionó el hada con retintín, sin dejar de girar la botella de licor en su mano. Estaba ebrio y eso dificultaba el que pudieran hablar en sus mentes, como era normal en el reino, y con la seguridad de que no serían escuchados por oídos curiosos, pues el regente no estaba en completa posesión de sus facultades, ni parecía remotamente interesado en escuchar la oferta de su desesperada hermana en poder—. Creo que olvidaste que, antes de ser parte de la Corte de las Flores, mi familia era rica y malditamente poderosa.

Por supuesto que no lo olvidaba, Cassiodora y su familia habían sido víctimas del poder de los Fargloom, cuando sus padres habían sido expulsados del Consejo Real, por petición de Isobel, la madre de Asher, por haber apoyado abiertamente el mantener los acuerdos de paz con Normandia y el que las hadas permanecieran al margen de la guerra de los hechiceros.

Ella incluso creía que el padre de Bellis, Onix, había ordenado el asesinato de sus padres y su hermana, pero nunca había podido apuntarlo, al no tener pruebas.

—Ahora somos iguales, Asher —Le recordó Cassie—. Sin embargo, no puedo ser sola contra el resto de la Corte de las Flores, así que necesito tu apoyo y lo necesito ahora.

—¿Arriesgarías todo por ellos, cierto? —preguntó el hada, riendo sin razón aparente.

—Te daré lo que quieras —ofreció la reina, ignorando conscientemente su pregunta y observando, una vez más, el gran reloj en la pared tras su hermano.

—¿Lo que quiera? ¿Estás segura de eso? —insistió el hada, quién pareció superar su ebriedad para mostrarse tan interesado como Cassie había esperado que lo estuviera, desde que había entrado a esa habitación, despachando a la chica que lo acompañaría esa noche.