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Presente
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Era temprano, quizás demasiado temprano, cuando unos golpecitos tímidos en la puerta hicieron que Hinata abriese un ojo adormilada. Recordó donde estaba y porque, la noche anterior Naruto le había dado su "postre", un par de raciones ni más ni menos. Y habían cerrado la puerta con seguro para evitar que los niños pudiesen entrar y descubrirlos en mitad de... la degustación.
Los golpes volvieron a oírse y fue cuando se percató de que provenían de la puerta, debía de ser uno de los niños. Se enderezó de golpe en la cama y la cabeza le dio vueltas, pero de un salto se puso sobre sus pies y comenzó a buscar su ropa regada por la habitación. Naruto abrió un ojo y se asustó al verla tan nerviosa, revoloteando a su alrededor y completamente desnuda.
- ¿Qué pasa? -preguntó con voz ronca.
- Los niños, me verán aquí y... -dijo en un susurro.
- ¿Y... qué? -preguntó Naruto frotándose los ojos.
- Que no creo que sea adecuado que nos encuentren en esta situación.
- Oh -contestó Naruto antes de que Hinata le tirase sus bóxers a la cara y se encerrase en el baño susurrando un "abre la puerta"
Naruto obedeció, se colocó la ropa interior y caminó hacia la puerta y la abrió mientras se frotaba los ojos en mitad de un bostezo. En cuanto lo hizo dos borrones se coloraron entre sus piernas y fueron a toda velocidad hacia la cama donde comenzaron a saltar como locos.
De repente Mei se detuvo y se quedó mirando a Naruto fijamente y frunció su pequeño ceño.
- ¿Dónde está Hinata? -preguntó.
- Eh... ahora viene -contestó en un susurro.
- Creí que había dormido contigo -continuó con su ceño fruncido y añadiendo sus brazos cruzados en su pecho.
- ¿Por qué creíste eso? -preguntó Naruto con curiosidad.
- Hikari y Menma duermen juntos, los abuelos también... creí que tú y Hinata... -dijo dejándose caer sentada sobre el colchón.
Bolt, ajeno a la conversación, continuaba rebotando en el colchón mientras sujetaba con fuerza un gatito de peluche de los muchos que tenía Mei en su habitación.
Hinata salió del baño utilizando la ropa del día anterior e intentando dominar su cabello, aunque parecía algo imposible. Bolt alzó la vista y una enorme sonrisa surcó sus labios.
- ¡Buenos días mami! -gritó lanzándose a sus brazos.
-¡Hinata! -gritó Mei- he estado pensando... en lugar de hacer el libro ¿podemos jugar a la pelota? Hoy no llueve y parece que hará un poco de sol -dijo parpadeando y clavando sus claros ojos azules en los suyos.
Hinata no iba a negarse, tampoco es como si tuviese opción, tal y como su padre el poder de la mirada de Mei causaba estragos en ella, aunque de un modo totalmente diferente.
Así fue, un par de horas después, los cuatro estaban jugando en el jardín con una pelota. Las risas, las bromas... todo parecía tan natural que si los mirases desde fuera parecería que era lo normal de cada día, pero en cambio era algo excepcional.
- ¿Hoy no trabajas? -le preguntó Hinata a Naruto alzando una ceja.
- Luego lo haré... -contestó encogiéndose de hombros- prefiero disfrutar de un día en familia.
- Papá -lo llamó Mei- te toca parar el balón.
Naruto esbozó una sonrisa y besó la frente de Hinata antes de alejarse corriendo a donde estaban sus hijos. Hinata se quedó observando desde la distancia, le parecía tan increíble que todo eso estuviese pasando. Las últimas palabras que le había dicho Naruto no dejaban de repetirse en su mente.
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Vendo Recuerdos
FanfictionHinata tuvo que abandonar Forks años atrás, pero la boda de Hiashi la obliga a regresar, regresar a su pasado y enfrentar a sus fantasmas, pero lo que nadie espera es que vuelva acompañada por su mayor tesoro. Adaptación / Naruhina.