Nobody Likes Me [KatsuDeku]

Especial - Extra IV (2/2)

En cuanto menos se lo podrían esperar, unas sorpresivas visitas podrían abordar.

Y eso enfurecía a Katsuki, y confundía a Izuku.

¿Quién diablos es?

¿Quién sabe de nuestro domicilio?

- Quédate aquí, iré a revisar. - El contrario entendió de inmediato aquellas palabras ya que, hacía años que, no necesitaban demasiadas de ellas para entenderse.

Debía mantenerse en silencio, y observar desde un ángulo ciego la puerta.

- Pueden ser los vecinos. - Casi como si fuera cierto, mencionó algo bajo, pero que se escuchó por el silencio embriagador, antes de que el contrario se adentrara en la sala, como un animal al acecho.

El cenizo volteo sólo un poco a observarle, y darle un mirada extraña, que el contrario interpretó como 'No lo creo'.

Ahora sólo debía guardar la ansiedad, hasta que su pareja abriera la puerta.

Quizá un destino extraño intentaba golpearlos a ambos.

El timbre volvió a sonar, al estar el rubio a tan sólo unos pasos de la puerta de entrada.

Los huesos de Izuku temblaban, no por estar descalzo, y tampoco por, ahora, estar vestido con prendas de verano.

Era por otra cosa, y para nada buena.

No sabía que podría haber al otro lado de la madera, y eso era lo más extraño.

Sus ojos se entrecerraron al pensar en la extraña situación.

Era extraño el no saber si habían o no signos de hostilidad al otro lado.

- Kacchan espera-

Quitó el seguro, y la puerta lo empujó lejos en segundos.

- ¡Kacchan! - Corrió para acercarse, pero unos enormes cuerpos, que salieron de repente desde el humo en la puerta, le quitaron el equilibrio, tumbándolo al suelo, presionando su rostro contra la baldosa para que no se moviera, en tan solo unos segundos. - Kacchan.. - Sus palabras salían entre dientes, y podía ver su aliento reflejado en las baldosas.

- Midoriya Izuku. - No pudo evitar abrir sus ojos grandes por la sorpresa, y dirigirlos de inmediato hacia arriba, no teniendo mucho éxito al intentar diferenciar al dueño de la voz.

Escucho una caminata floja, que avanzaba desde la entrada, hasta terminar frente a él, donde pudo observar un par de zapatos negros.

El dueño pronto se acuclillo allí mismo, y se encogió de hombros, demostrando que yo no me equivocaba.

Shigaraki Tomura.

- Tiempo sin verte. - Sonrió espeluznante.

Y pronto sentí un pinchazo en mi nuca, comenzando a ver puntitos negros, y luego completa bruma.

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Me sentía cansado, y desubicado.

Mi cuerpo se sentía pesado, y no recuerdo el haberme dormido.

Algo entremezclado con el silencio se escuchaba, parecían murmullos, quizás.

Eso no era bueno.

No era de ninguna maldita forma algo bueno.

Intente mover de todas las formas mi cuerpo, pero seguía sin sentirlo, y eso no era bueno.

Mi alrededor, con los segundos, parecía volverse cada vez más claro.