Siempre supe que el día en el que Simon me pidiera ser su novia seria un momento especial. Pero la forma en como lo hizo superó todas mis expectativas. No esperaba que me hiciera un camino de pétalos de rosas blancas que me llevarían hasta el. Cuando llegué al fondo de las escaleras, lo vi ahí parado con sus ojos brillando como nunca y una rosa en la mano, me detuve unos segundos para admirar lo lindo que era. No podia creer que por fin estábamos juntos, es que todo fue tan perfecto. El beso y lo que me dijo de que soy el regalo mas lindo que el mundo. Me derritió con sus palabras, aunque yo me riera en ese momento. Y es que aun no sé como reaccionar cuando me dice cosas lindas, no estoy acostumbrada a tanto amor. En este momento estábamos abrazados en medio de la mansion y yo estaba con un debate interno sobre lo que estaba por proponerle a mi novio.
—Simon— dije algo nerviosa.— Podes quedarte a dormir conmigo esta noche?
El se soltó del abrazo y me miro con los ojos muy abiertos, parecía que se le iban a salir. Pasaron unos segundos y Simon no reaccionaba creo que mi propuesta lo dejo pasmado.
—Mi amor?— lo tome de los hombros y lo sacudí un poco para que reaccionara. Por fin fijó su mirada en la mía y solo asintió con la cabeza. Sin mas lo tomé de la mano y lo jalé hacia las escaleras.
Llegamos a la puerta de mi habitación la abrí y me adentre en ella. Simon se quedó afuera, su rostro seguía en un estado de shock, rode mis ojos y lo tome de su remera tirándolo hacia dentro.
—Wow!— exclamo saliendo de su eterno trance.— Que le pasó a tu cuarto Ambar?— preguntó al ver mi decoración onda dark.
—Bueno por fin hablaste! Y sobre la pintura negra y frases rebeldes pues fue en una rabieta que hice hace tiempo, pero ya la voy a pintar pronto y regresara a su estado normal.— El alzo su ceja y me miro de arriba abajo.
—Tu la vas a pintar?— cuestionó con una risa burlona.
—Okey, okey la voy a mandar a pintar.— dije sonriendo.
De pronto Simon volvió a quedarse callado y comenzó a rascarse la nuca, estaba nervioso.
—Que te pasa?— pregunté.
—Ambar veras, yo creo que no es buena idea quedarme aquí contigo, que tal y entra Monica o tu abuelo y me ven. Seguro me corren de la casa y ahora si me voy a quedar en la calle.— Eso me hizo recordar que no le puse seguro a la puerta. De inmediato camine hacia ella y se lo puse.
—Listo, problema resuelto.— caminé de nuevo hacia el y lo tomé de las manos.— Simon allá abajo prometimos contarnos todo cierto?— el asintió.— Bueno yo te voy a contar algo que nadie sabe sobre mi y no se lo podes decir a nadie okey?
—Va, sera nuestro primer secreto como pareja.—contestó.
—Viste como está lloviendo y relampagueando fuerte?
—Si todo el día a estado así muy feo, la verdad no me gusta este clima.
—A mi tampoco de hecho yo le tengo pavor a las tormentas.— confesé mientras corría hacia mi cama poniéndome debajo de mi colcha para cubrirme por la vergüenza. Escuché como Simon de reía de mi.— No te rias Simon!— dije aun cubriéndome.
—Perdón Bonita pero me causas mucha ternura y ahora entiendo por qué quieres que duerma contigo.— me destapó para mirarme con una sonrisa en su rostro. Observe como se quitaba sus zapatos y medias.
—Hazme un campito Bonita para acostarme.— Yo sonreí y me recorrí.
—Mi cama no es muy amplia así que dormiremos muy juntitos.
