Capítulo 25. Verdades no deseadas

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Colgué. Tal vez si era un poco cobarde. Una cosa era segura, estaba asustada, no había estado a solas con Naruto en más de un año y eso me ponía nerviosa pero había aplazado demasiado la conversación y ya era momento de enfrentar la verdad de su propia boca. En cuanto el timbre sonó di un respingo y me apresure a abrir.

- Hola – Me saludo, ahí estaba el tan guapo como siempre con las manos hechas puños en los bolsillos y vestido como si fuera un adolescente y no un arquitecto respetado. Era el verdadero Naruto. - ¿Dónde está Boruto?

- No está aquí, Ino lo llevo a las oficinas – Lo observe tragar con nerviosismo, el gesto resultaba su cuello fuerte y sus facciones masculinas – Siéntate por favor – Su nerviosismo no me pasó desapercibido - ¿Estas bien?

- Esto comienza a sentirse algo aterrador – Confesó – Como si algo muy malo fuera a pasar – Me senté al frente, era mejor ser directa y no darle más tiempo de imaginar escenarios en su cabeza, sabia bastante bien que la mente de Naruto trabajaba a mil por hora cuando estaba así de nervioso.

- ¿Cómo paso lo de Shion? – Pude ver como se ponía pálido en un instante y casi me preocupe que fuera a desmallarse. Fui a la cocina rápidamente y le traje un vaso de agua que desapareció en un segundo.

- No te va a gustar la respuesta

- Lo sé

- ¿Entonces porque quieres saberlo?

- No quiero saberlo – Admití, de pronto era yo la que tenía problemas con la conversación – Tengo que saberlo.

- Un par de meses antes de todo llego a la oficina con una bolsa de cocaína, estábamos en tratos con su familia el proyecto grande en el que estoy trabajando aún, de ahí fui en declive hasta terminar con la heroína – Fruncí el ceño, no era eso lo que estaba esperando, esa no era la explicación que estaba buscando.

- Sabes lo que estoy preguntando – Entonces fue su turno de fruncir el ceño pero al instante desapareció.

- No tengo la respuesta a eso – Estaba comenzando a enojarme – Te diré la verdad pero o no me creerás o te enfadaras hasta matarme lo que supongo que merezco – Entonces sus ojos brillaron con frustración – Joder, no quiero que me odies – Haló de su pelo rubio y centellante con desesperación.

- Naruto – Tome aire - Necesito saberlo y necesito que seas tú quien lo diga.

Era cierto, no quería escuchar lo que los demás pensaran sobre él ni sus diferentes versiones de los hechos, de hecho durante el tiempo que llevaba de regreso en Tokyo me encontré parando esas charlas dolorosas de algunos de nuestros amigos, algunos ahora más míos que suyos, en el caso de Kiba lo que resulto fue que se enojó conmigo me dijo un montón de cosas sobre que era necesario enfrentar la verdad hasta que después se disculpó por su reacción.

Una parte de esa conversación se quedó conmigo, enfrentar la verdad, eso era completamente acertado, debía hacerlo. Más allá de lo que había visto y de lo que los demás tenían para decir al respecto la cosa era que nadie más sabía la verdad tan bien como el mismo Naruto y era de su voz que tenía que escucharla toda.

Espere pacientemente hasta que él tomo valor o fuerza para decirlo todo.

- No lo recuerdo, si no fuera porque tu dejaste esa carta y hablaste con Kiba sobre mí con Shion en la oficina no sabría nada del asunto – Jodidamente él no iba a evadir el tema pero me detuve antes de gritarle con todo de mi – Déjame terminar – Asentí con furia, él no iba a fingir que nada había pasado porque yo lo vi – Me estuve drogando con ella cada día esos dos meses mientras sus padres estaban con los míos en reuniones y por eso cuando llegaba caía fundido esperando que no lo notaras o te hacia el amor hasta desfallecer – Una suave sonrisa se le escapó – Extraño eso, eres completamente libre entre las sabanas – Carraspeó algo afectado y volvió a la historia, yo estaba lo suficientemente en shock como para gritarle por ser un pervertido y hacer esos comentarios – Debí negarme a consumir pero cuando la vi inhalar frente a mi simplemente no lo resistí aunque media las cantidades e intentaba con todas las fuerzas que tenía, que ahora sé no eran muchas, medirme, no exagerar ni nada de eso. Al menos hasta ese día, había éxtasis, cocaína, alcohol y al final heroína. En cuanto Shion me inyecto me fundí en el coctel de drogas a los pocos minutos, cuando desperté ya estaba oscuro y Shion no estaba por ningún lado – Tomamos aire casi al mismo tiempo – El resto de la historia ya la sabes, te perdí, me rehabilite en serio, tome el control de mi vida y tengo un hijo al que adoro y la mujer a la que amo y jamás volveré a tener en mis brazos, por ser lo suficientemente estúpido como para soltarla.

No podía hablar. Cada palabra de su historia fue un duro golpe a los pedazos rotos de mi corazón, me miro a los ojos en todo momento y no vi ninguna duda en cada palabra que pronunció. Era la verdad, su verdad. Sabía que Naruto había tomado sus decisiones pudo salir de la oficina en lugar de recaer, pero en una parte de mi picaba la culpa, sentía que pude haberlo detenido si tan solo me hubiese dado cuenta de su recaída, todo no estaría derrumbado y destrozado como ahora. Vivía con él y compartía su cama ¿Por qué no fui capaz de ver los síntomas? Estaba nervioso, con mucha o demasiada energía y las constantes idas al baño durante la noche.

- Vete – Soné quebrada pero no me importó. Ya lo sabía todo y no podía soportar verlo frente a mí.

- Hinata, lo siento tanto – estaba quebrándose frente a mí y no podía soportarlo, conmigo ya era más que suficiente.

- Por favor – No podía soportarlo frente a mí – Vete Naruto.

Para el momento de la despedida ambos estábamos llorando, con dificultad para movernos y dejarnos atrás, cientos de palabras y emociones atascadas en la garganta que no éramos capaz de sacar. Éramos un fiasco y no sabía cómo lograrlo ninguno estaba afuera de la puerta pero tampoco estábamos dentro, nos quedamos ahí obstaculizándonos ambos tal como pasaba con nuestros corazones.

Entonces Naruto bajo a mi altura y beso mi frente, tan doloroso como era su contacto lo extrañe al instante que se marchó.

Las tonalidades del amor [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora