Presente
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Hinata colgó el teléfono y sintió su sangre hervir. Por un momento se pasó por su mente matar a Sarā con sus propias manos para dejarle claro que no podría contra ella, pero no quería pasarse el resto de su vida encerrada en una cárcel solo por hacerle un favor al mundo y matar a una víbora más. Así que respiró hondo y trató de serenarse.
Sakura abrió la puerta de la habitación de Hinata y la notó más nerviosa de lo normal, no es que su amiga hubiese pasado muy buena tarde pensando en lo que la arpía de Sarā pudiese hacer, pero en ese momento estaba más alterada de lo que había estado a lo largo de las últimas horas.
- ¿Qué pasa? -preguntó intrigada.
Hinata gruñó y se tapó el rostro con la almohada para amortiguar un grito. Alejó la almohada de un empujón y miró un punto fijo de la pared con los ojos entrecerrados. Sakura, asustada, se puso frente a ella y movió sus hombros enérgicamente para llamar su atención, pero Hinata parecía no reaccionar.
Sin más, Hinata se puso en pie y se quitó el pijama con violencia, desgarrando uno de los tirantes de su camiseta, pero no le importó. Sakura revoloteaba a su alrededor sin saber muy bien que hacer, nunca había visto a su amiga en ese estado y no reconocía muy bien el motivo de sus acciones.
Hinata comenzó a vestirse, utilizó la misma ropa que había utilizado a lo largo del día. Se sujetó el pelo en una cola de caballo y se calzó sus deportivas anudando los cordones con movimientos bruscos.
- Hinata... -la llamó Sakura una vez más- ¿qué pasa?
Ella solo gruñó en respuesta.
Bajó las escaleras a toda velocidad y se metió en la cocina sin saber muy bien que hacer. No podía quedarse quieta, si lo hacía comenzaría a llorar y maldecir en todos los idiomas que sabía, solo era uno, pero suficiente para dejar a Sarā con un buen dolor de cabeza si llegase a escucharla. Sakura continuaba dando vueltas a su alrededor, parecía su sombra controlando cada uno de sus movimientos. Hinata se giró bruscamente hacia ella y Sakura dio un respingo y un grito salió de sus labios por el susto.
- ¿Puedes cuidar a Bolt? -preguntó en un gruñido.
- Sí... -Sakura titubeó- Pero... ¿A dónde vas?
- A deshacerme de la bruja del norte -gruñó de nuevo.
A Sakura se le escapó una risita nerviosa pero después comenzó a negar con la cabeza.
- No sé de que hablas... -susurró- ¿quieres que llame a Sasuke por si puede tranquilizarte hablar con él?
Sasuke... pensó Hinata con ironía, si no tenía un arma bajo su almohada y se la fuese a dejar, hablar con Sasuke no le serviría de nada.
- Dile que vaya preparando unos papeles diciendo que sufro enajenación mental transitoria... los necesitaré -masculló Hinata dirigiéndose hacia la puerta de salida.
- Hinata- Sakura la detuvo colocándose frente a ella- ¿me vas a decir que está pasando de una vez? -era una orden, pero el temblor en su voz lo hizo sonar como una pregunta.
- Voy a caminar... aquí dentro me... me ahogo -dijo con voz ronca.
Sin más Hinata salió de la casa y dejó a Sakura paralizada frente a la puerta viendo como su figura se perdía entre las sombras de la noche.
Hinata caminó sin rumbo fijo, o eso creía ella, pero sus pies irremediablemente la llevaban a la casa blanca junto al río. Cuando la divisó de lejos sintió como su corazón se encogía al no ver ninguna luz encendida, eso podría ser tan malo como bueno.
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Vendo Recuerdos
FanficHinata tuvo que abandonar Forks años atrás, pero la boda de Hiashi la obliga a regresar, regresar a su pasado y enfrentar a sus fantasmas, pero lo que nadie espera es que vuelva acompañada por su mayor tesoro. Adaptación / Naruhina.