Capítulo 28. Hablar

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Supuse muchas cosas, lo sabía, creí que las imágenes podían hablar por si solas pero muchas cosas cambiaban cuando se conocía la perspectiva completa de lo sucedido. Entendí que era algo de lo que no debí huir, el dolor no se evita, ni tampoco se escapa solo por poner distancia con lo que te hizo daño; el dolor cambia y se trasforma pero no desaparece, es algo que se lleva consigo a donde quiera que vayas.

No me arrepentía de marcharme, de cierta forma fue lo mejor que pude hacer en el momento, fue lo único que se me ocurrió; el problema es que seguí huyendo incluso cuando volví a pisar Tokyo, ignorar la situación con Naruto, enfocarme solo en nuestro hijo no dio resultado por completo, no había sanado y comprendí que fue por no haber hablado sobre el tema, me lo había tragado todo, escucharlo era solo la mitad de lo que debí haber hecho. Necesitábamos hablar al respecto, ambos, ponernos en los zapatos del otro, dialogar como un par de adultos. Fue suficiente de tira y afloja, debíamos resolverlo por Boruto.

Mientras caminaba al viejo local de Ichiraku pensaba en como seria de ahora en adelante, tenía la sensación que esta manera de hacer las cosas sería como quitar una espina, sería un dolor bueno y necesario, sería un dolor que daría paso a sanar de una vez por todas.

Pensé en mis decisiones que aunque no fueron malas tampoco podía clasificarlas como buenas, habían pasado casi dos años, tiempo en el que ambos, tanto Naruto como yo, nos revolcábamos en nuestro dolor, intentando ser mejores para Boruto y sin lograr remediar las cosas entre nosotros, porque a pesar de todo siempre seriamos un nosotros en lo que respectaba a nuestro hijo, todo eso no era sano, amábamos a nuestro hijo pero lo estábamos usando como un ancla, solo por él no nos derrumbábamos y eso no era bueno, no del todo al menos...

- No creí que fueras a venir – La voz de Naruto sonó a mis espaldas.

- Lo pensé bastante – Fui sincera.

- Aquí fue nuestra primera cita – Susurró. El recuerdo me erizó la piel.

- Lo sé – Caminé al interior y Naruto me siguió – Por eso lo elegí.

En cuanto nos sentamos frente a frente lo solté todo. Le conté cada instante de dolor que sufrí por su engaño, cada lágrima, todo el dolor que cargue a cuestas, Todo lo que me hizo sentir. Humillada, traicionada burlada. Naruto no abrió la boca, escucho atentamente con la mandíbula tensa y los ojos brillantes por las lágrimas no derramadas. Llore mientras hablaba y algunos clientes incluso se retiraron pero no me importo, sacar todo lo que sentía era necesario y una vez que empecé no pude parar.

Un silencio tensó se instaló luego de mi confesión, era interesante tenerlo así en mi cabeza, yo ya había escuchado su versión, ahora el escuchó la mía y se sentía tan bien. Fue como sentirme libre, me sentía como yo misma después de tanto tiempo. Era como si por fin cerrara un ciclo, por eso también fue que elegí el lugar de nuestra primera cita, todo podía terminar justo donde inició.

- Creo que nunca te he pedido perdón. No con palabras al menos. Perdón por no ser lo suficientemente fuerte – Me quedé muda, ya sin cómo refutar – Perdón por cambiar mi vida entera por pastillas, alcohol y agujas, perdón por no apreciarte lo suficiente, por no decirte como empezó todo, por tener miedo de perderte si te enterabas de la verdad cuando ya estaba perdidamente enamorado de ti, perdón por lo que tuviste que ver y sufrir por mi culpa y por mi estupidez.

- Naruto... - No sabía que decir pero necesitaba que dejara de pedir perdón. Ya era suficiente.

- Y perdón por ser egoísta y no querer perderte cuando sé que ya te he perdido, por no luchar por ti como debía.

- Ya te he perdonado Naruto – Eso le sorprendió – Pero una cosa no tiene que ver con la otra.

- Lo sé – Tomo aire – No sé cómo recuperarte y no te merezco – Una sonrisa traviesa se formó en su rostro desconcertándome por completo – Pero, no me rindo nunca. Voy a ser un estúpido y voy a intentar recuperarte cada día – Yo definitivamente no me esperaba eso.

- No voy a volver – El solo se encogió de hombros aún con esa sonrisa que amaba y odiaba en partes iguales en estos momentos.

- Lo más seguro es que no lo hagas pero estoy determinado a esperar el tiempo suficiente, todo lo que haga falta y no, no voy a presionarte en absoluto. No voy a perseguirte por todas partes agobiándote con miles de obsequios. No eres una chica materialista – Se inclinó hacia un lado como deleitándose con cada minúscula parte de mi rostro estupefacto – Compre la casa victoriana del frente, ahora somos oficialmente vecinos.

- ¿Qué dices? – Las sorpresas no terminaban.

- De esa manera podre estar más cerca de ustedes, darles los buenos días, pasar más tiempo con nuestro hijo. Es funcional, por así decirlo

- Estás loco. No puedes hacer eso – Era un ruego disimulado.

- No paso el tiempo suficiente con Boruto y comienzo apreciar el estilo victoriano, incluso la puerta de la cocina que rechina – Una sonrisa bailaba en sus labios.

- Es una excusa y lo sabes – El fingió no entender que decía.

- Creo que es bastante lógico si lo piensas, además esta mañana firme, la casa es oficialmente mía, los inquilinos tienen un mes para desocupar y entonces me mudare.

Mil excusas salieron de mis labios y el las escucho sonriendo ligeramente, mil argumentos ilógicos y sin sentido para no tenerlo así de cerca, al final no pude discutir más, ya estaba hecho y quise creer que no era la gran cosa. Verlo cada día era lo normal por así decirlo, no es como si pudiéramos dejar que Ino hiciera de intermediaria siempre.

Era la primera discusión como padres de Boruto que teníamos, una donde ambos dimos nuestros puntos de vista y nos enfrentamos al otro, no como las anteriores que uno cedía sin decir nada. Era como si por fin pudiéramos hablar. El dolor ya no estaba presente.

- El futuro es incierto y lleno de posibilidades – Soltó él

De cierta forma le di la razón. No sabía cómo discutir sobre eso, además por fin me encontraba tranquila y al volver a casa lo entendí. Por fin habíamos dejado el pasado atrás. No era como si fuéramos a ser felices para siempre pero era un cierre y un nuevo inicio. Ya lo importante no era lo que pasó, si no lo que vendría. Boruto crecía con rapidez y necesitábamos llevarnos bien por él, el resto estaba por verse.

Las tonalidades del amor [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora