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25 de agosto de 2013
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- ¿Naruto? -preguntó Hinata con urgencia llamando por teléfono- Soy Hinata,
- Hola Hinata... ¿pasa algo? -preguntó preocupado.
- Llevo más de diez minutos intentando hablar con Sarā y no contesta mis llamadas, Mei tiene fiebre y no deja de llorar.
- ¿Le has dado el antitérmico? -preguntó Naruto comenzando a recoger sus cosas en su despacho.
- Sí... ha comenzado a hacer efecto, pero ella está muy nerviosa -dijo Hinata con un nudo en la garganta.
- Ahora salgo para ahí... intenta ponerte en contacto con Sarā mientras no llego -Naruto colgó el teléfono y salió casi a la carrera hacia u coche.
Él trabajaba en un bufete de abogados de Port Angeles, pese a la insistencia de su padre había decidido optar por derecho en lugar de medicina como él quería.
Hinata colgó el teléfono y fue corriendo a donde estaba Mei, que lloraba aferraba a un osito de peluche blanco con el que siempre dormía.
- Cariño ya estoy aquí -susurró Hinata tumbándose a tu lado.
- Mamá... -gimió la pequeña.
- Vendrá ahora... no te preocupes - Hinata besos su frente y comprobó que la temperatura había bajado unas décimas.
Mei se quedó dormida un par de minutos después, agotada de tanto llorar. Hinata aprovechó para continuar llamando a Sarā, sin éxito por su puesto.
Naruto llegó a su casa y fue directo a la habitación de su hija, se la encontró durmiendo plácidamente y sin un grado de fiebre, Hinata estaba sentada a su lado con gesto de preocupación y el teléfono móvil en sus manos.
- Hinata... -susurró Naruto al verla.
- Mei se ha dormido hace rato, la temperatura le ha bajado -dijo con gesto ausente- Sarā no contesta al teléfono.
- No te preocupes, ya me encargo yo de llamarla -le dijo con una sonrisa.
Naruto se acercó a la cama de su hija y le acarició el pelo con ternura. Hinata lo observó en silencio, le gustaba ver ese lado de Naruto que poca veces mostraba al mundo, el Naruto preocupado y protector con su hija. Sonrió casi imperceptiblemente cuando él se inclinó y besó su cabeza con delicadeza, Naruto era un gran padre.
- ¿Te quedas con ella un rato más? -preguntó en un susurro.
- Sí... no te preocupes -admitió Hinata.
Naruto abandonó la habitación y con un suspiro Hinata se tumbó al lado de Mei, pasó un brazo por su pequeña cinturita y la atrajo hacia su cuerpo. Debió quedarse dormida, porque un rato después la despertaron unos gritos en el piso inferior.
- Te lo vuelvo a preguntar... ¿dónde estabas? -gritó Naruto.
- Por ahí... ¿qué más da? -protestó Sarā alzando también la voz.
- Tu hija ha estado enferma y ha tenido que ser Hinata quien la cuidase en lugar de su madre -dijo furioso.
- Para eso le estamos pagando... ¿no? -preguntó con desdén.
- Sarā, Mei necesita a su madre... no a una persona que la cuide -explicó Naruto.
- He estado ocupada Naruto, ¿crees que mi vida es fácil encerrada en este pueblo de mala muerte? -dijo Sarā indignada.
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Vendo Recuerdos
FanficHinata tuvo que abandonar Forks años atrás, pero la boda de Hiashi la obliga a regresar, regresar a su pasado y enfrentar a sus fantasmas, pero lo que nadie espera es que vuelva acompañada por su mayor tesoro. Adaptación / Naruhina.