Capítulo 19. Soltar-te

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Decidí quedarme un poco más de tiempo con mi hijo. Escuchaba a Hinata en la cocina haciendo quien sabe qué cosa, probablemente intentando mantenerse ocupada. No iba a insistir con el tema, ya no; era capaz de entender el dolor y las crueles palabras de Hinata pero aun así no podía evitar sentirme insultado ¿Acaso cree que es la única que ha sufrido?

Probablemente no puede ver o creer que yo también cargo con un dolor indescriptible. La culpa y la vergüenza de mi debilidad...

- No eres tan bronceado como yo, ni tan pálido como Hinata – Tracé una suave caricia por el rostro de nuestro pequeño rubio, con nostalgia y tristeza de tener que alejarme de él en las próximas horas – Eso es algo que tienes de los dos, una piel intermedia.

Trate de llenarme de todo ese amor que me provocaba mi pequeño hijo, lo necesitaba en demasía. Alejarme de, él significaba regresar al centro de desintoxicación y era necesario lo sabía, pero implicaba una soledad abrumadora. Debía ser fuerte por él, Boruto era lo más importante y no debía estar cerca de él sin estar completamente recuperado.

Necesitaba un padre fuerte y yo aún era un drogadicto lidiando con los síntomas de la abstinencia, me faltaba controlar mis emociones e ignorar la necesidad de entumecerlas con algún alucinógeno, debía manejarlas, poner mis sentimientos bajo control, medirlos y no hacerlos a un lado para alejarme del dolor; tal como lo hacían las drogas y el alcohol. Aunque aún me resultaba tentador.

Una dulce sonora risa me sacó de mis pensamientos, no me había fijado, mis dedos tocaban suavemente el cuello de Boruto. Sonreí al instante, él estaba riendo por mi causa, no existía mejor sensación.

- Papá tiene que irse ya – Mi pequeño rubio se quedó observándome, prestándome una atención adorable – pero será por poco tiempo – Observe mi reloj, en realidad se me estaba haciendo tarde – Te adoro Boruto y voy a ser mejor por ti. Tu mamá te cuidara bien y nos veremos pronto.

Dejé un beso sobre su pequeña frente y aleje enternecido por su adorable expresión confusa. Esperaba que no olvidara mi rostro...

Después de una seca y tensa despedida Hinata me dio una pequeña foto de nuestro pequeño rubio sin decir nada, yo tampoco dije nada, solo la guarde; camine hasta donde había estacionado mi auto sin mirar atrás. A varios metros de la casa de Neji y escasamente oculto estaba el auto que renté para desplazarme hasta aquí. Observe los alrededores antes de marcharme, en realidad era un lugar muy tranquilo, mucha naturaleza y pocas personas, brinda la capacidad de estar lejos de todo el mundo.

Aspire el aire fresco y finalmente entre en el vehículo, observe el lugar donde estaría mi hijo por un poco más de tiempo y me aleje, tuve tiempo para pensar durante el recorrido al hotel para luego ir hacia el aeropuerto con mi familia. Analice lo sucedido con la cabeza algo más fría y menos irritada. De cierta forma Jiraya tenía razón necesite mucha más fuerza para enfrentarme a ella y al dolor que le provoqué.

Fui capaz de aceptar que tenía razón, nuestro amor, nuestra cercanía, nuestro hijo; todo lo que nos unía era tan hermoso como doloroso, nos hacía felices y desdichados al mismo tiempo, y en algún momento lo bueno desapareció y solo dejo paso a lo malo para que se interpusiera entre nosotros con toda su fuerza, logrando que los pensamientos que antes nos hacían sonreír ahora nos causaban una nostalgia y una tristeza que solo la desaparecería la misma persona que nos causó daño.

Antes de cruzar la recepción del hotel un brazo poderoso me abrazó por ambos hombros. Mire hacia arriba y me encontré con la sonrisa divertida de mi abuelo.

- Aquí esta – Anunció – Vámonos – Mis padres se acercaban con una sonrisa de complicidad ¿Qué estaba pasando?

- Fue una buena idea – Mi padre puso su mano sobre el hombro del abuelo Jiraya.

- Tu abuelo sugirió que te diéramos la hora de vuelo errónea y tuviésemos todo listo para cuando aparecieras retrasado – Mi madre me explico la situación aun sonriendo – Vamos a tiempo

- Vaya – Intente compartir sus sonrisas satisfechas, pero era difícil – No sé si debo estar aliviado o preocupado.

Entonces todo el mundo pareció consciente que algo no estaba bien y sus ánimos se contagiaron del mío. Me odié por ser el causante de sus caras largas.

- Sera mejor que nos demos prisa o llegaremos retrasados a pesar de todo – Mi padre intentaba salvar la situación haciendo que nos moviéramos, que tuviéramos algo que hacer.

No quería agobiar más a mi familia así que seguí el juego e intente olvidarme de lo demás, estaban tan cansados que tanto la enérgica Kushina y el roble que era Minato cayeron dormidos en medio vuelo, Jiraya por otro lado me escuchó atentamente. Me deshice del peso en palabras y mi abuelo me dedico una sonrisa conocedora con una frase de esperanza y llena de experiencia.

- No hay amor más grande que el de un padre por su hijo, el amor de una mujer es placentero, pero el amor por un hijo es gratificante y lo más grande que llegaras a sentir. Ya lo iras descubriendo.

Y sin más me dejo solo con mis pensamientos, alejando el dolor de mi corazón roto.

Las tonalidades del amor [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora