30 de junio de 2013- Kiba -Hinata lo llamó en un susurro.
El aludido levantó la vista de sus libros de la universidad y la miró con una sonrisa
- ¿Que se te antoja ahora? -preguntó en tono de broma.
Las mejillas de Hinata se encendieron y bajó la mirada avergonzada.
- Chocolate... con almendras -dijo con un hilo de voz.
Kiba miró su reloj, pasaban de las diez de la noche, pero seguro que tenía que haber una tienda veinticuatro horas en algún lugar de la ciudad, o una máquina expendedora con chocolate... no podría ser tan difícil.
- Volveré lo antes posible -se acercó a ella y la besó en la coronilla antes de salir por la puerta.
Veinte minutos después volvió con dos tabletas de chocolate y una sonrisa en sus labios.
- Espero que este te guste -dijo extendiéndoselas.
Hinata abrió mucho los ojos y le arrancó el chocolate de las manos comenzando a devorarlo en cuestión de segundos. Kiba comenzó a reír entre dientes y se sentó a su lado viéndola comer.
- Gracias Kiba -dijo Hinata con la boca llena- eres el mejor
.
Presente
.
- Shino, si no paras de moverte llamaré a una azafata y le diré que te haga tragar la almohada -dijo Hinata con los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el reposa cabezas de su asiento.
- Si me hubieses dejado comprar los billetes en primera clase no me movería tanto, los sillones son más cómodos -masculló entre dientes.
- ¡Viva el derroche de los Aburame! -ironizó ella- El avión llegará el mismo lugar independientemente de la clase en que vayas sentado.
- Pero en primera clase Bolt no estaría encogido como si fuese un ratoncito asustado -dijo señalando al niño dormido al lado de su madre.
Hinata abrió un ojo y miró a su hijo, después miró a Shino y volvió a cerrarlo.
- Sabes que Bolt siempre duerme así sin importar el espacio que tenga para estirarse -dijo con voz monocorde.
Shino bufó e intentó encontrar una nueva postura, algo que no consiguió, por su puesto.
- Shino -gruñó Hinata cuando recibió un pequeño codazo.
- ¡Vaya humor que tenemos últimamente! -se quejó él- no haces más que protestar por todo, te estás volviendo muy gruñona.
- O los que me rodean son demasiado molestos -escupió.
Shino hizo un mohín y se quedó callado el resto del viaje, tiempo que aprovechó Hinata para dormir.
…
Cuando se bajaron del avión Shino todavía continuaba molesto con Hinata, no entendía porque estaba así de irritable con él, llevaba unos días, casi prácticamente desde su regreso a Phoenix, en los que era imposible mantener una conversación con ella en la que no gruñese, protestase o lo amenazase de algún modo. Todo era sin fundamento, ya que minutos después Hinata estaba como si ni hubiese pasado nada, pero él no entendía esos cambios tan drásticos de humor.
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Vendo Recuerdos
Fiksi PenggemarHinata tuvo que abandonar Forks años atrás, pero la boda de Hiashi la obliga a regresar, regresar a su pasado y enfrentar a sus fantasmas, pero lo que nadie espera es que vuelva acompañada por su mayor tesoro. Adaptación / Naruhina.