One-Shot's (Personajes Anime X Tn)

Ayase Koyuki

Título: Deseo de navidad
Película: Zutto Mae Kara Suki Deshita. ~Kokuhaku Jikkou Iinkai~

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Querido Santa:

Sé que ya estoy muy grande como para andarte mandando cartas y también sé que hace mucho que no te envío una por lo mismo pero este año hay algo que quiero con todo mi ser. Tal vez no puedas traérmelo a mi arbolito de navidad, pero tal vez puedas hacer que llegue a mi puerta. Este año no quiero un regalo como los que conoces, no quiero un juguete, ni libros, ni bicicletas, ni celulares, ni iPad, ni cualquier otra cosa que te puedan pedir los niños de hoy en día, el regalo que quiero para navidad va más allá que un simple objeto.

¿Recuerdas a mi mejor amigo de la infancia Ayase Koyuki? El albino de ojos azules, ya sabes el chico tímido que solo solía hablar conmigo y que en clase siempre nos juntábamos (Bueno, siempre nos juntábamos en todos lados), ese chico me gustaba pero nunca le quise decir ya que a él le gustaba Natsuki, pero bueno no recordemos cosas que nunca hice de joven... Supongo que ya lo recuerdas, así que te seguiré contando.

Durante toda nuestra vida de estudiantes siempre estuvimos en la misma escuela y en el mismo salón (No sé si fue suerte, casualidad, coincidencia o simplemente el destino así lo quiso), éramos muy pequeños cuando lo vi por primera vez, recuerdo que todos los niños se saludaban los unos a los otros, se preguntaban cosas sobre sus gustos; recuerdo que todos comenzaban a hacer su propio grupo de amigos, excepto Yukki y yo (Jaja hace tiempo que no lo llamo así), cuando tocó recreo yo fui de los últimos niños en salir, Yukki fue el último, ambos nos sentamos en la banca que estaba al lado de la puerta de nuestro salón pero no nos dijimos nada, ambos abrimos nuestro almuerzo, él no miró mi almuerzo pero yo miré de reojo el suyo y vi que habíamos traído lo mismo. Así fueron pasando los días hasta que una semana después me propuse hablarle porque ambos seguíamos sin tener amigos, intenté hacerlo entre clases pero me daba mucha vergüenza y cuando me acercaba a él solo se me ocurría pedirle algún lápiz o algo así, me rendí antes de que fuéramos a recreo pero para mi sorpresa él se sentó en la banca en la que yo estaba justo a mi lado y habló:

—Soy Ayase Koyuki— Dijo con mucha timidez— Me gustaría que fuéramos amigos— Cuando dijo eso sonreí de oreja a oreja y él, al verme, también sonrió.

Fue entonces que nos hicimos amigos, ambos éramos tímidos así que llegamos a ser muy cercanos por eso. Fuimos avanzando de grados y cuando entré a la universidad sufrí él no tenerlo en mi salón ni en mi universidad, solía mandarle mensajes y él solía responderme sin importar la hora a la que le mandaba mensajes, nos desvelábamos juntos, unas veces salíamos a pasear, otras íbamos al cine, incluso íbamos al zoológico, pero empecé a tener más tareas y él también, dejamos de salir a pasear, dejamos de ir al cine, dejamos de ir al zoológico, solo nos mandábamos mensajes después de clases contándole nuestro día al otro, hasta que llegó el día en el que ya ni nos mandábamos mensajes ya que en el tiempo libre que tenía salía con unas amigas que hice.

Ahora que estuve de vacaciones, encontré el collar que él me dio que representaba nuestra amistad, intenté llamarlo pero tal parece que cambió de número, lo busqué por todas las redes sociales que tenía pero no lo encontré, fui a su casa pero al parecer se había mudado, así que te pido lo siguiente. Esta navidad me gustaría que trajeras o que me ayudaras a reencontrarme con Yukki, tal vez no puedas hacer esto pero inténtalo, por favor, de verdad quiero volverlo a ver, me arrepiento de no haberme declarado así que me gustaría hacerlo, pero ante todo quiero volverlo a ver, volver a pasar navidad juntos, incluso tengo un regalo debajo de mi árbol para él, sé que es casi imposible que lo vuelva a ver pero aún me queda una mínima parte de esperanza.

Por favor, trae a Ayase Koyuki a mi vida, prometo ya no dejarlo salir.

La joven dejó la pluma a un lado y, después de leer la carta, la dobló y la metió en un sobre, fue casi corriendo a su árbol navideño muy bien decorado y puso el sobre entre unas ramas.

—Por favor— Susurró.

Ella fue a alistarse pues todavía estaba en pijama por el frío que hacía, se puso sus mejores ropas para la fiesta familiar que iba a tener en su casa pues era la casa más grande que había entre los de la familia. Una vez que estuvo lista, tomó un libro y se fue a la sala, ya todo estaba preparado y decorado así que lo único que faltaba era esperar a los invitados.

El timbre sonó y ella con esperanza en su corazón fue a abrir la puerta pero no era su mejor amigo, eran sus padres y su hermano de apenas cinco años, ella los dejó pasar. Así fue pasando el tiempo, llegaron sus abuelos, sus hermanos mayores, sus sobrinitos y algún que otro amigo, pero ella estaba algo esperanzada y ansiosa de ver a su Yukki.

Pasaron varias horas y la chica se rindió pero no iba a permitir que eso afectara el ambiente de la fiesta. El intercambio de regalos pasó entre risas por las descripciones que se hacían los unos a los otros, cuando se acabó la fiesta todos se despidieron dándose un abrazo y deseándose una feliz navidad.

Cuando la chica acomodó las pocas cosas que estaban desordenadas se dignaba a irse a dormir, la noche había sido muy agradable pero estaba exhausta. Antes de que pudiera llegar a su habitación, el timbre sonó, a la fémina se le hizo raro eso pues ¿Quién llamaría en plena madrugada? No planeaba abrir así que siguió su camino hacia su habitación, agarró su pijama pero detuvo todas sus acciones cuando la voz de alguien la paralizó.

—¡(Tn)!— La chica salió corriendo hacia la puerta principal y al abrirla vio a aquel albino de ojos azules que tanto anhelaba ver.

El chico al verla le sonrió con alivio y ella saltó a sus brazos, el joven no se esperaba eso por lo que el equilibrio le falló y ambos cayeron al suelo, pero él solo comenzó a reír.

—Yo también me alegro mucho por verte— La chica solo abrazaba a su mejor amigo mientras enterraba su rostro en el pecho de este, ella comenzó a llorar en silencio pero el chico lo notó rápidamente— ¿(Tn)? No llores, sabes que nunca me ha gustado verte llorar— Koyuki abrazó a la chica mientras intentaba sentarse sin incomodar a su amiga— Oye, mírame, ¿Sí?— (Tn) se quedó igual así que fue él el que tomó la iniciativa y la separó un poco.

Ambos se quedaron en silencio, el albino sonreía con ternura mientras le limpiaba el rostro a su amiga, cuando acabó Koyuki puso su mano en la mejilla de (Tn) y se acercó hasta que sus labios se unieron.

—¿Sabes?— Comentó una vez que se separaron.

"Nunca me había sentido tan solo desde que ya no te tuve conmigo"