Donde Fuego Hubo...

Capitulo 21

POV Any

Por la mañana siento una agradable sensación entre mis piernas y pensando que volvía a tener un sueño erótico me deje llevar hasta que los acontecimientos del día anterior dan paso en mi mente haciendo que abriera los ojos de golpe antes de gemir por la escena demasiado sexy que tenía enfrente. Podía ver los chinos negros de Poncho entre mis piernas creando un sexy contraste y al sentir su lengua acariciando mis labios vaginales no pude evitar soltar otro gemido mientras llevaba mi mano a su cabeza para no solo acariciar su cabello sino para mantenerlo pegado a mí. Al sentir mis manos levanta la mirada y pude ver como el verde de sus ojos había oscurecido gracias al deseo. Gimo de frustración cuando veo que se incorpora levemente y va besando y mordisqueando mi vientre.

Any: no....por favor no te detengas le digo gimiendo mientras seguía haciendo el intento en vano de empujar su cabeza de regreso a donde más lo deseaba. Él se ríe suavemente mientras depositaba un beso en cada uno de mis pezones apretados.

Poncho: buenos días mi amor. No te preocupes en un momento te daré todo lo que necesitas...tenemos mucho mucho tiempo que recuperar me dice con la voz ronca del deseo. Jadeo sintiendo como me mojaba más con solo su tono de voz. Él toma mis manos juntándolas y dejándolas por encima de mi cabeza

Poncho: si las mueves o las bajas me detendré me dice con voz autoritaria. Solo con esas palabras me provoco que cerrara las piernas en un intento de controla mi deseo.

Poncho: entendido gatita? Me pregunta alzando una ceja y yo rápidamente asiento con la cabeza.

Any: si señor entendido le jadeo suplicándole con la mirada que siguiera. El me sonríe antes de besarme apasionadamente haciendo que mis huesos se derritieran enteritos y mi centro ardiera de deseo por él. En cuanto los dos estamos jadeados el comienza a bajar muy lentamente depositando pequeños besos en los lugares que sabía que no solo me derretían, sino que me encendían a mas no poder. Llegando a la altura de mis pechos los toma en sus manos y veo asombrada como parecía que mis pechos fueron hechos para sus manos. El comienza acariciar y apretarlos suavemente para después pellizcar mis pezones haciendo que gimiera de placer y dolor. El me mira fijamente mientras bajaba la cabeza y se metía uno de mis pechos a la boca succionando con fuerza provocando que mis caderas buscaran el contacto de su erección. Estaba a punto de mover mis manos cuando veo que el alza una ceja mordiéndome suavemente y procuro mantenerme inmóvil. El sonríe satisfecho antes de morderme suave mis labios vaginales haciendo que soltara un gemido de placer. Cierro los ojos dejándome llevar completamente por este hombre y su maravillosa lengua que sabía exactamente cómo usarla. Sin proponérmelo mis manos van directo a su cabeza y solo me doy cuenta de ello hasta que siento que se detiene. Abro los ojos de golpe gruñendo en protesta fulminándolo con la mirada

Poncho: no me mires así te advertí que si movías las manos me detendría me dice dándome un pico.

Poncho: te daré otra oportunidad. Date la vuelta me dice sonriendo coqueto. Sin dudarlo me doy la vuelta dándole la espalda posicionándome en cuatro sobre la cama. Escucho su gemido de aprobación mientras siento como me acaricia mi trasero antes de darme una sonora nalgada haciendo que jadeara y removerme por el picor que sentía.

Poncho: ahora si quieres que te deje llegar a tu orgasmo tendrás que mantener la vista fija hacia enfrente. Nada de ver hacia atrás sino te dejo sin orgasmo y sin derecho a que tu sola te des alivio me susurra al oído haciendo que la piel se me pusiera chinita.

Any: está bien señor le susurro viendo hacia enfrente sintiendo como su mano pasaba por toda mi espalda haciendo que me estremeciera por el escalofrió que me recorrió entera. Escucho como gruñe y comienza a besarme toda la espalda usando su lengua de vez en cuando para trazar su camino hacia donde estaba ardiendo de deseo. Siento como se mueve la cama y aunque me moría de la curiosidad quería tener mi orgasmo así que me aguanto las ganas de darme la vuelta. Termino cerrando los ojos, pero lo abro de golpe cuando me penetra de una sola embustida sin aviso alguno. Suelto tremendo gemido y me aferro a las sabanas disfrutando de cada potente embustida sintiendo como sus caderas chocaban contra mi trasero. Cada cuando me daba una nalgada que mandaba un calor inmediato a ese lugar donde estábamos unidos. Estaba a nada de correrme, pero mi cuerpo se negaba a darme el placer que tanto ansiaba simplemente porque él no me había dicho que me corriera y solo quería complacerlo. Cuando sentía que ya no podía mas y el sudor empapaba mi cuerpo entero escucho que gruñe y siento como me abraza dejando su pecho sobre mi espalda.

Poncho: córrete para mi gatita. Déjame sentir como me aprietas mientras te corres me dice entre gemidos y gruñidos y sin pensarlo dos veces me dejo llevar por mi orgasmo gimiendo fuerte aferrándome a las sabanas sintiendo como le exprimía por completo. Siento como él se mueve más rápido y en nada suelta su propio gemido mientras se aferraba mas fuerte a mis caderas y sus caderas seguían impulsándose hacia mi hasta que los dos quedamos agotados. Mis brazos no aguantan el peso y termino desplomándome en la cama jadeando tratando de recuperarme. Siento como él se remueve saliendo de mi interior para acostarse a mi lado. Volteo la cabeza para poder verlo y le sonrió completamente satisfecha.

Any: esto si es dar bien los buenos días. Un mañanero muy placentero le digo divertida acercándome un poco para daré un beso. Recuesto mi cabeza en su hombro hasta que siento que puedo moverme. Estaba por levantarme cuando siento que él lo hace primero. Estaba a punto de hacer puchero cuando siento que me toma en brazos y se dirige hacia el baño.

Poncho: ahora si a bañarnos señorita para después bajar a ver que nos preparamos para desayunar me dice sonriendo antes de darme un beso tiernamente para después dejarme en el suelo del baño mientras él se daba la vuelta para abrir la ducha y templar el agua mientras yo me quedaba observándolo mordiéndome mi labio inferior.