Capítulo 12. Expectativas

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Estaba a 2 semanas del parto programado y como si no tuviera suficiente con lo que tratar Naruto había llegado a Toronto hacia un par de días. Estaba constantemente nerviosa y alterada, Neji me aseguraba que los hombres de mi padre lo seguían a todas partes junto con Minato y Kushina. Además que él desconocía el sitio específico en el que me encontraba pero no podía hacer nada contra esos nervios. Él estaba cerca, muy cerca.

Eso era en todo lo que podía pensar aunque Ino, Tenten, mi hermano y mi padre intentaban distraerme. Me mantenía en un constante estado de alerta, nadie hablaba muy alto ni con demasiada emoción, eso había sido un total reto para la rubia y la castaña, ambas enérgicas y de fuerte personalidad se mantenían en calma con tal de ayudarme a superar ese nerviosismo enfermizo.

- ¿Qué tal un juego? - Mi hermano atrajo la atención de todos, yo no sabía si aceptar o refundirme bajo las sabanas en un intento inútil y cobarde para luego decirle a mi familia que cambie de opinión y no permitiría que Naruto estuviese presente durante el parto. – Tengo Monopoly arriba – Eso si llamó mi atención. Amaba ese juego, era bastante buena también y Neji lo sabía, no sabía los demás pero jugar con mi hermano si era un total reto. Asentí frenéticamente entusiasmada.

La tensión que antes inundaba el hermoso y radiante hogar de mi hermano desapareció y en ese instante Nélida río en los brazos de su abuelo. La expresión fría y seria de mi padre fue reemplazada por una infinita adoración al fijarse en el rostro de la pequeña, su risa fue angelical y llenó a todos de una infinita ternura. Inconscientemente acaricie mí ya enorme vientre, mi padre lo notó antes que nadie, incluso que yo misma.

- Pronto también conoceremos su risa – Las dulces palabras de mi padre hicieron aflorar las lágrimas de alegría en mis ojos. La expresión de todos se tornó preocupada, excepto por Ino.

- Relájense, solo son las hormonas – El suspiro de alivio fue audible y pronto me encontré riendo, el embarazo había jugado con mis emociones y solo Ino sabía reconocerlo.

Neji bajo un par de minutos después mostrándose completamente motivado. Teníamos esa vena de competencia entre nosotros, pero ni él ni yo ganamos fue Hiashi quien nos destruyó cada ronda, esto no debía ser un gran reto para él pero se le notaba lo mucho que estaba disfrutando ganar, de él fue de quien heredamos ese instinto de competir y ganar por lo que no deberíamos estar sorprendidos pero lo estábamos.

La semana paso a ese ritmo, juegos tontos, risas amenas y tiempo en familia. Después de los días iniciales en los que los nervios me consumieron por la cercanía de Naruto comencé a sentirme dividida. Estaba feliz con mi familia y por otro lado una pequeña parte de mi decía que era erróneo pensar de esa manera cuando él también tenía derecho a esos espacios como padre de mi hijo y al mismo tiempo no lo merecía porque estábamos separados, aislados el uno del otro por sus acciones y sus errores.

Una parte de mi aun lo quería cerca, conmigo por mucho que me negara aceptarlo de esa forma. Esos pensamientos me enfurecían, yo no debía sentirme de ese modo, no tenía por qué mendigar amor, no había nada mal conmigo, yo no era poca cosa, fue él quien no supo valorarme, para Naruto yo no había sido suficiente. Convencida de esa idea, ya no tuve más miedo, porque era algo con lo que no podía luchar, nunca me desligaría de él y la razón era la pequeña criatura aún en mi interior.

 Boruto nos mantendría unidos, no totalmente y no como se supone debería ser pero mi pequeño era el lazo indestructible entre el rubio y yo.

A semana y media de parto comenzaron unas punzadas bajas, que eran anunciantes del momento que se acercaba, un par de días después Tenten aseguro a todos que eran contracciones y era momento de partir al hospital.

Mi padre y Neji estaban fuera de control, por lo que Tenten e Ino tuvieron que hacerse cargo de ellos. Entendía su miedo, yo también lo tenía, tal vez si fuese de día no me habría espantado tanto, pero eran las dos de la mañana y la oscuridad y el silencio hacían las circunstancias un poco más aterradoras de lo que ya eran.

El viaje en auto no fue nada agradable, las caras de preocupación en todos no ayudaban en lo absoluto incluso en Tenten que ya había pasado por la misma experiencia lucía contrariada y extrañamente silenciosa.

A pocos minutos de llegar al hospital mi padre había tomado su teléfono, la otra persona contesto al instante y pude escucharlo, el ruido ambiental era nulo y nadie hablaba mucho; solo por eso pude ser capaz de reconocer esa voz.

- ¿Señor Hiashi? – Era Naruto. Mi padre lo había llamado. Unas lágrimas rebeldes descendieron por mis mejillas, el dolor emocional fue tan intenso solo con escucharlo que por un momento me olvide del dolor físico, hasta que una nueva contracción me hizo ignorar el hecho de que el rubio estaría relativamente cerca de mí.

- Ya es hora. – Anunció mi padre mientras se fijaba en mi con nerviosismo – Hospital General de Toronto – Cortó la llamada, sin tomarse el tiempo de escuchar lo que Naruto respondería al respecto.

Después de ingresar al Hospital, las frecuentes preguntas de los médicos no se hicieron esperar y a pesar del dolor de las contracciones pude identificar sus gestos de preocupación cuando terminaron de examinarme.

- ¿Qué pasa? – El miedo me invadió - ¿Hay algo mal con mi bebé?

- No te has dilatado ni un centímetro desde que empezaron las contracciones, según tu familia hace casi tres horas – Esto era nuevo para mí pero las explicaciones me espantaron. Sabía que ya debía de haber dilatado un poco – Tu parto va a ser un poco largo, esperaremos un poco más - El médico miro a las enfermeras – Pero si se alarga demasiado tendremos que recurrir a la cesárea.

Y ese fue solo el inicio del dolor más intenso que había sufrido mi cuerpo.

Las tonalidades del amor [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora