Epílogo

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Ningún final cuenta con un punto una palabra o una acción que lo termine todo. La vida es curiosa, no deja de moverse y nos hace movernos con ella.

¿Por qué Himawari?

Algunos finales no van de acuerdo a lo establecido, ni mucho menos a lo esperado. Algunos solo significan un nuevo comienzo.

Personas distintas, cambiadas por lo que vivieron...

- ¡Naruto! Pedazo de imbécil deja de ignorarme – Entonces maldijo a su amigo.

- ¡Joder! Deja de golpear a la gente – Él no se disculpó.

- Te decía que si no le vas a llevar rollos de canela a Hinata – Explicó

- No, desde hace unos días que le dan náuseas y yo tuve que comérmelos – Hizo una mueca, de por si no le gustaba el dulce y esos en especial eran demasiado. – En realidad había dejado de comerlos, solo fue un antojo del embarazo.

Eran tan distintos a lo que fueron años atrás, sus hábitos cambiaron, sus objetivos; eran personas mucho más maduras ahora. Hinata tenía un carácter fiero que le encantaba, por su parte Naruto se sentía más medido, necesitaba sus energías, necesitaba pensar bien las cosas, hacer lo correcto para su familia.

Su amor era distinto también.

En esos seis años se perdonaron, cambiaron, maduraron, eran personas distintas y aun así sus corazones lograron entrelazarse de nuevo. Era un milagro porque sabía bien que no merecía tener tanto, pero lo aceptaba más que gustoso.

- Manteen a su copia alejado de mi hija – Fue la despedida de Sasuke.

- Son niños, Sasuke, NIÑOS – Enfatizó – Supéralo o harás que la niña te odie – Su amigo no respondió

Se sentía cansado y viejo cuando llego a la entrada de su casa, ahora su familia estaba ahí, completa, unida. El solo pensamiento le hizo recobrar las energías perdidas en el largo día de trabajo.

- Estoy en casa – Anunció, de inmediato Boruto se abalanzo contra él y Hinata le dedico una cálida sonrisa antes de acercarse.

- Bienvenido, bienvenido, bienvenido papá –No dejaba de repetir el pequeño rubio.

- Bienvenido Naruto – Dijo Hinata a su lado.

Estaba en casa, ahí con su familia a su alrededor, dándole una cálida bienvenida, casi se le escaparon las lágrimas, era demasiada alegría. Entonces observo el vientre hinchado de Hinata, quien llevaba nuevamente un hijo suyo dentro. Una niña. Recordó la charla que tuvo con Hinata en esa ocasión.

¿Por qué Himawari?

Significa Girasol, es lo que nos volvió a unir, me pareció adecuado ¿No te gusta?

Me encanta. Es un nombre precioso.

Abrazo a su familia, sintiéndose completo y satisfecho. Ellos lo eran todo y lucharía cada día para merecerlos. No se rendiría, jamás, no lo haría porque sabía que era una lucha constante, porque no se permitiría perderlos de nuevo. Nada se volvería nunca, más importante que su familia.

Las tonalidades del amor [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora