Presente
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Hinata suspiró una vez cuando la mano de Naruto se deslizó lentamente por su espalda. Estaba tumbada boca abajo en el colchón de su cama, completamente desnuda y agotada... Naruto, a su lado y también desnudo, tenía su pelo revuelto y la marca de un mordisco en su cuello, pero nadie le quitaba esa sonrisa de felicidad que parecía estar tatuada en su rostro.
- ¿Sabes? Acabo de recordar algo -susurró con su voz aterciopelada.
Hinata, giró su cabeza para poder mirarlo y lo encontró apoyado en uno de sus codos y mirándola intensamente, mientras su mano continuaba haciendo dibujos invisibles en su espalda.
- ¿El qué? -preguntó con voz ronca.
- Un día, cuando volvía del trabajo te encontré casi llorando al borde del río, no sé porque recuerdo esa conversación como si fuese ayer -negó con la cabeza- me dijiste que estabas enamorada y pero que el chico tenía a otra.
- También lo recuerdo -Hinata sonrió.
- Me sentí tan mal por ti ese día... y también, debo admitirlo, envidié un poco a aquel chico, había conseguido enamorarte, tener tu amor y... -se quedó callado de repente.
- Tener mi amor y... ¿qué? -preguntó Hinata con el ceño fruncido.
- Era algo que tenía vetado, el pensar en ti de ese modo - Naruto negó con la cabeza-. Yo mismo me obligué a verte como algo inalcanzable para no sentir nada por ti. Ese día llegué a casa tan enfadado que lo pagué discutiendo con Sarā.
- Eso no era una novedad -bromeó Hinata.
Naruto rodó los ojos.
- Pero sí lo era que yo comenzase las peleas -aclaró-. No sabes las ganas que tuve de buscar a ese patán y partirle la cara por no ver lo especial que eras y prestarle atención a otra chica.
Hinata rió.
- ¿Qué es tan gracioso? -preguntó molesto.
- Que eres demasiado guapo e inteligente para partirte la cara a ti mismo -dijo entre risas.
- ¿Quieres decir qué...? -preguntó con ojos brillantes.
- Siempre has sido tú Naruto... siempre -dijo Hinata con voz dulce.
Naruto se acercó a ella sonriendo y la besó.
- ¿Sabes que he estado pensando también? -susurró comenzando a besar su espalda.
- Dime -dijo Hinata ahogando un jadeo cuando acarició el lateral de sus pechos con la yema de los dedos.
- ¿Cuándo comienzas la universidad? -preguntó.
- Dos semanas -contestó con la poca coherencia que le quedaba.
- ¿Crees que... -mordisqueó su hombro- podrías hacer un traslado de matricula a Seattle?
Hinata se quedó paralizada de repente y mil ideas diferentes cruzaron por su cabeza. La más importante: Bolt, el cambio le vendría bien. También estaba Naruto, verlo cada día, casi a todas horas... demasiado tentador. Después estaba ella, estar cerca de Naruto y ver feliz a su hijo... y Mei, esa niña a la que adoraba y recibía el mismo cariño de su parte. Y al final, y partiéndole el pecho en dos estaba Kiba, su mejor amigo, su hermano y casi se atrevería a pensar que en ocasiones llegó a verlo como un padre, pese a que ella era mayor que él. Que ella dejase Phoenix permanentemente le haría daño, alejaría a Bolt de su lado, y pensó con amargura que durante los últimos tres años fue su única referencia paterna.
- No tienes que decidirlo ahora -dijo Naruto al ver su rostro- solo quiero que lo pienses... tienes tiempo -sonrió de lado y de nuevo se acercó para besarla
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Continuara
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Vendo Recuerdos
FanfictionHinata tuvo que abandonar Forks años atrás, pero la boda de Hiashi la obliga a regresar, regresar a su pasado y enfrentar a sus fantasmas, pero lo que nadie espera es que vuelva acompañada por su mayor tesoro. Adaptación / Naruhina.