🍱04🍱

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Todo transcurrió normal desde que Nam había hablado con Jimin a escondidas de la menor, ella no debía saberlo. Nadie debería de enterarse del plan entre Nam y Jimin.

Resumiendo la última parte del día anterior; Nam llegó a casa y olvidó a la niña afuera del edificio, salió a buscarla, la encontró y volvió a casa más que aliviado, comieron, se vistieron y durmieron. Fin.

La mañana siguiente fue casi parecida a la mañana del día anterior, la única diferencia fue que ahora Marnie no rompió nada para poder comer.

Después de desayunar y que el pelinegro se pudiera ropa completamente negra, fueron camino a la bodega que ya era la nueva Oficina del padre de la menor, según esta misma.

La castaña con puntas rosa pastel fue directo a perseguir a la cachorra de pelaje café esponjoso.

–Entonces... ¿Vamos a hacerlo hoy? –preguntó el menor de los cuatro.

–Tenemos qué, llevamos planeando lo antes de que llegará esa niña–contestó sin interés el de ojos felinos.

–Ya tenemos todo, ¿falta algo? –preguntó ahora el de tez morena.

Siguieron discutiendo con el tema del robo que harían, también poniendo a la niña en el tema, nadie de afuera podía cuidarla debido a que la buscaban con fervor la policía municipal, y ninguno de los cuatro podía cuidarla, ellos ya tenían el plan en la que nadie podía faltar, así que decidieron poner a la menor en el plan.

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Los cuatro hombres iban en una minivan junto con la menor, dirigiéndose hacia la parte trasera del Banco de la ciudad. El nuevo plan era distraer a las personas de adentro en lo que los demás robaban directamente de la bóveda.

El apodado Hobi entró al lugar agarrando la mano de Marnie, como si fueran personas normales.

La única buena suerte que tenían los chicos era que sólo la gente conocía la cara de Nam, una pequeña desventaja, pero la ventaja era mayor ya que nadie reconocía a los otros tres. Al menos los tres faltantes podían andar por todos lados con la cara al aire.

Hoseok veía a todos los presentes con una pequeña seriedad que no podía ser vista gracias a su grande sonrisa de corazón que deslumbraba a muchos.

Por otro lado, Marnie estaba algo nerviosa por estar rodeada de gente, eran más personas de las que solían estar por todos lados en su hogar. Veía a todos los presentes con algo de temor, se abrazó más a la mano derecha del de pelo rojo.

El de sonrisa de corazón notó el nerviosismo de la pequeña, pues su manita temblaba mientras agarraba de su mano.

–Marnie~–canturreo el nombre de la niña, para después verla a los ojos. –¿Qué te parece si esperas al tío Hoseokie aquí? No me alejaré mucho–y con esas palabras logró calmar a la castaña, esta se quedó quieta y el mayor caminó hacia una de las cabinas vacías del Banco.

Pasaron dos minutos que para Marnie eran casi una eternidad, el mayor no llegaba a su lado, entonces decidió buscarlo por todo el lugar. No supo en que momento o cuando pasó, pero se perdió con tan solo entrar por una puerta.

Llegó a la puerta interna de la bóveda, escuchó ruidos del otro lado y voces apenas audibles. Olvidó el porqué estaban allí, pero se asustó más de lo que ya estaba y salió corriendo hasta salir del lugar.

Vió a todos lados, había más gente afuera que adentro, y eso la asustó mucho más. No sabía nada del mundo fuera de su gigante jardín y eso le asustaba un poco.

Buscó con la mirada si podía reconocer a alguien, pero su corta estatura no se lo permitía. Se sentó en las escaleras del Banco de la ciudad y empezó a llorar.

La primera fase de sus lloriqueos eran iniciados por pequeñas lágrimas y sollozos reprimidos. Se abrazaba rodeando como podía su pequeña cinturita.

Personas que pasaban, que entraban o que salían del lugar le preguntaban a la pequeña en donde estaban sus padres o si podían ayudarla a encontrarlos. Eso la molestaba y hacía que llorara más fuerte y con más dolor.

Extrañaba a sus hermanos, extrañaba escuchar a Tae Hyung decirle que no corriera con sus vestidos largos, extrañaba que Jimin le enseñara a comer bien y comer uno que otro dulce a escondidas, y sobre todo, extrañaba que Jin la consintiera mucho y le dijera que no había nada de lo que temer. Pero ninguno de ellos estaba ahí.

Estaba sola.

Lloraba cada vez más fuerte hasta el punto de gritar que la dejaran sola y que no quería ayuda. Nadie podía reconocer la, no podía ir a casa.

Del otro lado del Banco, específicamente detrás de la bóveda había llegado Hoseok agitado, con miedo y casi llorando a donde estaban sus tres colegas aún robando.

Dió un sollozo combinado con un suspiro de cansancio, para llamar su atención. Los tres chicos lo vieron casi de inmediato y el menor fue el primero en ir a abrazarlo.

–¿Y Marnie? –preguntó NamJoon al no ver a la mencionada tomada de la mano del recién llegado.

–Lo... Lo siento... L-la perdí–decía apenas entre sollozos Hoseok. Se había asustado de no ver a la pequeña en donde la había dejado.

El hombre de ojos café oscuro sintió todo su mundo caerse al escuchar las palabras que soltó su mayor por meses. No quería perder a la niña tan pronto. Aún no.

Nam salió corriendo quitándose todo el equipo que traía de más en el camino hasta escuchar unos gritos dolorosos, justo en los escaleras del Banco. Volteó a ver y la encontró, llorando.

Corrió hacia ella y la abrazó con la suficiente fuerza para no lastimar la. Ella se asustó e intentó alejarlo, pero las caricias en su cabello la calmaron, creyó que era su hermano mayor. Entonces correspondió a aquel abrazo.

–Jinnie... Hyung–dijo en un hilo de voz muy suave y dolido, para caer en los brazos de Morfeo y dormir en paz.

Nam suspiró y la cargó hasta la minivan, los chicos subieron todo lo que les cabía en las bolsas grandes y después partir.

Lo que no sabían, es que alguien muy importante en esta ciudad los había visto.

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Hola!!! Espero que les haya gustado este capítulo y tal vez  les guste la historia.

Perdonen si tiene errores o si no tiene sentido, falta de vida en la lectura ;-;
Pero bueno, sólo era eso!

¡¡¡ANYEONG!!!

¡Joonie Appa! [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora