One-Shot's (Personajes Anime X Tn)

Jason The Toymaker

Título: Muñecas.

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Siempre les he tenido miedo a las muñecas. Desde que era niña. Solía hacerme la valiente y ver videos de muñecas poseídas con mis amigos, siempre me daba mucho miedo. Me gustaría odiarlas, pero no puedo y más porque quiero volverlo a ver.

Él apareció una noche, cuando mis padres estaban dormidos y yo estaba mensajeando con una amiga. La brisa de la noche me hizo sentir más frio, así que me paré a cerrar la ventana, cuando tomé esta, sentí un arañazo en la misma y una risa, en la oscuridad a través de mi ventana, se escuchó.

—Ahora ella es mía— Sentí que alguien había susurrado en mi oído.

Al girarme no vi a alguien, pasé mi mirada por toda mi habitación, buscando a alguien que pudiera estar adentro pero no había persona alguna. Volví a mirar a la ventana y vi dos ojos verdes que me miraban.

No pude evitar cerrar los ojos y gritar.

—Hija, ¿Estas bien?— Dijo mi madre.

Abrí los ojos y noté que estaba en mi cama, hiperventilaba y mi madre me abrazaba, tenía mucho miedo.

—Fue una pesadilla, hija, tranquila, todo está bien.

Cada noche soñaba con él. Con un hombre vestido con un chaleco negro con un pelaje extravagante sobre sus hombros. Con una sonrisa y sus ojos verdes que estaban cubiertos por su cabello rojo. Parecerá raro pero él sostenía una caja azul.

Cada sueño era diferente al anterior, en algunos solo me observaba y en otros se acercaba para torturarme cada vez peor pero al final de cada suelo siempre decía "Es mía". Comencé a dibujar en las esquinas de mis cuadernos aquel ser que aparecía en cada uno de mis sueños.

Una noche, cuando me dirigí a mi habitación para dormirme vi una muñeca en medio de mi cama. Al verla me quedé helada contra la puerta. Pensé que la había dejado mis padres pero, observándola detalladamente, me di cuenta que ellos no pudieron dejarla, la muñeca era extraña, lo que más me llamó la atención fue aquella rosa en su boca.

La muñeca apuntó tras de mí. Me tensé. Agarrando fuerza me di la vuelta rápidamente alejándome de la puerta. Había cambiado, era azul. No entendía lo que pasaba.

Vi al ser que dibujaba frente a esa puerta. Me alejé más chocando con la cama, cayendo de espaldas a esta, sentí que había aplastado algo, con mi mano tomé con miedo lo que había aplastado, sin despegar mi mirada de él.

Era la muñeca, ahora estaba rota porque cuando la jalé para verla, accidentalmente la rompí.

—Arruinaste tu muñeca— Escuché hablar a aquel ser.

—¡¿Quién eres?!— Grité comenzando a ponerme histérica.

—Soy Jason, Jason The Toymaker, tu mejor amigo— Se rio.

Frente a mí vi a mis mejores amigos, no, no eran ellos, eran muñecos de ellos, de todos y cada uno de ellos. Las manos de Jason, chorreaban. Cuando las miré detalladamente vi que era sangre, rápidamente miré a los muñecos de mis amigos y vi que debajo de algunos había pequeños charcos de sangre.

—Los... Mataste— Dije en un susurro con miedo, con mucho miedo.

—Ven conmigo, nos divertiremos— Jason se acercó a mí, pero yo solo miraba a mis amigos.

—Tú... Tú... — Las palabras no podían salir de mi boca.

—Sí, mi dulce amiga, yo las hice para ti.

Me fui acercando a ellos, más bien, me fui acercando a mi mejor amiga. La tomé entre mis brazos. Empecé a llorar mientras abrazaba aquella muñeca. Tomé a mi mejor amigo e hice lo mismo. Jason no hacía nada, solo me miraba.

—No nos habíamos divertido lo suficiente todavía— Les dije a los muñecos— Nos faltaban muchas cosas.

Escuché los pasos de Jason acercándose a mí. Puso su mano en mi hombro y por instinto lo abracé y lloré sobre su hombro, él se quedó en shock por unos instantes pero después con algo de duda me abrazó.

—¿Puedes llevarme con ellos?— Me alejé de él para verlo.

Jason solo me miraba sin ninguna expresión en su rostro.

—Hazme lo mismo que le hiciste a ellos, si lo haces, ellos y yo volveremos a estar juntos ¿No?— Jason se separó de mí sin mirarme, fue hacia la puerta— ¿A dónde vas?— Se giró para verme y extendió su mano, en ella había un pequeño peluche de un conejito.

—Es para ti, (Tn)— Susurró él.

Me acerqué y lo tomé. Era realmente muy bonito, lo abracé y cuando miré en dirección a donde se suponía que estaba Jason, él había desaparecido. Era de noche, estaba en mi habitación, ya no había rastro de nada de lo que había visto minutos antes, no estaban los muñecos, tampoco los charcos de sangre, ni Jason, solo el peluche.

Al día siguiente me informaron que mis amigos habían muerto. Todos creen que unas fueron por suicidio, otras por accidentes automovilísticos. Soy la única que sabe que no murieron por eso, Jason fue el culpable de sus muertes, pero, por extraño que parezca, no siento rencor por él.

A veces quisiera odiar a las muñecas, pero no puedo.