Vendo Recuerdos

Capitulo 19♥

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Presente

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Hinata paseaba por las calles de Forks con la mirada en el suelo, estaba harta de que todos la tratasen como la niña que no era, en realidad nunca fue una niña, sus padres se separaron cuando ella era un bebé y permaneció con su padre desde entonces. Ella sola había crecido, había aprendido a desenvolverse y resolver sus propios problemas sin la ayuda de nadie. Por eso no soportaba que la tachasen de inmadura cuando ella misma estaba segura de que podría ser cualquier cosa menos eso.

Sin darse cuenta llegó al parque de Forks, donde los niños jugaban y reían, recuerdos de su infancia en ese lugar acudieron a su mente y no pudo evitar sonreír con nostalgia. Las tardes que había pasado allí con Sakura, intentando evitar a Karin Uzumaki para que no le dijese cualquier babosada. También a Ino Yamanaka y su envidia, ya que no soportaba que Karin le prestase más atención que a ella.

Ahora esos problemas de su pre adolescencia le parecían tontos e insustanciales. Su vida había dado un giro de ciento ochenta grados el día que se acostó con Naruto Namikaze por primera vez, ya no volvería a ser esa niña que se alejaba de Karin y de Ino con una sonrisa de superioridad, tampoco volvería a sentirse incomoda con los comentarios fuera de lugar del chico, porque sabía cómo afrontarlos y dejarlo con un palmo de narices si fuese necesario.

Ya no era una niña.

Y no entendía porque todos se empeñaban en continuar viendo en ella a esa niña que fue algún día. La trataban con condescendencia y actuaban como si sus acciones hubiesen sido equivocadas. Puede que sí, lo admitía, pero estaba dispuesta a afrontar las consecuencias de lo que había hecho, aunque esperaba que eso no afectase a Bolt de ningún modo.

Se sentó en un banco del parque y miró como los niños jugaban, le parecía tan lejana aquella época en la que ella fue una niña más, jugando en eses mismos columpios o tirándose en ese tobogán.

Suspiró.

Cerró los ojos y dejó que los pocos rayos del sol que se colaba entre las nubes impactaran con su cara.

Estaba enfadada, ya no solo con su padre, también con ella misma. Después de todo, no había sabido mostrar la imagen de la Hinata que realmente era. Ella era fuerte, decidida, había afrontado los problemas como creyó mejor en su momento, pero eso no la hacía inmadura, todo lo contrario.

Sintió como alguien se sentaba a su lado paro no le prestó atención, no estaba de humor para aguantar a nadie, fuese quien fuese ya se cansaría de esperar y se iría.

- ¿No vas a abrir los ojos? -preguntaron en su oído.

Hinata se estremeció y la piel de sus brazos se puso de gallina. Reconocería esa voz aunque pasasen millones de años. Abrió los ojos lentamente y allí estaba, tan guapo y perfecto como siempre. Sus labios se estiraron en una sonrisa y sus mejillas se tornaron rosadas.

- Hola -susurró a media voz.

Naruto alzó una mano y acarició una de sus mejillas con la yema de sus dedos.

- Adoro esto -dijo refiriéndose a su sonrojo y ocasionando que aumentase de tono- ¿qué haces aquí tan sola? -preguntó después.

Hinata se removió incómoda y desvió la mirada.

- Estoy harta -susurró cruzándose de brazos.

- ¿De qué? ¿Qué ha pasado? -preguntó preocupado.

- Hiashi... solo me ve como una niña... cuestiona todas mi decisiones y después me llama inmadura por haberle ido a Phoenix y pasar mi embarazo sola -bufó- tendría que verlo a él lidiar solo con un bebé.